Libros de ayer y hoy
+ Nos agrede la sequía de muchas maneras, pocas lluvias, escaso nivel de agua y sequía en ofertas e ilegalidad, en comicios.
Con la sequía de ofertas de los que están en campaña, la sequía en la incertidumbre del proceso electoral ante las inconsistencias del INE y la sequía meteorológica que afecta la vida diaria, el verano se antoja complejo.
Sobre esto último, casi alarmante es la falta de agua que está dejando el estío en el país, cuando ya está anunciada una disminución de lluvias en el verano próximo. Casi la tercera parte de los municipios se enfrenta a una primavera seca y con clima inconstante, algunos con sequedad de casi el ciento por ciento.
Desde hace meses, la Comisión Nacional del Agua (Conagua), informó que la temporada de lluvia podría tener un déficit de 20 por ciento con excepción de parte del sur y el sureste con precipitaciones superiores a las normales. Esta última región que concentra los más altos porcentajes de agua, contradictoriamente tiene los entornos más pobres.
Los más agredidos son los del norte. La sequía que se describe en medios en las últimas semanas, se recrudece en sembradíos y en zonas de pastoreo, con muerte de animales y agotamiento de tierras. Lagos, lagunas, ríos y presas han bajado de nivel y hasta la emblemática laguna de Chapala, la más grande del país, adolece de niveles de agua, cuando representa el aporte de los 5 y medio millones de habitantes que tiene ese estado.
La sed avanza en pueblos, mientras se movilizan miles de candidatos
Será una jornada calurosa la de las campañas, agobiada por las medidas antiCovid y un público que en buena parte permanecerá en sus casas. El repunte de los contagios en las últimas semanas ya cubre más de la mitad de los estados. En algunos como Chihuahua, se ordenó la suspensión total de las campañas foráneas y el cierre de empresas no prioritarias. No se sabe si el calor añadirá algo más a este repunte.
El problema ambiental se agrega a los que ha generado el INE con sus extrañas decisiones sobre Morena en hechos que son similares en otros partidos, y que no ha aplicado. El de Guerrero es el estado ejemplo. La encuesta dada a conocer por el diario El País que destaca a Morena como puntero con uno de cada dos votos, puede generar una movilización mayor de opositores que según el mismo periódico, que no está con la 4T precisamente, se encuentran lejos de alcanzar todos juntos, al partido gobernante.
Se avizoran extremos en estas movilizaciones que ya se han visto con violaciones que no son tomadas en cuenta por el INE, como la entrega de contenedores de parte del MC a ciudadanos jaliscienses y el misterioso tráiler con 5 mil despensas que nadie sabe nadie supo. Los medios radiofónicos y digitales se dan vuelo lanzando sus granos de arena en la diatriba, mientras cunde la amenaza tipo Fox contra el gobernante de palacio. Hay un ambiente seco y peligroso, cuando en los albores de mayo Conagua ya insiste que habrá una disminución de lluvia del 3.6 por ciento en ese mes.
Agustín Yáñez: Las tierras flacas por sequía y por cacicazgos
La pobreza y la miseria de la tierra no solo son por cuestiones meteorológicas. El acaparamiento, la explotación, la concentración de los beneficios de esa tierra, han sometido al campo mexicano a una devastación que difícilmente se puede enfrentar.
Agustín Yáñez, el gran escritor jalisciense, ex gobernador de su estado, Secretario de Educación, miembro de número de la Academia de las Letras, cifró parte de su obra en dar a conocer los problemas que tiene el campo, antes y después de la Revolución. Su género no fue en el costumbrismo aunque hay mucho de ello en el manejo de los personajes, si bien en algunos casos, como en su más famosa novela Al filo del agua (Editorial Porrúa 1963), su narrativa es de la llamada de la Revolución.
En su otra novela Las tierras flacas ( Salvat 1962), ya fuera del marco revolucionario, tipifica al clásico cacique Epifanio Trujillo, especie de Pedro Páramo con hijos regados por todos lados en un entorno de comunidades arrasadas por la pobreza, con terrenitos paupérrimos, mientras las tierras caciquiles relucían de cultivos.
Es famosa esta novela por el vuelo que se da el escritor en el manejo simbólico de personajes bíblicos, de la gran miseria que respira la población en medio de oscurantismo, con fantasmas, aparecidos, muertos, refranes, chistes y albures. Mientras en Al filo del agua los personajes toman conciencia y en medio de sus problemas muchos se alistan para la lucha revolucionaria, en la segunda Las tierras flacas, ya se siente el desánimo del escritor, por el triunfo del caciquismo en algunos sectores y el desparrame del oscurantismo en torno a una gente que en muchos sentidos pudo haber estado inserta en la lucha revolucionaria.
La novela con su desánimo y desamparo pese a buenas intervenciones jocosas, evidencia de otra forma, la sequía que nos arropa en este momento, con una campaña con algunos componentes utilitarios frente a una tierra, la nuestra, agraviada además por los golpes meteorológicos.
Teresa de Jesús Gil Gálvez
Nací en La Colorada, Sonora, estudié en la Universidad de Sonora que me dio mención honorífica por mi tesis La libertad de prensa en México. En la UNAM hice estudios de maestría en Ciencias penales. En medios sonorenses trabajé, desde la adolescencia, en los más importantes del estado y en julio de 1972 salí en un tren hacia la gran capital, donde he trabajado en medios importantes, diarios, semanarios y revistas, con breves retiros al mundo entre ellos una corresponsalía en España.
Colaboradora desde enero de 2017.