Utopía
Por primera ocasión desde 1970 en que me estrené como sufragante –por la “abstención activa” frente a la candidatura oficial de Luis Echeverría a la Presidencia de la República–, no hice fila para cumplir con mi obligación ciudadana.
Rompí, pues, el aburrimiento, el tedio de los cuatro funcionarios de la casilla de la Escuela Primaria Hogar y Seguridad, a nueve cuadras de mi domicilio, lo cual también es muy irregular debido a que siempre voto a una o dos cuadras de casa. Y a pregunta expresa me respondieron que abrieron la casilla dos horas antes –7:30 horas– y que la asistencia era demasiado baja. Expliqué a los atentos señores y una señora el recorrido que hice para votar y mi extrañeza por el panorama desolador de la casilla. Les adelanté: “El INE no hizo bien su trabaja, ustedes sí”.
La respuesta que recibí y encabeza esta nota resume muy bien lo sucedido: “El INE desmotivó la participación”, lo que será ampliamente documentado en términos informativos por algunos medios de comunicación, analistas políticos ajenos a las filias y las fobias –incluidas las que envuelven en lenguaje para regalo y presentan como “análisis crítico”–, y millones de usuarios de las redes sociales.
Después del niño ahogado, el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral no para de hablar sobre las virtudes de la democracia participativa, estrenada en México por primera vez en su milenaria historia con la consulta popular
sobre: “¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?”
Cantinflismo aparte impuesto por la Suprema Corte, para decenas de millones de ciudadanos, partidarios o no del presidente Andrés Manuel, incluso críticos tenaces como la eterna dirigencia del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, se trata de la posibilidad de que cinco expresidentes de México rindan cuentas ante la justicia sobre los grandes destrozos materiales y espirituales que causaron a la nación. Marcos-Galeano informa que 756 comunidades de Chiapas votaron por el Sí.
Mas es inteligente el discurso de Lorenzo Córdova que repitió durante toda la jornada dominical sobre la consulta popular que “llegó para quedarse”, la democracia política y el papel que juega el INE, pero existe un subrayado desfasamiento entre las palabras y los hechos, como lo evidenció la jornada comicial de junio en la que el Consejo General se esmeró por cancelar dos candidaturas a gobernador sólo a un partido, el del oficialismo.
No demostraron lo que es tesis del discurso, que el INE está por encima de los partidos, cuando desde el principio interpuso todas las condiciones posibles para organizar la consulta, alegando falta de dinero y exigir una gran partida presupuestal y los 500 millones de pesos asignados fueron excelente pretexto para justificar la bajísima instalación de casillas, la campaña de difusión en la que no se emplearon todos los tiempos oficiales disponibles y los anuncios fueron simples, de publicistas amateurs.
Para qué hablar del protagonismo beligerante de Ciro Murayama para provocar cada vez con más frecuencia al titular del Ejecutivo, lo que recuerda el papel desempeñado por Javier Lozano para enfrentar a los “enemigos” de su jefe Felipe Calderón. ¿Necesita el consejero presidente del INE a un porro que lo defienda de sus críticos?
Eduardo Ibarra Aguirre
Autor de Utopía. Coordinador del Grupo María Cristina. Perseguido por la Sedena (1993-2002) por difundir la propuesta del ombudsman militar. Demandante laboral del CEN del PRI (1992-93). Editor de Forum en Línea desde diciembre de 1993. Redactor de cinco libros y coautor de ocho. Corresponsal en Moscú (1977-79) y becario en Berlín (1967-68).
Colaborador desde el 12 de abril de 2021.