Utopía
Siempre pensé que tanto los hombres como las mujeres entre más viejos son o deben ser más chingones. La voz de la experiencia, pues; el aprendizaje y la sapiencia de los muchos años de vida, con independencia o casi del nivel socioeconómico y socioeducativo.
Pero después de la necedad senil de que hace impúdica ostentación Joseph Robinette Biden Jr., el presidente número 46 del imperio de las barras y las estrellas, y enseguida de ejercer como vicepresidente 47 (2009-17), es preciso rectificar ya que el octogenario que busca reelegirse en el cargo, muestra un desconocimiento monumental de la práctica de la rectificación o del reculamiento que cualquier político, no digamos un jefe de Estado y con más razón de uno de carácter imperialista, debe dominar a la perfección, incluso aunque presente a Estados Unidos como la encarnación del “imperio del bien”, como decía el cínico Ronald Reagan mientras impulsaba y hacía guerras.
Resulta que Biden visitó Polonia y al final de un discurso que pronunció el sábado 26 en el Castillo Real de Varsovia para “alentar a las democracias a una larga lucha global contra la autocracia”, afirmó como si nada que el presidente Vladimir Putin “no puede permanecer en el poder” en Rusia.
La estridente declaración de José Biden poco después de que llamó “carnicero” a Putin, fue criticada en EU y sacudió a algunos aliados de Europa occidental.
El presidente francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Olaf Scholz, rechazaron la posibilidad de un “cambio de régimen”. Macron llamó a evitar una “escalada de palabras y de acciones”. El candidato a la reelección presidencial que utiliza la crisis ucraniana para promoverse, exigió “no hay que crear una escalada ni en las palabras ni en las acciones” con relación a la guerra en Ucrania. Y reafirmó lo obvio: “Lo que todos queremos es poner fin a la guerra que Rusia lanzó en Ucrania, sin escalar el conflicto”.
En su obcecación senil Biden pierde de vista lo central y a pesar de que sus colaboradores matizaron su declaración, no se dejó ayudar y volvió a la carga con mayor torpeza.
“No me retracto. Quiero dejar claro que ni entonces ni ahora estaba articulando un cambio de política. Sólo expresé la indignación moral (sic) que siento y no me disculpo por mis sentimientos personales”.
Joe Biden
Surge en automático la pegunta: ¿Puede el presidente de USA con cerca de 173 mil soldados repartidos por el mundo y desplegados en 254 bases militares (21-II-22) actuar con base a “sentimientos personales”?
Lo peor de la terquedad presidencial es que Biden no “cree” que su comentario complique la diplomacia de este momento, según la cadena ABC. Las creencias son para ejercerse en la casa y los templos, no en los asuntos de Estado, y menos frente a Rusia y China. Pero como el miedo y la precaución no andan en burro, dejó en claro que no busca “un cambio de régimen” en Moscú (como si fuera tan fácil). Como sí lo buscan en Cuba, Irán, Nicaragua, Venezuela y Siria. Y no avanzan, retroceden la Casa Blanca, el Pentágono y complejo militar industrial que acumula grandes utilidades.
“El indignado moral” jura como si fuera un gran autócrata que “No me disculpo por mis sentimientos personales” y “no me importa lo que él (Putin) piense” (CNN).
No le falta razón al republicano de mayor rango en el Comité de Asuntos Exteriores del Senado, James Risch, al calificar los comentarios de Biden de “horrible metedura de pata”. Y exhortar: “Por favor, señor presidente, aténgase al libreto en sus declaraciones sobre la guerra en Ucrania”.
Eduardo Ibarra Aguirre
Autor de Utopía. Coordinador del Grupo María Cristina. Perseguido por la Sedena (1993-2002) por difundir la propuesta del ombudsman militar. Demandante laboral del CEN del PRI (1992-93). Editor de Forum en Línea desde diciembre de 1993. Redactor de cinco libros y coautor de ocho. Corresponsal en Moscú (1977-79) y becario en Berlín (1967-68).
Colaborador desde el 12 de abril de 2021.