Diario Ejecutivo
De licor del pueblo pasó a destilado Premium
El mezcal es una bebida que se traicionó a sí misma. (O la traicionaron los especuladores y vividores de esta industria.)
Vamos por partes:
El tequila era (y sigue siendo) una bebida de hacendados. (Al igual que el pulque). Para disfrute del pueblo.
El mezcal era una bebida del pueblo, comunitaria. (De los pobres y para los pobres, pues.)
Quizá por ese origen popular, la clase media ilustrada (no la clase media aspiracionista), después de que las principales marcas de tequila fueron vendidas al capital extranjero, comenzó a ver al mezcal como una bebida más auténtica y con un sustento social más relevante.
Lamentablemente, la clase media (ahora sí la aspiracionista) comenzó a beber tequila y hasta a convertirse en experta en esta bebida.
Por eso, hoy la clase media ilustrada (que originó el boom del mezcal) ya está excluida de su consumo. (En la ciudad de México, por ejemplo, es imposible encontrar una botella de mezcal cuyo precio sea inferior a 500 pesos por litro, mientras que hay decenas de marcas de tequila por debajo de esa cotización.)
Cuando el mezcal era una bebida popular (antes de la traición), se podía adquirir a granel (en Oaxaca ya está prohibida su venta a granel) o a precios económicos. (Recuerdo marcas como Oro de Oaxaca, Recuerdo de Oaxaca o Gusano Rojo -solo por mencionar los oaxaqueños-, que costaban la mitad que un tequila y hoy se cotizan muy por encima.)
El tequila era (y es) producido por empresas. El mezcal, en su mayoría es producido por sociedades rurales (es decir colectivamente). Sin embargo ahora, en el auge mezcalero, es envasado por empresas que con botellas “curiosas” elevan su precio. (Como sucedió hace dos décadas con el tequila Porfidio, que se convirtió en moda hasta que se descubrió que solo era bebida a granel, envasada por una empresa que aprovechó el boom.)
El tequila, históricamente fue producido por haciendas que se convirtieron en empresas en una fabricación industrial. El mezcal, ahora, ostenta la leyenda “artesanal” con lo que aumenta su precio, aunque sea elaborado como se hacía, colectivamente, hace 50, 40, 20 o 10 años.
De acuerdo con Abelino Cohetero, presidente del Consejo Mexicano Regulador de la Calidad del Mezcal (Comercam), el futuro del mezcal es “convertirse en un licor premium que impulse económicamente a sus comunidades”.
La pregunta es si ¿realmente impulsará económicamente a las comunidades el hecho de que a los campesinos productores de agave mezcalero se les paguen menos de ocho pesos el kilo? (En el caso del tequila el kilogramo se ubica en 12 pesos y se vende más barato al público.)
La otra pregunta concreta es ¿quién se queda con las ganancias del mezcal: los ejidatarios, los intermediarios o las empresas distribuidoras?
El hecho es que la industria mezcalera alcanza crecimientos de 30 por ciento al año y en 2021 se produjeron ocho millones 100 mil litros, de los cuales se exportaron dos de cada tres litros. Pero el productor primario recibe alrededor de 100 pesos por litro y a veces hasta menos.
En 2019, el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, realizó un estudio específico llamado “Conociendo la Industria del Tequila y el Mezcal”, el cual aporta datos interesantes de estas dos bebidas, hasta antes de que comenzara la pandemia, de los cuales vale la pena reproducir algunos:
-De toda la Industria del Tequila y el Mezcal, el tequila representa alrededor del 87 por ciento de la producción y el mezcal sólo 13 por ciento.
-Para el caso del tequila, tienen el sello de la Denominación de Origen del Tequila 181 municipios que se encuentran en cinco estados (Jalisco, Guanajuato, Michoacán de Ocampo, Nayarit y Tamaulipas), en los que habitan 10 millones 493 mil 356 personas, incluyendo toda la zona metropolitana de Guadalajara con municipios como Zapopan, Tlajomulco, y Tlaquepaque.
-Para el caso del mezcal, tienen la Denominación de Origen 963 municipios que se ubican en nueve estados de la República Mexicana, en los que habitan 17 millones 806 mil 184 personas.
-En la Industria del Tequila y el Mezcal la participación de las microempresas está aumentando, al pasar de 70.7 por ciento de las Unidades económicas dedicadas a esta industria a 81.1 por ciento en 10 años. Sin embargo, la producción se concentra cada vez más en las empresas medianas y grandes, al pasar de 90.1 por ciento a 95.2, en los mismos 10 años.
-En la Industria de las bebidas de agave en ocho Unidades económicas se concentró 76.4 por ciento de la producción y empleó al 28.4 por ciento del personal ocupado.
-En el caso de la Industria del Tequila y el Mezcal la subcontratación de personal representó 45.5 por ciento del total del personal ocupado en esta industria.
– Las remuneraciones pagadas en la Industria del Tequila y el Mezcal son superiores a las que se erogan en promedio en las Industrias manufactureras y son de aproximadamente 20 mil pesos al mes, contra 16 mil de las industrias manufactureras.
– La industria del tequila y el mezcal tienen que ver con dos ramas del sector primario, 48 del sector secundario y 93 del sector comercio y servicios.
-En 2018 se exportaron 209 millones de litros de tequila que representaron mil 582 millones de dólares.
-En ese año, las exportaciones de mezcal, llegaron a siete millones 125 mil litros, que representaron 53 millones de dólares.
-Esto quiere decir que cada litro de tequila exportado tuvo un valor de menos de ocho dólares, mientras que cada litro de mezcal tuvo un valor de 40 dólares.
-Estos son datos que no menciona el INEGI, pero que valen la pena dejar en claro: del tequila dependen 70 mil familias, del mezcal 125 mil familias.
Todos estos datos lo demuestran: el mezcal traicionó su origen y de una bebida del pueblo se convirtió en un licor para una élite que puede pagar más de 500 pesos por una botella. Parte de esta cantidad es por el Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IEPS) que llega a ser de hasta 400 pesos por litro (pero lo mismo sucede con el tequila).
Lamentablemente, el mezcal se vende caro al consumidor, pero el productor recibe menos de ocho pesos por el kilo de agave y apenas 100 pesos por el litro de la bebida.
Dice el filósofo del metro: de lo comunitario a lo suntuario hay un proceso intermediario.
Roberto Fuentes Vivar
Columnista y periodista fundador del UnoMásUno y la Jornada. Estudió Periodismo en la reconocida escuela Carlos Septién García y cursó la Licenciatura en Letras Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Actualmente es periodista independiente, conocido como “El Filósofo del Metro”.
Colaborador desde el 6 de marzo de 2022.
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