Diario Ejecutivo
Los empresarios siempre han jugado a la política.
Lo pueden hacer de dos formas: abiertamente o de manera hipócrita.
En ambos nunca se había registrado una participación tan poderosa como la actual y precisamente para favorecer a la oposición en contra de la IV Transformación.
Al respecto hay que analizar algunos aspectos específicos de la participación empresarial en la política mexicana.
-Grandes empresarios financiaron (de manera hipócrita o abiertamente) campañas en contra de Andrés Manuel López Obrador en las elecciones de 2006, 2012 y 2018.
-Prácticamente durante todo este sexenio muchas grandes empresas utilizan parte de sus presupuestos de publicidad y relaciones públicas en cabildear en contra del gobierno (de manera hipócrita), como me lo han hecho saber varios publirrelacionistas que consideran que por este motivo destinan más dinero a ese cabildeo que a la propia imagen de sus marcas y empresas.
-Muchos de los grandes empresarios se han reunido con el presidente López Obrador y al día siguiente (de manera hipócrita) financian campañas en su contra, destinando millones de pesos para ese fin.
-Para nadie es secreto que (de manera abierta, o quizá encubierta) Claudio X González Jr. Fue el promotor de la unión de los partidos PAN, PRD y PRI. También fue -como se ha denunciado pública y mediáticamente- el principal promotor de que Xóchitl Gálvez alcance la candidatura del Frente Amplio por México. Si bien este personaje no es empresario en sí mismo (todo lo maneja en nombre de una supuesta sociedad civil) sí cuenta con muchos millones de pesos para poder apoyar a candidatos, al ser hijo de quien fuera el principal cacique de los organismos de la iniciativa privada durante casi cuatro décadas.
-Hace unos días -luego de que el presidente anunció que el gobierno haría lo posible para cobrarle las deudas fiscales-, en su cuenta de twitter o X, Ricardo Salinas Pliego publicó (de manera abierta) una foto suya con Eduardo Verástegui y anunció “estamos cocinando otras sorpresas. Ya se enterarán después”. El actor ya anunció al Instituto Nacional Electoral su deseo de contender en 2024 como candidato independiente. Necesita conseguir un millón de firmas, pero que sucederá si crea una corriente política de ultraderecha y se convierte, como dice un amigo mío, en “El Bolsonaro Mexicano”. Otro lo llamó “El Milei mexicano”.
– Esta semana el columnista de negocios Mario Maldonado (uno de los periodistas más enterados de ese ambiente) publicó en El Universal que de los grandes empresarios hay algunos que “parecen estar más encarrilados a la continuidad con Claudia Sheinbaum que a la alternancia” y explica que entre ellos estarían Carlos Slim, Alejandro Baillères, Antonio del Valle Ruíz y su hijo Antonio del Valle Perochena, la familia Hank, los Villarreal, Fernando Chico Pardo, Blanca Treviño, Laura Diez Barroso, Armando Garza Sada y otro puñado de empresarios regiomontanos. Por el lado contrario estarían Claudio X. González Eduardo Tricio, Alejandro Ramírez, Valentín Diez Morodo, José Antonio Fernández, María Asunción Aramburuzabala y Germán Larrea.
En síntesis, puede observarse cómo hay por lo menos dos empresarios que abiertamente apoyan dos posibles candidatos de oposición Gálvez (por la derecha) y Verástegui (por la ultraderecha), mientras que no hay posicionamientos a favor del partido en el poder, salvo algunas muy aisladas y en un contextos específicos.
Históricamente los grandes empresarios le han apostado (de manera hipócrita) a todos los jugadores y -generalmente por abajo del agua- financiaban algunas campañas oficiales, en favor de ellos. Quizá también (nuevamente de manera hipócrita) algunos empresarios financiaban también campañas negras, como se hizo en las últimas tres elecciones para la Presidencia de la República.
También históricamente las agrupaciones empresariales han tenido simpatías por algunos partidos: Coparmex y la Concanaco por el PAN y Concamin y Canacintra por el PRI. Algunas otras, como el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios (ahora Consejo Mexicano de Negocios) y el propio Consejo Coordinador Empresarial han sido cambiantes y han simpatizado (de acuerdo hacia dónde iba el viento) al PRI y al PAN.
Sin embargo, sí han sido grandes votantes, tanto los empresarios como los organismos de la iniciativa privada, habían sido una especie de grandes votantes cuya opinión era seguida por cientos de miles de mexicanos.
Ahora la situación ha cambiado, pero sí es urgente que se transparenten las simpatías empresariales. Incluso que se modifiquen las leyes para que el financiamiento sea abierto y se dejen de lado las hipocresías históricas.
Dice el filósofo del metro: la transparencia significa consciencia.
Roberto Fuentes Vivar
Columnista y periodista fundador del UnoMásUno y la Jornada. Estudió Periodismo en la reconocida escuela Carlos Septién García y cursó la Licenciatura en Letras Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Actualmente es periodista independiente, conocido como “El Filósofo del Metro”.
Colaborador desde el 6 de marzo de 2022.
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