MUJERES Y POLITICA.- Enrique Peña Nieto experimentó en la Universidad Iberoamericana la manifestación de una generación que no quiere vivir en el pasado o que no quiere que el pasado regrese al poder. Los chicos ibero se prendieron en serio y no dieron tregua al candidato priista que se sintió acorralado e intimidado por jóvenes que a gritos le reclamaron por los hechos siempre lamentables de San Salvador Atenco, el fenómeno del feminicidio y su ascendencia política y personal con Carlos Salinas, entre otras muchas cosas.
En la Ibero, Peña Nieto se encontró con ese rostro que no debería desconocer quien está consciente de la realidad mexicana y quien no debería estar dispuesto al autoengaño, se encontró con parte de su realidad y, sin duda, se asustó. Las crónicas de los hechos son contundentes y muestran a un candidato y su equipo buscando una salida de la institución, pésima imagen mostró el priista atemorizado por el reclamo, lo que nos lleva a pensar en esas debilidades, tal vez no aptas para quien aspira a dirigir un país con millones de personas inconformes.
Lo que hicieron los “chicos Ibero” me recordó dos cosas, 1) la conversación con un grupo de jóvenes que irán a las urnas el próximo julio y lo harán con algo que llevan como una pesada loza, porque dicen que no quieren ser los responsables del regreso del PRI, pero tampoco quieren la continuidad del conservadurismo del PAN ni ven en “la izquierda” amorosa una alternativa. Peligroso resulta que después del debate presidencial XXX, algunos y algunas no puedan distinguir el fascismo de Quadri, cuya verborrea llega a invisibilizar a quien se esconde en su espalda: doña Elba Esther.
Y 2) la utilización de las redes sociales en la contienda electoral, donde la juventud mexicana encontró mecanismos de interacción, que sin embargo, no dejan ser relajadas en extremo. Así encontramos que aunque Peña Nieto tiene unos dos millones de seguidores en Facebook, sus adversarios han creado páginas que sirven como escaparate para manifestar su desacuerdo con el candidato priista. Algunas de estas páginas con más de cien mil seguidores es la de “Chistes de Peña Nieto”; “Razones para no votar por Peña Nieto en 2012” con otros casi 40 mil seguidores; “Evitemos que Enrique Peña Nieto llegue a la presidencia” con casi 21 mil o el de “Televisa no me va a imponer a Enrique Peña Nieto como presidente de México” con siete mil seguidores más.
La página oficial de Josefina Vásquez Mota llega a poco más de un millón 600 mil seguidores y como su adversario priista también tiene su página de chistes. AMLO tiene en su página de Facebook poco más de 320 mil seguidores y Gabriel Quadri apenas 76 mil ¿serán maestros sindicalizados?
En suma, la juventud mexicana se acerca a la contienda electoral desde los medios electrónicos y, desde el ciberespacio participa y lo que dice una parte importante de esos potenciales electores y electoras debe quitarle el sueño a la candidata y los candidatos.
Al principio pensé en los malos operadores políticos que exponen a sus candidatos o la candidata al llevarlos a escenarios adversos porque son incapaces de detectar el antagonismo ciudadano. Ya vimos a Josefina Vásquez Mota sufrir ese malestar cuando con sus seguidores interrumpió un rico desayuno de quecas en una carretera y tuvo que abandonar el sitio, eso sí, tras pedir disculpas.
No, ahora lo que pienso y comparto, es que quienes aspiran a ocupar la silla presidencial se enfrentan al cansancio –delirante desaliento- que nos ha producido la corrupción, el valemadrismo que se ha institucionalizado, la indolencia, las tiranías y las dictaduras partidistas, la guerra de Felipe “El Valiente” Calderón y sus más de 60 mil muertos y muertas, la violencia suprema que se apodera de calles y carreteras, pero también la que silencia periodistas y la libertad ciudadana de estar informados o de hablar, el aumento de la pobreza y las otras violencias que de tan comunes se volvieron invisibles, la que secuestra maternidades o incrementa la orfandad y la que toma a las mujeres –sobre todo jóvenes- como el parte del trofeo de guerra o las exhibe.
Agotamiento que en algunos casos se ha convertido en fuerza para preguntarle a Felipe Calderón y a la clase política ¿hasta cuándo? Tal y como lo hicieron las madres de las y los desaparecidos de los últimos años; como lo hacen los días 5 de cada mes –desde hace casi tres años- las 49 familias que perdieron a sus niñas y niños, y más de 70 que resultaron heridos en el incendio de la guardería ABC en Hermosillo, Sonora.
Enfado de una sociedad que religiosamente paga sus impuestos y trata de vivir en la medianía de sus posibilidades, mientras los nuevos ricos-políticos aparecen en las portadas de las revistas rosas, compran mansiones, viajan al extranjero en unas muy merecidas vacaciones, de compras o al médico porque ellos y ellas, tampoco confían en el sistema de salud público o privado del país…
Lo que pasó en la Ibero, insisto es una pequeña muestra de una sociedad que está fastidiada de mantener los elevados sueldos, los viajes, las becas en universidades europeas y estadounidenses de sus hijos e hijas, los seguros médicos, sus gustos y otras desaseadas prebendas como sus abultados aguinaldos y regalos de mil 642 diputados en todas las entidades, incluida la Asamblea del DF y los 500 federales, más los 128 senadores. Los principados en los que mandan mil 770 legisladores, una “clase política” que no responde a nada ni a nadie y que sea del color que sea, actúan como verdadero gremio.
Una población que está harta de transitar cada día por calles llenas de baches que pululan y aparecen de la noche a la mañana. Una población aburrida de vivir sin alumbrado público, con un transporte de cuarta categoría y agua “¿potable?” de tercera, ya no digamos nada de las banquetas un lujo que no todas las colonias tienen y menos hay que decir sobre los desechos a cielo abierto y la promesa de que, ahora sí, van a resolver el cochinero y combatir la corrupción; contaminación del aire por parte del pulpo camionero y presidentes municipales como el de Oaxaca de Juárez, donde Luis Ugartechea es cada vez más opaco e incapaz de hacer frente a las necesidades de la ciudadanía.
Los “fuera, fuera” que le gritaban a Peña Nieto los universitarios de la Ibero, salieron de un sitio profundo y muy adolorido como ese escenario que no se olvida: la pobreza y la ignorancia, el hambre y el frio que expulsa a mujeres y hombres hacia otras latitudes, donde perseguidos por la bestia o esclavizadas sexualmente, pueden lograr lo que su país les arrebató: su felicidad, su bienestar personal a costa de sus vidas.
Hartazgo total que no se rinde a los pies de la tiranía de cualquier servidor público, como del personal médico que niega la atención oportuna a las mujeres al momento del parto, las regañan y provocan que una niña nazca con retraso mental o que un médico viole a su paciente y nada, nada pase.
Un país con delincuentes de cuello blanco que roban a manos llenas las arcas de un estado y luego como por arte de magia casi les tengan que decir a los ex funcionarios ulisistas “usted perdone, nuestras sospechas de corrupción eran infundadas”, es más –le dirán al ex secretario de Finanzas- que los más de mil millones de pesos que habría robado fue pura ilusión, imaginación de quienes se oponen al avance de la democracia.