EXPRESIONES.- El presidente electo de México, Enrique Peña Nieto, decidió reunirse con los llamados gobernadores de izquierda, aunque todos sabemos que en la actualidad la filiación política en la clase política nacional es como un traje que se quitan y se ponen, según convenga.
Así acudieron a la cita gobernadores como Ángel Aguirre Rivero, de Guerrero; Arturo Núñez Jiménez, de Tabasco; Gabino Cué Monteagudo, de Oaxaca, todos ex priistas.
Del mismo modo estuvo en la reunión Graco Ramírez Garrido Abreu y Miguel Ángel Mancera, éste último con camiseta de Marcelo Ebrard, de quien se dice es de la “izquierda moderna”, no de la MORENA de López Obrador, pero que como éste tiene un pasado priista.
Todos fueron con el fin de fijar una relación institucional con el nuevo gobierno de la República, empero nuestro gobernador, Gabino Cué Monteagudo, fue el único que desenvainó su espada.
Cué declaró a los medios que esperaba “poder tocar los temas relacionados con el financiamiento de infraestructura que se había comprometido en el sexenio pasado”.
Y enfatizó en plural que: “Queremos conocer el punto de vista del Presidente electo si hay alguna intención de fortalecer el desarrollo regional. Nos interesa –agregó– tener la confianza de que su administración va a tener continuidad en los proyectos”.
Uno se pregunta: ¿Y si a Peña se le hubiera ocurrido decir que NO?
La información publicada en medios nacionales genera incertidumbre para la entidad, sobre todo porque actualmente el Presidente electo está entablando puentes de entendimiento, no está leyendo cartillas ni fomentando resquemores, simplemente abriendo cauces a la coordinación y a la atención de los problemas.
Pero al parecer hay diferentes líneas entre la llamada izquierda mexicana, y el Gobernador oaxaqueño llevaba la suya, aunque finalmente tuvo que ceder ante la cordialidad manifiesta de sus homólogos.
Finalmente hubo compromisos, abrazos y apretones de manos.
Oaxaca de Juárez, Oax., jueves 25 de Octubre/2012
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