ISONOMÍA
El concepto de “Nueva normalidad” que nos propone la 4T tiene un potencial de significados enorme. No debía de tratarse sólo de un calendario de vuelta a las actividades sociales.
Debería prefigurar el desenlace de la gran lucha actual por construir el futuro con nuevas perspectivas; nuevos valores, nuevas correlaciones políticas sociales, nuevos códigos de interpretación de nuestra vida personal y social.
Es el proyecto de superar la pandemia reinventándonos todos en un nuevo compromiso personal y nuevo pacto social menos inhumano, menos asimétrico y más de solidaridad con la gente.
Y conste que no somos ingenuos porque sabemos de las enormes dificultades para llevar adelante un proyecto de esa naturaleza.
Pero la historia nos ha enseñado que las crisis pueden generar la subversión de la conciencia popular para empujar y consolidar cambios.
Aunque los adversarios del pueblo también tienen sus proyectos: la de desbarrancar el proceso de cambios en nuestro país y volver al viejo esquema neoliberal.
Ahí está la apuesta para que al Presidente le salgan mal las cosas en la conducción de la pandemia para que se genere la insatisfacción y hasta la revuelta popular: sueños guajiros. Eso, afortunadamente, no va a pasar.
Las oportunidades están ahí, pero hay que tomarlas. La historia la construyen las personas con voluntad, coraje e imaginación.
Lo más probable es que no volveremos al pasado como quieren los contras de la oposición.
¿Pero qué seremos capaces de construir como Nueva normalidad los que queremos una sociedad más justa y de mayor bienestar?
¿Usted que cree?