La Suave Patria
- Divisadero, Creel, Urique y Tararecua, maravillas por conocer.
- Destinos más que atractivos y trepidantes para aventureros.
- Hay que reservarse dos días y una noche para recorrerlos.
- Están a tres horas y media de la capital chihuahuense.
- El lago de San Ignacio Arareco y la cascada de Cusárare.
- Basaseachi y La Candameña, las postales más hermosas.
Divisadero
Divisadero es considerado un alto obligatorio al hacer el recorrido en el Chepe Express, el Ferrocarril Chihuahua Pacífico, por una sencilla razón: ahí se encuentra uno de los monumentos naturales más espectaculares de México y del mundo, desde donde se aprecian los cañones de Urique, Tararecua y las Barrancas del Cobre.
En este sitio se recomienda caminar por la orilla de la barranca que ofrece un panorama emocionante e insuperable, a lo que se suman tres de los mejores hoteles, desde cuyos balcones de las habitaciones permiten ver la magnífica belleza de esas obras de la naturaleza.
Desde la construcción del parque, Divisadero y otros lugares se han vuelto aún más atractivos y trepidantes para los aventureros, pues apenas se entra a ellos no se sabe por dónde empezar, y los guías enlistan lo que se puede practicar.
Dependerá de cuánto sea lo que uno quiera realizar, recomendando reservar por lo menos dos días y una noche, para que toda la familia pueda disfrutar de las distintas actividades, y hay otra opción espectacular: sobrevolar los cañones en helicóptero porque las barrancas revelan así sus más majestuosos escenarios.
Creel
Pueblo Mágico ubicado al suroeste de Chihuahua, Creel está a 260 kilómetros de la capital estatal, que se recorren tres horas y media, hasta una altitud de dos mil 240 metros sobre el nivel del mar, y que gracias a su cercanía con las Barrancas del Cobre, por su cantidad de servicios dedicados a la hospitalidad, sus vías de acceso, valles y cascadas, el pueblo es considerado una de las puertas de entrada a la Sierra Tarahumara.
A lo largo de la calle principal se encuentran numerosas tiendas que ofrecen artesanías mayormente rarámuris y en donde los transportistas ofrecen los tours por los alrededores y a los mejores hoteles y restaurantes, el Templo de Cristo Rey, la Plaza de Armas y la antigua estación del ferrocarril.
Arareco
A solamente siete kilómetros al sur de Creel se encuentran una numerosas y extrañas formaciones rocosas, situadas en un valle donde al caminar por sus senderos se huele el aroma del bosque, y a la misma distancia está San Ignacio Arareco, poblado rarámuri con un lago de gran belleza.
La cascada de Cusárare, a su vez, es una caída de agua rodeada de bosques de pinos, encinos y por lo general el sendero se recorre a pie hasta llegar al mirador que es impresionante, con la opción de bajar los 280 escalones para llegar hasta el nivel del río.
Basaseachi
Por la belleza paisajística sin igual, y por contener las dos cascadas más altas de México, se sugiere reservar otro par de días para visitar el salto de Basaseachi a una hora y media de Creel, seguido de La Candameña, mejor conocida como la Barranca de las Cascadas, otra joya que encierran las Barrancas del Cobre.
En el Parque Nacional se ubica Basaseachi, la cascada más alta de México con 256 metros de caída que, en épocas de lluvia, tres kilómetros río abajo, forma otra cascada, la de Piedra Volada con 456 metros.
Ambas caídas de agua son las postales más hermosas de la Sierra Tarahumara, y junto a ésta maravilla está la Peña del Gigante, montaña de casi mil metros de altura, paraíso para escaladores, campistas y aficionados trepadores de alta escuela.
Basaseachi tiene veredas para descender hasta el sitio de la caída, recomendadas para campistas profesionales y definitivamente no apropiada para aficionados, quienes deben consultar con los guías locales, que darán opciones para visitar los miradores más accesibles.
Para visitar el mirador de Piedra Volada y la Peña del Gigante es preciso contratar un guía local, ya que las veredas no están bien señalizadas; pero la vista tan extraordinaria que ofrecen estos parajes justifica el esfuerzo, sean los que fueren en estos territorios grandiosos del México profundo.
Luis Alberto Adrián García Aguirre
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, en donde estudió dos licenciaturas: Periodismo y Comunicación Colectiva (1968-72) y Relaciones Internacionales (1973-77). De 1995 a 2002, colaboró con Reporteros Sin Fronteras (RSF) de París y el Comité de Protección a Periodistas (CPJ) de Nueva York. En los años 2000 y 2015, obtuvo el Premio Nacional de Periodismo.
Colaborador desde el 5 de febrero de 2020.