OAXACA, OAX., julio 21.- Hay gentes que tienen una vida de perro y hay perros que viven a cuerpo de rey, como los vistos ayer tarde en el zócalo, donde su propietaria los alimentaba ni más ni menos que con rebanadas de jamón, mientras centenares de niños necesitan alimentos para comer y sobrevivir. Que contraste.

Eran alrededor de las 16 horas y minutos, cuando en una de las banquitas del zócalo, por el lado oriente, permanecía una joven cuidando 4 perros que los tenía amarrados.

Al preguntarle la procedencia de esos animales, brevemente indicó que los dueños procedían de la ciudad de México, pero ¿como trajeron a los 4 perros? muy fácil—dijo— en un auto particular, agregando que siempre acompañan y son llevados por sus dueños a los lugares que visitan, que en este caso fue Oaxaca.

Mientras la jovencita cuidaba a los 4 canes, los propietarios de los animales saboreaban alimentos de la comida que le servían en uno de los portales del centro de la ciudad, el de Las Flores.

Repentinamente apareció una señora llevando en la mano buena cantidad de jamón e inició su labor de alimentar a los 4 animales, dio a los más grandes rebanadas enteras en el hocico y a los pequeños o adoptados, pedazos pequeños del producto que es consumido de vez en cuando por los humanos.

Posteriormente hubo necesidad para complementar la comida, de dar agua a los canes y los atendió la misma persona que les dio a comer jamón, y ahora el líquido a consumir era de botella de plástico, de esas que venden con un costo de 6 a 10 pesos o un poco mas, dependiendo del tamaño y marca.

Y como decimos al principio de la información, hay gentes que viven como perros y hay perros que son alimentados a cuerpo de rey, como en este caso, donde al parecer se trata de gente adinerada que se da el lujo de gastar lo que sea para tener bien alimentados a sus canes.

Ahí en el mismo zócalo, a esa hora—16 y minutos—un contenedor se derramaba de basura, mientras en las calles de su alrededor, un elemento al servicio del Ayuntamiento recogía desechos arrojados en la vía pública por propios y visitantes.

En el interior del mismo zócalo, otro elemento de los que procuran mantener limpia y dar buena imagen a la ciudad, escoba en mano arrastraba y juntaba para después recoger la basura, ahí arrojada.

Y contrastes de la vida, a esa hora, mesitas del restaurante café bar El Importador, del portal Mercaderes, permanecían vacías, mientras del otro lado, en el portal de Las Flores, estaban abarrotadas y a reventar las del bar Jardín.

Por algo será, sus motivos habrá, pero esa fue la realidad observada ayer en los portales mas populares del Centro Histórico, mientras particulares y familias enteras procedentes de diversos lugares del país y del extranjero, al igual que oaxaqueños, iban de un lugar a otro sin apuración alguna, al fin estamos disfrutando de las vacaciones de verano y hay tiempo para todo.