Libros de ayer y hoy
Esclavitud y otros crímenes. El problema de la niñez se complica de manera terrible. Ya no son solo problemas de salud, educación y pobreza que se acentuaron con la pandemia. En su momento se ha denunciado y ya existen leyes, la explotación laboral no acorde con la edad.
Ahora la situación escala al crimen, en el que la niñez es usada no solo en la trata, en el uso sexual personal, sino como oreja, como delator, como uso miserable de pedigüeño contratado, entre muchas variantes, incluyendo los matrimonios con infantes no solo para uso físico, sino para solventar negocios. Eso lo acaba de denunciar el senador morenista Armando Guadiana Tijerina, en una propuesta para enfrentar el problema, dirigida a todos los estados del país.
En lo referente a lo laboral, El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) difieren un poco en los conceptos. La primera se refiere siempre al trabajo infantil, aún en las violaciones y la OIT es tajante al llamar a esa circunstancia como explotación infantil. El organismo de la ONU no rechaza el trabajo infantil apropiado, porque considera que el niño puede hacer tareas que no afecten su salud y su educación.
El problema es que el límite se convierte en impreciso. En África por ejemplo, trabajan según UNICEF 72 millones, pero la OIT da la cifra cercana a 50 millones y en América, es México el segundo país después de Brasil que tiene la cifra mayor de niños y adolescentes de 5 a 17 años que trabajan; es según Inegi, de 3 millones 300 mil. En el mundo, la cifra que se menciona es de 152 millones. La explotación laboral, es lo que ha llevado a los demás problemas y peligros.
Hay prácticas nuevas para utilizar a niños
Desde hace tiempo se ha venido denunciando que en el centro de la ciudad, hay comerciantes informales que contratan niños como vigilantes delatores, para dar la voz de alerta cuando pasa la policía que controla los espacios.
Con la denuncia del senador se agregan prácticas de contratación para la mendicidad y otras actividades. Sobre todo en los cruceros. Muchos niños que piden limosna, tienen mandantes que los están vigilando y les quitan la mayor parte de lo obtenido. Es un negociazo, porque los niños, por su apariencia concitan a la gente a cooperar.
Las leyes mexicanas controlan todo ese tipo de situaciones, lo que hay que hacer es aplicarlas y para eso se precisa la denuncia. Pero algunos padres y otros familiares suelen ser cómplices. Comenzando por el artículo Tercero Constitucional, que delinea cual debe ser el trato para la infancia, seguido por la Ley para la Protección de los Derechos de las niñas, niños y adolescentes de mayo del 2000, que debería de tener una aplicación más efectiva de su artículo 21, en el que se tipifican los delitos en contra de los menores.
Los nuevos que aparecen pueden estar en las definiciones de ese articulo que habla de explotación, uso de drogas, secuestro, trata. abuso físico y emocional, entre otros. Los casos de los niños explotados aumentan según la OIT el .7 por ciento con las crisis económicas, cosa que se vislumbra en este momento con el retroceso que se anuncia.
Charles Dickens, el escritor que denunció la explotación infantil
Todas las variantes que ahora se ven en tomo a la niñez, fueron abordadas por el escritor inglés Charles Dickens que en su momento fue el promotor de la ley de 1842, sobre el límite del trabajo de mujeres y menores y la prohibición de que laboraran por la noche.
Las obras que dedica exhaustivamente al tema, en una denuncia que ha sido llevada al cine en filmes clásicos, son Oliver Twist, David Copperfield y Grandes esperanzas. Dedicado mas bien al tema social religioso, pese a que ya florecía la doctrina marxista, Dickens describe en sus libros el ámbito criminal que sujetaba a la niñez desvalida y huérfana, en temas que denunció ahora el senador Guadiana Tijerina. El uso de niños en robos, y mendicidad, sobre todo, sometidos a una esclavitud permanente con golpes y torturas.
En una de las versiones de Oliver Twist, la del 68, dirigida por el famoso director Carol Reed y que ganó siete Óscares, se retrata con toda precisión la forma como son sometidos los niños abandonados y huérfanos, el secuestro, los castigos y el bloqueo para su fuga. Novela escrita en 1838, refleja, por desgracia, lo mismo que está pasando en este momento en el mundo.
Teresa de Jesús Gil Gálvez
Nací en La Colorada, Sonora, estudié en la Universidad de Sonora que me dio mención honorífica por mi tesis La libertad de prensa en México. En la UNAM hice estudios de maestría en Ciencias penales. En medios sonorenses trabajé, desde la adolescencia, en los más importantes del estado y en julio de 1972 salí en un tren hacia la gran capital, donde he trabajado en medios importantes, diarios, semanarios y revistas, con breves retiros al mundo entre ellos una corresponsalía en España.
Colaboradora desde enero de 2017.
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