Utopía
El ministro de la Suprema Corte, Luis María Aguilar Morales, retiró en el último momento su proyecto de sentencia en el que proponía “sancionar hasta con la separación de su cargo” al presidente Andrés Manuel por no ratificar a una magistrada del Tribunal Federal de Justicia Administrativa.
Los detalles del caso consisten en el amparo promovido por la magistrada María Templos Vázquez, misma que impugna que no fue ratificada por otro periodo de una década, como integrante de la Sala Regional del TFJA. Templos concluyó su periodo el 26 de julio, pero cumplió previamente con el proceso para su ratificación, que incluyó una evaluación de su desempeño, la cual fue enviada a López Obrador quien omitió darle respuesta. María Bárbara promovió un amparo, del cual obtuvo una suspensión que le permitió seguir como magistrada, aunque con otra adscripción.
Es decir, porque “pasó la mosca” el ministro que abiertamente milita a favor de los amparos y controversias constitucionales que impliquen un revés jurídico, político e incluso económico para el gobierno de México, se lanzó aparentemente a lo borras en contra del titular del Ejecutivo que arribó a Palacio Nacional con 53.19% o 30.11 millones de votos y que ahora se expresa en el respaldo de entre 60% y 72%, de acuerdo a encuestas serias debido a que no “cucharean” resultados.
Es un robusto respaldo legitimador del programa de transformación, con sus grandes aciertos pero también con sus inocultables errores, que implica por así decir la duplicación o más de la voluntad ciudadana expresada hace un quinquenio, pero que a Luis María le importan muy poco. Su voluntad está por encima de todos, menos de los que se acostumbraron a proceder como dueños de México y utilizar a la Suprema Corte para proteger legalmente sus grandes fortunas mal habidas porque fueron obtenidas al amparo del poder público.
El retiro de un proyecto ya listado para votación supone que el ministro Aguilar revisará su propuesta, que hay nuevos elementos para analizar o bien que alguna de las partes se desistió. Es para registrarse que este proyecto se hizo público en momentos en que el gobierno de la Cuarta Transformación anunció que presentará una queja en contra de Aguilar. En cualesquiera casos, muy bien que reculó el promovido a la Corte por el presunto genocida Felipe Calderón.
El mismo día del reculamiento del ministro Luis María, AMLO formuló desde las muy escuchadas, vistas y leídas mañaneras –como se reportó con datos de una encuesta–, en este caso la del miércoles 24, las siguientes preguntas: ¿Para quién trabaja el ministro (Aguilar Morales)? ¿Le importa que los niños tengan libros de texto? ¿Está pensando que, si se quedan sin libros los niños, sus padres no tienen para comprar libros? Evidenció, así, el doble rasero en sus tiempos. Apenas unos días para suspender la distribución de libros de texto y ocho meses sin resolver un expediente de evasión fiscal por 25 000 millones de pesos, que todo indica se trata del magnate Ricardo Salinas, el plutócrata narcisista que ostenta su riqueza y enfermiza homofobia sin compadecerse de sí mismo.
Mientras que en el Senado circula la propuesta de César Cravioto para que la Cámara de Diputados “descuente esa suma del presupuesto que se asignará al Poder Judicial para 2024”, ya que al ministro Luis María no le importa que no se cobre esa millonada a Elektra y Tv Azteca, porque él y los demás integrantes de la Suprema Corte gozan de sueldos de más de 250 000 pesos y otras prestaciones cuantiosas y por eso no le apura si el fisco cobra o no a los morosos. A ver si con ese recorte al Poder Judicial se apuran.
Eduardo Ibarra Aguirre
Autor de Utopía. Coordinador del Grupo María Cristina. Perseguido por la Sedena (1993-2002) por difundir la propuesta del ombudsman militar. Demandante laboral del CEN del PRI (1992-93). Editor de Forum en Línea desde diciembre de 1993. Redactor de cinco libros y coautor de ocho. Corresponsal en Moscú (1977-79) y becario en Berlín (1967-68).
Colaborador desde el 12 de abril de 2021.
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