CRÓNICAS DE LA ÍNSULA
Aún faltan formalmente dos larguísimos años para que termine este sexenio de gobierno de Oaxaca y parece que estuviéramos ya al final del mismo.
Con asesinatos a políticos y funcionarios, así como a personas vinculadas a los mismos. La ingobernabilidad es evidente. El crecimiento de hechos delictivos se ha disparado, está fuera de las estadísticas.
Tanto sacrificio y esfuerzo desde el año 2006, cuando se incubó el triunfo de la oposición en Oaxaca, para llegar a estos resultados. Entusiasmada la población esperaba un buen gobierno en 2010, pero recibió el peor de la historia de Oaxaca.
Sobran los testimonios. Cuatro años de presumir la consecución de “Presupuestos históricos” y no hay obra que justifique tanto dinero. Por si fuera poco, desde 2013 Oaxaca ocupa el tercer lugar entre los estados más endeudados del país.
Millones de pesos en recursos federales no han sido aplicados en los municipios para los cuales fueron etiquetados. Hay ejemplos a pasto: En Putla de Guerrero un funcionario de CAO fue despedido en 2012 por revelar la corrupción en Sinfra y CAO por obras “infladas” y carreteras que se construyen en esa zona con recursos federales de SCT pero facturadas y pagadas con recursos del Gobierno del Estado de CAO a otras empresas.
Se exhibieron pruebas en diversos medios en un escándalo que duró buen tiempo. En vez de investigar y castigar a los culpables, despidieron a quien acusaba con pruebas.
El escándalo actual que mantiene en jaque a la administración estatal con la extraña muerte de un alto ex funcionario de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), que puede ser una ejecución, Rafael Pérez Gavilán Escalante, se suma a la abultada historia de escándalos que de manera permanente ha sostenido esta dependencia, con su titular Germán Tenorio Vasconcelos.
Además de escándalos de corrupción y negligencias médicas, acentuadas en mujeres indígenas parturientas con historias que han dado vuelta al mundo, también se han exhibido malos manejos y peculado con pruebas en esta administración de la Secretaría de Salud.
El año pasado se publicó que no ejerció y tampoco devolvió 26 millones 519 mil pesos a Sedesol, lo que la delegación estatal exigía le fueran reintegrados (Oficios de agosto a noviembre de 2013 en poder de esta columna).
Con esa inversión federal, y una aportación estatal de similar cantidad, debieron construirse 2 mil 257 sanitarios ecológicos en 91 localidades de 43 municipios en el año 2013. No se construyó ninguno. (Ver http://www.revistaenmarcha.com.mx/reportaje/1451-secretaria-de-salud-de-oaxaca-no-ejerce-y-no-devuelve-26-millones-de-sedesol.html).
En el Programa Seguro Popular, donde las acusaciones de fraude son cotidianas, con la compra de medicinas genéricas reetiquetadas como de patente, medicinas caducas y equipo médico desaprovechados para comprar y facturar nuevos, más de 150 millones de pesos “perdidos” sin contar lo demás que se gasta aunque no están en existencia con el desabasto de todo tipo que denuncian los trabajadores de las regiones de Oaxaca.
Recientemente, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) encontró irregularidades en el manejo de 12 millones de pesos y omisiones diversas. Documentó también el desvío de 90 millones de pesos en el Seguro Popular de Oaxaca.
Finalmente, en noviembre pasado fue removido de la Dirección del Seguro Popular, Salvador Monroy. Aunque salió, pero no se fue, pues se quedó la mayoría de sus colaboradores.
Quedaron firmes notoriamente el director Administrativo y de Finanzas y sobre todo su lugarteniente Hooper Antonio Arvizu —quien fuera o quizá aún sea secretario particular de Monroy— refugiado ahora en la Dirección de Planeación.
Empleados comentan que Monroy sigue manejando, desde el DF, esa muy rentable dependencia.
Una guerra sorda se ha dado en esa administración de Salud que maneja más recursos que llegan de la Federación a Oaxaca, después del IEEPO. El secretario de Salud combatió largamente a Salvador Monroy para sacarlo de ese cargo, donde el presupuesto es multimillonario.
De todos modos, al salir Monroy no pudo Tenorio colocar a uno de los suyos, pues más que castigar a Monroy fue alejado para protegerlo, según sostienen quienes ahí están y se deduce por la permanencia y fortaleza de los colaboradores del anterior director supuestamente separado del cargo.
Hasta dos o tres personajes se trenzan en esa Secretaría de Salud en disputa por la administración de los recursos. Por un lado el secretario formal Tenorio Vasconcelos y por otro el conocido ministros sin cartera, pero habilitado con más poder que nadie: Jorge Castillo Díaz.
En este contexto, ahora sobrevino la extraña muerte de Pérez Gavilán Escalante, recientemente separado como subdirector general de Administración y Finanzas de la Secretaría de Salud, y donde los medios señalan como una de las líneas de investigación el mal manejo de los recursos que ya se había denunciado en esa subdirección que estuvo a su cargo.