MÉXICO, D.F., agosto 11.- Alejandro Luna Ramos, nuevo presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), dice que bajo su encargo el órgano será democrático, no “faraónico”; que modificará algunas de sus estructuras, y que por convicción personal no sostendrá reuniones en su domicilio con personajes interesados en algún litigio electoral. 

“Yo no lo haría, pero es cuestión personal.Si están litigando la reunión es aquí, no hay otro lugar, si ya no estás litigando y eres amigo de alguien (con este tipo de intereses), para eso hay restaurantes, para eso hay lugares públicos, pero yo no critico a nadie”, explica.

José Alejandro Luna Ramos fue electo ayer, por cinco votos contra dos, presidente del TEPJF para el periodo 2011-2015.

En entrevista con EL UNIVERSAL asegura que es un hombre blindado frente a las presiones del poder, y narra su táctica.

“Las presiones no sólo son de las autoridades, hay mucho tipo de presiones. Yo, ahora con más experiencia, ya casi no acepto que me presionen, y si me presionan hago que ni escuché o cuelgo el teléfono o lo dejo sonar”.

Pero admite que los intentos de influir en las decisiones del Tribunal Electoral persisten.

“Uno tiene que entender que los que vienen aquí pretenden decir es: ´No estoy solo, ¿eh?´(…) Los actores que vienen al Tribunal son gente que tiene poder de uno o de otro lado, o que están buscando el poder, y no hay peor lucha que la lucha por el poder”, dice.

Luna Ramos detalla que su candidatura a presidir el Tribunal Electoral se decidió en “24 horas”, una vez que hubo la certeza de que la votación lo favorecería y que había compromiso de los magistrados de trabajar en equipo en favor del reforzamiento del trabajo jurisdiccional; de la austeridad en el ejercicio de los recursos públicos, y de la transparencia y la rendición de cuentas.

Luna Ramos decide respetar el acuerdo referente a la elección del nuevo presidente del TEPJF, y bajo ese argumento, acepta, no comunicó a María del Carmen Alanis [hasta ayer presidenta del Tribunal y quien pretendía la reelección] que buscaría el cargo, y que ya tenía los votos para obtenerlo.

“Yo no tuve la oportunidad [de hablar con ella] hasta la sesión de ayer. Hubo una reunión previa a la sesión, pero no para tratar este asunto, porque este asunto dijimos que queríamos que se hiciera conforme a las reglas establecidas en el acuerdo y que íbamos a ir directamente a expresarnos en el pleno”.

Aclara que como presidente interino del órgano —cargo que ocupó unas horas por ser el magistrado decano— solicitó a cada una de las áreas un informe pormenorizado de su funcionamiento, número de personal y tareas asignadas. Los informes ya fueron entregados a todos los magistrados y la próxima semana se prevé una reunión para analizar posibles modificaciones.

Al momento de realizar esta entrevista, sólo amigos, el consejero electoral Alfredo Figueroa y la ministra Margarita Luna Ramos [hermana del magistrado] habían llamado a Luna para felicitarlo por su nombramiento.

“No me ha hablado ningún funcionario, la verdad es que también era un poco inesperada mi designación y eso avala que no le ha causado mucho gusto, tal vez, a muchos sectores. Por ejemplo, yo supongo que había gente que esperaba que fuera una y otra gente con la que tienen mucha relación. Yo siempre he sido una gente que me he dedicado más al aspecto jurisdiccional que otra cosa”.

La elección de Luna Ramos, en voz del magistrado Manuel González Oropeza, “demuestra que el único apoyo que necesita el presidente de este Tribunal es de los magistrados, ningún otro”.

El magistrado Flavio Galván y Alanis Figueroa sufragaron por sí mismos. El argumento de Alanis para hacerlo fue que muchas mujeres se habían inspirado en su trayectoria para ingresar a la carrera judicial.

Construcción de una candidatura

Hace un mes, el magistrado Constancio Carrasco se acercó a Luna Ramos para sugerirle ser candidato.

“Yo le dije: ‘Mira, la verdad no ha sonado esa idea en mi vida, no sabría qué decirte’”, narra Luna Ramos.

A su regreso, Carrasco Daza siguió insistiendo y a su petición se sumó Salvador Nava. Luna Ramos, quien pensaba apoyar en la votación a su amigo Pedro Penagos, rechazó nuevamente la oferta.

“Les dije: ‘Si no tenemos una mayoría, para qué nos metemos, Maricarmen (Alanis) está muy fuerte, mi amigo Pedro Penagos también tiene muchas aspiraciones, es mi amigo de toda la vida, yo tendría que estar con él por el cariño que le tengo”.

Más adelante, Luna Ramos y Penagos López platicaron del asunto y decidieron ir los dos por la presidencia y llegado el momento decidir quién apoyaría a quién.

El respaldo de Manuel González Oropeza terminaría de convencer a Alejandro Luna de buscar el cargo.

“Entonces dije: ‘Ya con estas circustancias yo creo que sí vale la pena entrarle’. Nada más que les insistí en que yo sí quería una presidencia en la que compartiéramos plenamente la responsabilidad”.

La decisión final se tomó el martes pasado, en una reunión en la que participaron los cinco magistrados que apoyaban la candidatura de Luna.

El encuentro se realizó en la oficina del nuevo presidente del Tribunal.

“Nos reunimos las personas que teníamos una afinidad, los cinco que nos sumamos y empezamos a platicar. Dije: ‘Ya con una firmeza de esta naturaleza y un apoyo de este tipo teníamos que estar’. Fue ayer en la tarde”, narra.

De acuerdo con Luna Ramos, además de Penagos, la magistrada María del Carmen Alanis solicitó que la apoyara su candidatura a la presidencia.

Ayer, al momento de votar, Luna Ramos pidió ser el último en sufragar por él mismo.

Difícil pronosticar elección

Para Luna Ramos es imposible pronosticar si la de 2012 será una elección cerrada, pero aclara que el órgano electoral tendrá nuevas armas legales para responder.

“No espero una elección igual. Ésta tendrá sus matices específicos. ¿Qué es lo que tiene que hacer el Tribunal? Prepararse jurídicamente y, sobre todo, atender a las circunstancias legales del nuevo marco constitucional”.

Luna Ramos se manifesta en favor de hacer públicos los proyectos de resolución que formulen los magistrados, reservando datos personales y algunos aspectos o casos que por su naturaleza sea mejor no publicarlos.

“Yo creo que entre más transparentes seamos, menos será la capacidad de poder criticar nuestras resoluciones”, considera.

El magistrado presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación dice que habrá buena relación con los consejeros del Instituto Federal Electoral (IFE).

“Si han tenido alguna circunstancia personal con alguien de aquí, eso no tiene que ver con el Tribunal como institución”, dice.