OAXACA, OAX., julio 26.- En el estado mexicano de Oaxaca, un estudio del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) revela que a pesar de que la religión base de sus habitantes es la católica, 28 oaxaqueños abandonan su fe en la Iglesia católica para “transformarla” en una evangélica o protestante; cifra que ha mantenido una constancia desde hace dos décadas, mientras el catolicismo va a la baja y el ateísmo no cambia.

El texto comienza redactando el gran impacto que ha sufrido la Iglesia católica, pues resalta que 205 mil oaxaqueños han dejado su fe en los últimos 20 años para permitir obtener un dato que calcule que por año, 10 mil 265 oaxaqueños abandonaron las butacas del catolicismo.

Para la Iglesia católica, la cifra que va en descenso está “beneficiando” al protestantismo, pues a pesar de que la sociedad abandona el catolicismo, no ha sido para dejar su fe, sino que ha cambiado de credo, pues ahora militan en las iglesias carismáticas.

En los últimos 20 años el protestantismo creció un 3.3 por ciento; es decir, 125 mil 644 oaxaqueños se han agregado a la fe evangélica.

El 81 por ciento de la población de la provincia mexicana sigue en el catolicismo, aunque las cifras indican que este decrece rápidamente para crear adeptos en otras formas de culto. Y es que en 1990 la cifra de católicos se ubicaba en un 86.7 por ciento.

De 1990 a 2000 la cifra cambió a 84.4 por ciento, y continuó variando un 3.5 por ciento en 2010.

Por el contrario, el cristianismo protestante ha ganado devotos, pues para 1990 sólo el 7.3 por ciento de la población profesaba esta fe; o sea que siete de cada 100 provincianos profesaba otra fe que no era la católica.

Para el año 2000 la cifra creció no tan significativamente, pues sólo aumentó .5 por ciento, aunque para los próximos 10 años la cifra incrementó a 2.8 por ciento para ubicar que ahora 1 de cada 10 oaxaqueños es evangélico o protestante.

En datos que indican el desenvolvimiento del ateísmo entre los pobladores, no ubican cambios, pues hace 20 años las cifras indicaban que cuatro de cada 10 oaxaqueños no creía en Dios o deidad alguna, y para el 2010 sólo aumentó el .3 por ciento.

Estas cifras indican que el cambio de religión no afectó la espiritualidad del pueblo, sino más bien sólo cambió de forma.