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“Chú” Rasgado y el misterio de Nayla

Sin Derecho a Fianza

—————–Primera parte

Este 7 de enero se cumplen 105 años del nacimiento del más grande cantor istmeño: Jesús, Chú Rasgado.

Nació en 1907 en Ixtaltepec, en la región zapoteca del istmo y falleció el 28 de septiembre de 1948 en San Juan Guichicovi.

Sin grandes estudios musicales Jesús compuso boleros, guarachas, tangos, marchas, sones… Viajero incansable, fue fundador de muchas bandas de viento en la región mixe, en donde lo recuerdan casi como un moderno Quetzalcóatl.

Como nos informó hace años en Ciudad Nezahualcóyotl el maestro Joel Wilfrido Flores Villegas, director fundador de la “Banda Mixe de Oaxaca”, nativo de Totontepec, Mixes.

“A resultas de un desaire que le hicieron en Villa Alta”, dijo don Wilfrido que Jesús Rasgado, llegó a su pueblo en 1941. “La banda de Totontepec, había ido a tocar a Villa Alta. Al maestro Chuy lo habían llamado veinte días antes para que enseñara a los músicos de ahí. Pero el mero día de la fiesta, cuando los iba a dirigir, ningún músico se presentó… es que ahí, en Villa Alta son creídos; todos se jactan de ser maestros.

“Había una pileta en el centro del pueblo —rememoró el anciano músico—, a medio día, molesto con el desaire, ya con unos mezcales encima, el maestro Chuy, se lanza a la pileta. Los músicos de Totontepec, conocedores de la fama del maestro istmeño, le solicitaron que no hiciera eso, que ellos estaban dispuestos a tocar con él. ‘¿Cuándo se van?’ Preguntó Chuy. ‘Terminando la fiesta’, le dijeron. ‘Yo me voy con ustedes a Totontepec’, les dijo el maestro. Y así llegó a Totontepec”.

Flores Villegas dijo que Jesús estuvo en la fiesta de San Ildefonso, “ahí se inspiró y compuso unos fox (foxtrot): ‘Tarde de Totontepec’, ‘Malta’, ‘Baile usted’, ‘Etzalet’, ‘Yo también quiero eso’ y otras. De Totontepec, Chuy Rasgado se fue a Santa María Alotepec. Aquí también dejó muchas piezas, y en Metaltepec, en Cotzocón y la parte baja de Zacatepec (aquí compuso ‘Tango Parra’) y también en Otzolotepec, colindando con Matías Romero. En el istmo hay muchas piezas que no conocen del maestro, creo que no lo han valorado lo suficiente”, dijo don Wilfrido, y agregó: “Todavía hay muchas cosas perdidas del maestro. Necesito tiempo para ir a buscarlas”.

Se sabe que el músico ixtaltepecano estuvo no sólo en esas partes que cita Flores Villegas, también en, Yalalag, Malacatepec, Izcuintepec, Tutla, Mazatlán, Camotlán, Cacalotepec o Santa Catarina Juquila.

También nos contó don Wilfrido que cuando Jesús andaba por esas tierras enseñando música, un día antes de que la banda tocara (el domingo), y hasta antes de la hora del concierto, estaba prohibido que se le vendiera un trago a Jesús. “Después de la música, todo lo que quisiera”.

Una banda que Jesús adiestró, en 1938 obtuvo el primer lugar en la Feria Indígena del estado. El general Vicente González Fernández, gobernador en ese entonces, al felicitar a Chú, le preguntó qué quería de premio. Jesús, bohemio de corazón, respondió: “Mejor vida para los indios del Zempoaltépec, destrucción del caciquismo en esa región y más escuelas y maestros.”

Chú y el misterio de Nayla

Desde pequeño leía en la contraportada de los discos que tenía mi padre del “Trío Monte Alban” (como bautizó Chú a los hermanos Ordaz, de Ixtaltepec) y de “Los Arieles” (después de la muerte de Jesús el trío cambió a este nombre), que una de las famosas canciones de Rasgado se escribía “Na Ela”, sin embargo uno escuchaba la pieza y se oía: “Naila y por qué…”. En ese tiempo no supe por qué se escribía de una manera y se pronunciaba de otra y… sigo sin saber.

Mas tarde, conocí la versión de que así era porque la musa era la señora Ela (Na: señora en zapoteco y Ela, por Rafaela). Se me hizo extraño que el joven Jesús llamara así a su amada; lo normal, es que le dijera simplemente Ela; así como llamó sus otros amores, reales o inventados: Ati (Atilana), Blanca, Julieta, Martha, Rosita o Emperatriz (que dicen que le fiaba tortas frente a la estación de Ixtepec)…

Jesús no era un ignorante del idioma español, como esos merolicos que aparecen en la radio o televisión oaxaqueñas, quienes engañan a los pobres que caen en sus manos con el cuento de que les quitarán la “salación”, los harán ricos o les devolverán al ser amado:

“Usté tienes un trabajo de brujería de una persona que te envidia. Usté debes venir a mi consultorio…”.

Si alguien tiene una pareja la tutea, no le dice (traduciendo Na): “Señora Ela, tonta, si bien sabes que te quiero…”.

Lo correcto es hablarle de usted si al nombre se le antepone ese título de respeto; es decir: “tonta, si usted sabe que la quiero…).

Además, si a Jesús le hubiera gustado usar vocablos en zapoteco encontraríamos varios en sus canciones, sin embargo no existen en ninguna de sus obras conocidas, grabadas o inéditas. Por otro lado, hay muy poca información escrita sobre la vida y obra de Jesús. El más importante de sus biógrafos es Ulises Luna.

Así es la vida…

En el libro “Así es la vida… Chu Rasgado. Biografía”. Ediciones Luna Cultural Istmeña. Oaxaca, México, 2002, de Ulises Luna (en realidad Hernández Luna), sobre la vida del compositor ixtaltepecano, el autor dedica un capítulo a Na Ela. Luna afirma de manera contundente:

“No hay duda que el verdadero nombre de Na Ela era Rafaela, tal conclusión la fundamento:

“Primero, en la afirmación del maestro Leopoldo Castillo Meneses”. (Punto y aparte del autor).

“Segundo, en la declaración hecha por la señora Epifanía Desirena, sobrina política de Na Ela y Tercero (sic), como resultado de una breve charla que tuve con la hija de doña Rafaela en diciembre de 1993 en Santo Domingo Petapa, donde pude constatar el inmenso cariño que existió entre Rafaela y Jesús; doña Victoria Desirena todavía conserva un cristo (sic) negro que Jesús Rasgado adquirió en Esquipulas, Guatemala para su apreciable Rafaela”. (Pag. 36. Así es la vida… ).

Sobre Na Ela, Ulises Luna transcribe las entrevistas que hizo a cinco personas, sin embargo, la que sería más importante por lo que hubiera podido saber o decir, la entrevista con la hija de la musa de Chú, doña Victoria Desirena, no aparece en el libro. Una imperdonable omisión del autor de la biografía.

Para darle fuerza a su aserto de que el nombre era Rafaela, dice que pudo constatar “el inmenso cariño” entre ella y Chú, simplemente porque la hija de la supuesta musa ¡conserva un Cristo que le compró el compositor a Ela! Como no sabemos qué le dijo la hija, no entendemos cómo se puede comprobar un cariño “inmenso” con ese ejemplo.

Tanto cariño le tenía ella… que lo engañó con otro hombre, por lo que Jesús le entró más duro al trago:

“Fue su novia, sí eso dijo (Chú) por eso hizo esa canción ‘de momento’ que cambió la muchacha, (Chú) regresó llorando. Yo creo que por eso se volvió como loco, se perdió, se fue por la montaña”: (Testimonio de Felícitas López Sánchez. Pag. 34.

Nota: la señora no llama Na Ela al amor de Chu, sino Naila, y así lo consigna el investigador.

El biógrafo de Rasgado, Ulises Luna, recopila una versión del extinto músico juchiteco Gonzalo “Chalo” Pineda, sin embargo, reconoce que éste, “no conoció al músico y la versión que refiere la obtuvo de otras fuentes”. (Pag. 30). ¿Qué rigor puede tener el trabajo si no estamos seguros de la veracidad de una información?

“Chalo” Pineda, es el único que menciona, llamándola siempre “Naila”, que ella residía en Estación Juanita, Veracruz (donde más difícilmente la llamarían “Na”) y que ahí la conoció el bardo. No obstante, como dijimos arriba, es una versión sin fuerza, pero es la que tiene más datos que las de quienes sí conocieron a Jesús. Al autor del libro le faltó preguntar más.

 

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