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¡Gracias a Dios estoy viva! relata Enfermera premiada su batalla contra Covid

+ María Guadalupe Ignot recibió una condecoración por su esfuerzo durante la conferencia mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador

CIUDAD DE MÉXICO, diciembre 20 de 2020.- Cuando la enfermera María Guadalupe Ignot se enteró que tenía Covid-19, su preocupación inmediata fueron sus hijos. “A mí cuando me dijeron que era positiva, sí me sentí mal ¿no? Me sentí triste, porque pensé: cómo voy a llegar a mi casa, cómo voy a estar con mis hijos, no los quiero contagiar”, relata en entrevista con EMEEQUIS.

Sin embargo, fue justamente en su familia donde encontró el apoyo y la fortaleza para hacerle frente a la enfermedad. “Le comenté a mi hijo y él me dijo: ‘Mira, mamá, no te vas a alejar de aquí, te vamos a hacer un cuarto, un poco de distancia y vamos a tener los cuidados que necesitas para que no te alejes de nosotros. Todo va a estar bien.

“Y, bueno, a pesar de que no tuve síntomas fuertes, estuve bien y poco a poco fui asimilando la enfermedad. Gracias a Dios estoy viva, ya pasé un poco lo grave y, pues, a seguir trabajando, que es lo que más me gusta”, señala Lupita, en el Centro de Salud Independencia, del Instituto de Salud del Estado de México (ISEM), en Naucalpan. Fue en esta clínica, su lugar de trabajo desde hace 15 años, donde contrajo el virus.

RECONOCIMIENTO A SU ESFUERZO

El pasado 23 de octubre, la entrega, el sacrificio y el trabajo de Lupita fueron reconocidos por el gobierno federal. Recibió el Premio Auxiliar de Enfermería Lucía Salcido. Para Guadalupe esta distinción cayó de sorpresa, pues afirma que, en muchas ocasiones, la labor del personal médico pasa desapercibida. “Me ayudó mucho a reflexionar que, pues, se acuerdan de uno ¿no? Porque tu vida sigues trabajando y trabajando y trabajando y, a veces, nadie te reconoce lo que haces, ¿no? Y de momento pues te cae ese premio”.

Para Guadalupe esta distinción cayó de sorpresa. Foto: Especial. 

Médicos y enfermeras forman la primera línea de batalla en contra de la Covid-19. Durante sus jornadas laborales, que en ocasiones superan las 10 o 12 horas, el uso de cubrebocas, careta, guantes, bata, les impide realizar acciones cotidianas, como ir al baño o comer.

Esto, aunado al riesgo constante de contagiarse de una enfermedad que hasta la fecha no tiene cura y ha causado la muerte de más de 117 mil personas en nuestro país, les ha desencadenado diversos problemas, como estrés, ansiedad, cansancio, trastornos del sueño o depresión.

SIN TEMOR

El personal médico, como Lupita, conoce de cerca el rostro de la enfermedad. Son ellos quienes conviven con los pacientes y son ellos quienes observan cómo se deteriora la salud de los contagiados. “Cómo se ponían los pacientes con falta de respiración, que les dolía el pecho, el contagio, cómo venía el paciente, cómo llegaban aquí, eso sí nos impactó. Creo que, pues, a todo el personal que estamos aquí trabajando”.

A pesar de ello, surge en los médicos y enfermeras esas ganas de servir al prójimo, de vencer a la enfermedad, de enfrentarla sin temor. “Sí hemos estado trabajando y si me llega a pegar muy fuerte y me voy a tener que morir, pues ni modo ¿verdad? Miedo no he tenido, porque estoy haciendo lo que me gusta y he estado aquí con mis compañeras y atendiendo a los pacientes. A veces ves al paciente y está contagiado, pues darle lo mejor que uno pueda, apoyarlo”.

“Miedo no he tenido, porque estoy haciendo lo que me gusta”, dice María Guadalupe. Foto: Emeequis.

LA OTRA REALIDAD

Apenas en septiembre, Amnistía Internacional reveló que, hasta ese mes, 7 mil trabajadores de la salud murieron por Covid-19 en todo el mundo; mil 320 de los fallecidos los registró México, que se convirtió en el país con más muertos dentro del personal médico por el nuevo coronavirus, seguido por Estados Unidos (1,077), Reino Unido (649), Brasil (634) y Rusia (631).

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) confirmó este número de defunciones. En su informe detalló además que, hasta el 23 de agosto, “se notificaron 97 mil 632 casos confirmados de COVID-19 en personal de salud”. De estos casos, las enfermeras y médicos fueron los más contagiados; en menor medida, laboratoristas y dentistas.

Para el 14 de octubre, la Secretaría de Salud Federal informó que más de 127 mil integrantes del personal médico que laboran en hospitales públicos, entre médicos, enfermeras, camilleros, técnicos y odontólogos, fueron diagnosticados con Covid-19. La cifra de muertos ascendió a mil 744.

En esa misma conferencia, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, negó que exista “una afección particular de personal de salud, y aún más falsa la idea de que esto es consecuencia de que no se le proveyó al personal de salud del equipo de protección necesario”.

No obstante, de acuerdo con la OPS, el principal riesgo de contagio entre los trabajadores de salud es, justamente, la falta del equipo necesario para hacer frente a la pandemia. Amnistía Internacional señala que “muchos otros (personal médico) trabajan en entornos peligrosos debido a la escasez de equipos de protección individual”, no sólo en México, sino en el mundo.

LA ESPERANZA

Ante este panorama, no se percibe una solución a corto plazo, sin embargo, la aprobación de distintas vacunas contra la Covid-19 y su llegada a diferentes países vislumbran un halo de esperanza.

El pasado 8 de diciembre, el gobierno federal presentó la Política Nacional de Vacunación contra el coronavirus, en la que se garantiza que el personal de salud será el primero en recibir la vacuna.

López-Gatell enfatizó que, aun suponiendo que llegaran todas las vacunas juntas, no se puede vacunar al mismo tiempo a toda la población. “La priorización juega un papel crucial… hay que tener una priorización para iniciar por aquellas personas que resulta más conveniente protegerlas a ellas y, por extensión, proteger a todos los demás. ¿Quiénes son estos? Los trabajadores de la salud que están en el frente de respuesta a la pandemia de Covid-19”.

Si todo marcha de acuerdo al plan, 250 mil dosis estarán llegando al país en los últimos días de diciembre y, en cuanto lleguen, empezarán a aplicarse en el grupo de prioridad 1 que, como menciona Guadalupe Ignot, no puede parar. “Sí se siente uno mal, pero al ver a los familiares también que están afectados con los pacientes de Covid, creo que dándoles ánimos a los familiares y dándole plática a todos los pacientes, yo creo que vamos a seguir adelante”.

Esta nota fue tomada de la agencia EMEEQUIS: https://m-x.com.mx/entrevistas/gracias-a-dios-estoy-viva-enfermera-premiada-relata-su-batalla-contra-covid?utm_source=Whatsapp&utm_medium=entrevistas&utm_campaign=enfermeraviva

 

 

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