Perspectiva Social
Salinas del Marqués, es una agencia municipal que pertenece al municipio de Salina Cruz, en el Istmo de Tehuantepec de Oaxaca, la localidad tiene 1,636 habitantes con 471 viviendas particulares habitadas de acuerdo con la información del INEGI por el censo del año 2020. El conjunto de la población se dedica a la pesca, aunque desarrollan también otras actividades económicas para complementar su economía familiar.
Si bien, de acuerdo con el CONEVAL son una población con bajo rezago social, enfrentan los riesgos de carácter ambiental por la industria petrolera que se ubica en el puerto de Salina Cruz. A pesar de sortear las complicaciones ambientales, en Salinas de Marqués existen 11 cooperativas pesqueras que se integran por la población de la misma agencia municipal, trabajan de forma colectiva porque todos los pescadores del país requieren estar integrados en una cooperativa para contar con un permiso que les permite realizar dicha actividad.
La actividad económica principal de Salinas del Marqués es la pesca, pero también se dedican a la extracción de sal, un producto que está presente en las mesas de todo el mundo, por tanto, es fundamental la actividad productiva para la extracción de sal marina, que por sus características químicas es mucho más recomendable para la salud que la sal que se extrae de minas. De acuerdo con la Asociación Mexicana de la Industria Salinera, México ocupa el primer lugar en América Latina en la extracción de sal marina, lo cual explica la importancia de esta actividad en nuestro país, aunque se conoce poco sobre el tema.
En ese sentido, este pequeño poblado que se localiza en Salina Cruz, Oaxaca aporta alimentación pesquera a través de su actividad de la pesca y también aporta sal, que es casi indispensable en los hogares mexicanos y del mundo, de hecho la sal que extraen la comercializan principalmente con la industria La Fina.
Desde inicios del siglo XX, la pesca se regula con la intención de mantener dicha actividad como un derecho de las poblaciones ribereñas y para reconocer la importancia de esta actividad en la alimentación nacional. Desde 1930 se otorgan permisos sólo a través de organizaciones jurídicas y se han privilegiado las cooperativas, la normativa para la pesca ha tenido algunos cambios por la importancia que le dan para la alimentación. En 1970 se crea la Subsecretaría de Pesca desde la Secretaría de Industria y Comercio y también se creó el Instituto Nacional de la Pesca, en 1977 vuelve a tener cambios y es hasta 1982 cuando se transformó en Secretaría de Pesca, lo cual es un indicador de la importancia que tenía la pesca en ese momento histórico, e incluso en 1983 en el Plan Nacional de Desarrollo se enunció como una actividad prioritaria para el desarrollo de México.
En 1982 México se incorporó a la Comisión de Pesca Continental y Acuicultura para América Latina y el Caribe (COPESCAALC), esto con la intención de hacer una especie de frente de América Latina para evitar el saqueo y la explotación irracional de los recursos marinos. Con la organización latinoamericana antes mencionada se pretendía impulsar la investigación, control manejo y vigilancia de las aguas marinas.
Entre 1986 y 1991 se publicó la Ley Federal de Pesca, en la que se privilegió el impulso al aprovechamiento de carácter social de esta actividad, por tanto, el cooperativismo cobra más auge. Sin embargo, en el año 2007 se promulgó una nueva Ley General de Pesca y Acuacultura Sustentables, cuyo objetivo si bien mencionaba la amplia creación de normativas para controlar la actividad y evitar la explotación irracional, también se enfocó a visualizar la pesca con un carácter eminentemente económico más que alimenticio y se centró en los estados del norte del país.
De tal forma, el sector social que no pudo cumplir con las expectativas comerciales fueron cada vez más rezagados y actualmente la regulación y apoyo de pesca está normado por la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca que depende de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, si bien, existe el Programa de Bienpesca, aún se observan pendientes para este sector como el caso de los pescadores de Salinas del Marqués en Salina Cruz, Oaxaca.
Esto porque los cambios de modernización en infraestructura y extracción industrial como la extracción del petróleo, les afecta de manera directa y hoy día con la instalación del Corredor Interoceánico, ante el cual no se oponen sólo demandan atención porque aún viven de la pesca.
En este contexto, en las orillas del mar dónde estos pescadores mantienen su economía y el de sus familias, es dónde se está instalando el famoso rompeolas, que forma parte del Corredor Interocéanico, esta obra es parte del conjunto de construcción de gran alcance para la instalación de un tren que se proyecta atravesar del puerto de Salina Cruz al puerto de Coatzacoalcos, el cual se contempla como tren de carga y tren de movilidad de personas, asimismo es un proyecto que pretende establecer polos de desarrollo principalmente para instalar industrias de diferente índole, pues cabe destacar que para que se lleve a cabo esto debe someterse a licitación internacional el espacio, para que se logren establecer las industrias que cumplan con los requisitos que determinen, en este caso, las normativas definidas para polos de desarrollo.
Con todas estas transformaciones, los pescadores están enfrentado ya los cambios porque debido al ruido que se genera con la construcción del rompeolas provoca que las especies marinas que pescan se alejen, por tanto, cada vez disminuye más la posibilidad de que estos pescadores puedan pescar, ya que de acuerdo a datos que ellos mismos comentan tuvieron épocas de gran auge pescando hasta una tonelada diaria y hoy si tienen suerte pueden pescar 60 kilos y siempre que se vayan casi al altamar, lo cual es sumamente riesgoso porque sus equipos sólo son lanchas para pesca ribereña.
Esta pesca ha disminuido por las derramas de contaminación que eventualmente tiene PEMEX y actualmente por los ruidos y los cambios de oleaje que tendrán con el rompeolas. Están sumamente preocupados por su futuro porque un apoyo económico puede favorecerles pero les interesa más sostener una actividad económica que les permita ganarse el sustento de forma digna.
Karina Sánchez Juárez
Doctora en Ciencias Sociales y Humanísticas de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, con especialidad en Estudios Rurales, Desarrollo y Política. Profesora-Investigadora de tiempo completo del IISUABJO e integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI). Actual Directora de “Cuadernos del Sur”, Revista de Ciencias Sociales.
Colaboradora desde el 21 de febrero de 2019.
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