Libros de ayer y hoy
La población que se desparrama por la Tierra, celebra su día el once de este mes, atrapada en sus propios problemas, pero pese a lo terrible del cambio climático que como humanos hemos creado y a los muchos problemas que nos acosan, como una guerra mundial, vale levantar la mirada y sumarnos a una esperanza que permita conservar la vida.
Imposible decir la cantidad exacta de población que somos en el mundo. Me quedé en 8 billones 043.300, porque cada fracción de segundo nacía un ser humano. Es incontenible el aumento de personas en el mundo y es a ellas a las que se dedican los programas de la ONU quizá precariamente porque es difícil abarcar lo que se expande ilimitadamente.
¿Pueden los programas mundiales incluidos hasta los de los pueblos más pequeños satisfacer los grandes problemas que tiene la población? Se trata al menos y en un país como México, que tiene en este momento nueve de julio, a las seis 56 de la mañana 131.23 millones de habitantes, se busca con dificultades hacer llegar a todos, los satisfactores.
Por lo pronto, en el sureste el tren Maya ya caminó su primer vagón con 80 personas a bordo que serán seres históricos en esa obra que comunica varias regiones y será entregada totalmente con sus 44 vagones en 2024, cuando este sexenio termine. Para entonces, la población de México ya prefigurada será de 131.30 millones.
Población, guerras y el peligro de un fin con armas prohibidas
El día Mundial de la Población fue creado el once de julio de 1989 y celebrado por primera vez al año siguiente. Es tardía la fecha puesto que la población se pierde en parte en la noche de los tiempos. Pero nunca es demasiado tarde y los organismos internacionales le ponen énfasis a aquellos casos que nos interesan a todos, la salud, el equilibrio social, la educación, y programas específicos como el control natal. Este, a partir de un trato humanitario, consentido y vigilado.
El aumento poblacional que se menciona más arriba es difícil de precisar, cuando en menos de un respiro otro ser humano nos acompaña. El Fondo de Población de la ONU (UNFPA), que tiene contemplado ese hecho, ha creado programas similares para extenderlos en el mundo, en medio de la pobreza, los problemas climáticos que suben de tono y las guerras.
En ese aumento de población que se exhibe, hay al mismo tiempo, la disminución de gente que dan las enfermedades y las guerras. Y la advertencia grave de que países como Estados Unidos, basándose en sus propias concepciones de odio anticomunista considera que usar armas fuera de apoyo de la comunidad internacional puede resolver los problemas que ha creado en la zona Ucrania-Rusia.
Estados Unidos ha desoído la negativa mundial de usar municiones de racimo que matan en forma indiscriminada. En ese envío que piensa hacer, está además la amenaza extendida a China.
La población mundial debe levantarse para prohibir las guerras
La amenaza de Estados Unidos gira en este momento en torno a la lucha electoral de los que están buscando elección o reelección. México es uno de los países víctimas de esas campañas ante la amenaza incluso de invasión, poniendo como pretexto el crimen organizado, cuando este se produce precisamente por la demanda de drogas de ese país del norte.
La fecha de celebración de la población puede ser crucial y la ONU debe alzar su voz masiva para hacer la advertencia de esa guerra mundial. La chochez enfermiza de Joe Biden, la presión republicana de volver al poder vía Donald Trump nos pone en riesgo a todos. Según el señor Biden las cosas van muy lentas en la zona de guerra ucraniana y hay que acelerarla.
La vida de todos está en peligro y en manos de enfermos mentales a los que el mundo no les interesa. Solo la voz mundial y el clamor colectivo de la humanidad, puede detener esa locura. Que el Día Mundial de la Población sirva para esa reflexión. Un abrazo a todos.
Teresa de Jesús Gil Gálvez
Nací en La Colorada, Sonora, estudié en la Universidad de Sonora que me dio mención honorífica por mi tesis La libertad de prensa en México. En la UNAM hice estudios de maestría en Ciencias penales. En medios sonorenses trabajé, desde la adolescencia, en los más importantes del estado y en julio de 1972 salí en un tren hacia la gran capital, donde he trabajado en medios importantes, diarios, semanarios y revistas, con breves retiros al mundo entre ellos una corresponsalía en España.
Colaboradora desde enero de 2017.
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