EXPRESIONES.- En un sentido amplio, la ley es un principio que rige y ordena una determinada realidad; es una norma de conducta para quienes vivimos en sociedad y pretendemos desenvolvernos adecuadamente en ella.
Y aunque hay leyes naturales que han procurado la convivencia familiar durante siglos a través de la unión de un hombre y una mujer en matrimonio para la procreación y ejercer sus derechos y obligaciones ante la sociedad, es en este tiempo en que la convivencia ha crecido demográficamente, en donde comienzan a sobresalir grupos relegados por desviaciones naturales que siempre han existido y que habían sido excluidos y marginados de las leyes que nos rigen.
De esta forma, el homosexualismo comienza a edificarse dentro de una cultura ancestral, pero obsoleta con el paso del tiempo, creando controversia y mucho rechazo dentro de un tradicionalismo discriminatorio y a veces oscurantista de ciertos sectores de la sociedad.
El que el Congreso del Estado haya dado entrada a la posibilidad de legalización de los matrimonios gay en la entidad, ante la aceptación de la SCJN de un amparo específico en la materia, sin duda es trascendente; empero, debe ponerse especial énfasis en el sentido de una ley, que como muchas que emanan del Congreso, sólo buscan cooptar sectores específicos con tinte electoral.
Por lo que la susodicha ley tendrá que ser consensuada y analizada detalladamente para no ser parte de toda esa legalidad que sólo vulnera la armonía social y confunde a la ciudadanía.
Debe haber una clara separación entre el orden natural y el social.
Si estamos capacitados para entenderlo y aceptarlo, la ley tendrá ese sentido que la diferenciará de lo simplemente político y electoral que tanto gustan de implementar nuestros distinguidos diputados.
Oaxaca de Juárez, Oax., viernes 7 de diciembre/2012
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