EXPRESIONES.- Ahora que estamos apreciando la situación álgida y fuera de control que se está suscitando en el estado de Michoacán, por la indolencia y corrupción estatal y federal de permitir que organizaciones delictivas se apoderen de poblaciones enteras para ejercer su imperio de extorsión y miedo en contra de las actividades productivas, es menester vernos en el espejo y justipreciar claramente el riesgo inminente en que nos encontramos, sobre todo cuando por fin un Procurador de Justicia del Estado, como Joaquín Carrillo Ruiz, reconoce que el crimen organizado ha rebasado incluso a los políticos y a los empresarios, a los que asola a través de la extorsión y la amenaza de secuestro.
¿Cuántos empresarios y políticos pagan protección en Oaxaca y cuántos han tenido que cerrar empresas o huir del estado porque se oponen a ello?
Pregunta que todo Oaxaca se responde, pero que las autoridades responsables de la seguridad y de la procuración de justicia niegan como queriendo tapar el sol con un dedo, cuando hasta el paletero de la esquina sabe que Los Zetas tienen su imperio de delincuencia en la entidad.
Si los Templarios se adueñaron de Michoacán y han provocado los niveles de inseguridad y violencia que hoy sufren por enfrentarlos a través de “autodefensas”, policía federal y ejército, ¿en Oaxaca estamos en camino de lo mismo?
Difíciles y desgarradores momentos nos depara el destino, entonces.
Por eso hoy es momento de dejar a un lado las simulaciones y las irresponsabilidades ante hechos flagrantes que no quieren ser combatidos.
Los Zetas están en Oaxaca y operan impunemente en contra de empresarios y sectores productivos de la entidad.
Pinotepa, Río Grande, Huatulco, Pochutla, el Istmo, la Cuenca, Miahuatlán, Ejutla, Valles Centrales y la capital del estado son los centros operativos más importantes y en donde Los Zetas extorsionan y amedrentan todos los días.
¿Dejaremos que Oaxaca se convierta en otro Michoacán en breve?
Oaxaca de Juárez, Oaxaca; jueves 16 de enero/2014.
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