OAXACA, OAX., julio 25.- Turistas extranjeros, nacionales y nativos de Oaxaca abarrotan el Zócalo de la ciudad, donde se vive y se encuentra de todo:

Desde música en discos piratas hasta venta de ropa típica, en tanto que los corredores de los portales de Las Flores y Mercaderes están repletos de comensales que saborean la comida oaxaqueña.

Y el exterior del palacio de gobierno luce sin manifestantes ni activistas, salvo las mujeres triquis del Movimiento de Unificación y Lucha Triqui Independiente (MULTI), que cumplen ya varios meses.

El domingo, propios y visitantes admiraron uno de los atractivos que ofrece Oaxaca, la buena música, interpretada en esta ocasión por niños, adolescentes y jóvenes que suplieron a la Banda de Música del Estado en su tradicional audición dominical, bajo el Laurel.

Es la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil “Libertad”, que dirige el maestro Mauro Ramírez Pérez.

Grupos de turistas de diversas nacionalidades transitan por los alrededores, al igual que familias procedentes de diversos estados de la República Mexicana. Todos se interesan por ver y comprar ropa típica.

Algunos, sin embargo, aprovechaban para hacer su “agosto” en pleno mes de julio, como un caricaturista que cobraba 50 pesos por dibujo y 80 pesos por la copia de una fotografía, y vaya que le faltó tiempo para atender a la clientela.

En la Alameda de León los vendedores de raspas llenaban el jarrito por 10 pesos, en tanto que una dama instaló una especie de taller de dibujo para menores de edad, con sillas pequeñas y rústicos caballetes, a quienes entregaba hojas de papel con figuras atractivas para los menores, además de pinturas para que iluminaran, previo cobro de 15 pesos a cada padre de familia.

En otro sitio del Centro Histórico, unos señores que manejan la pólvora daban los últimos toques al tradicional castillo que se quemaría por la noche.

Sin embargo, por ningún lugar se encontró a un policía que cuidara de la seguridad de los miles de visitantes.