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Ugartechea mintió: la Capital no está lista para ser sede de Ciudades Patrimonio

OAXACA, OAX., agosto 11.- A mediados del presente año, poco antes del proceso electoral de julio, cuando seguro de ganar impuso a su “delfín” como candidato de la coalición a presidente municipal de Oaxaca de Juárez, el edil capitalino Luis Ugartechea Begué anunció que “todo estaba listo para recibir a los asistentes al Congreso Mundial de Ciudades Patrimonio”, pero mintió.

Quizás el Presidente municipal de la Ciudad anfitriona estaba haciendo planes para ganar las elecciones y el 1 de enero transferirle el poder a su amigo Francisco “Paco” Reyes Cervantes, o simplemente distraído, porque la Capital del Estado está destruida, con baches y hoyancos por todas partes, zanjas que son estancamientos de agua sucia que huele mal.

Basta transitar por la céntrica primera calle de Flores Magón, junto al palacio de Gobierno y el templo de La Compañía, para comprobar las condiciones que tienen que enfrentar quienes a diario y a cualquier hora recorren ese lugar para dirigirse a los mercados del centro de la Ciudad.

En la esquina donde inicia la primera calle de Trujano, ahí pegado a la pared del Palacio de gobierno, se encontraba un semáforo a punto de caer y así, chueco, durante mucho tiempo prestó servicio a los conductores de vehículos.

Y de la noche a la mañana, no hace muchos días, alguien ordenó quitarlo, en lugar de arreglarlo y volverlo a su posición vertical, o suplirlo, pero nada.

En el sitio donde se levantaba el semáforo, sólo quedaron huellas de la base y uno que otro tornillo que lo mantenía en pié.

Otra muestra de que Oaxaca de Juárez no está listo para recibir a los visitantes distinguidos, se aprecia en las banquetas de ambos lados de la primera calle de Flores Magón, en pleno Centro Histórico, totalmente destruidas, donde hay que caminar como si se jugara a las serpientes y escaleras.

Entre las piedras de cantera se han abierto grandes espacios, con huecos por todos lados. Varias son las personas que se han lastimado los tobillos, porque el piso está más disparejo que el lomo de un camello.

Es sólo una calle que desemboca en el Zócalo capitalino, pero la situación es general con sitios destruidos, intransitables y abandonados por quienes tienen la obligación de mantenerlos en buenas condiciones.

¿En estas condiciones, que para muestra es sólo un botón, estamos listos para recibir a los congresistas de las Ciudades Patrimonio del mundo, como lo afirmara el Presidente Municipal?

La verdad es que no se ha trabajado para ofrecer a propios y visitantes una Ciudad como quisiéramos y debiéramos tener, cuando menos limpia, sin basura en las calles y con jardines públicos en buen estado. ¿O no señor Presidente?

 

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