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Cualquier ciudadano puede hacer arte urbano si quiere, dice Rodrigo Vásquez

OAXACA, OAX., enero 29.– El estigma del vandalismo persigue al arte urbano, pero con su propuesta artística, didáctica y lúdica que involucra a una comunidad específica, el colectivo Bicu Yuba, “Perro Rabioso”, está cambiando esa equívoca percepción social.

Tanto así que, como afirma uno de los integrantes del colectivo, Rodrigo Vásquez, en un momento dado, “cualquier persona puede hacer arte urbano si tiene la intención de canalizar así una expresión social o política”.

Una prueba son los dos murales que, bajo la guía de Bicu Yuba, concluyeron el fin de semana pasado en la Facultad de Idiomas de la UABJO 30 estudiantes de la misma.

Bicu Yuba, vocablo del zapoteco del Istmo que significa “Perro Rabioso”, nació después e influido por el movimiento social de Oaxaca de 2006. Sus integrantes, jóvenes oriundos de Juchitán de Zaragoza que estudiaron en la ciudad de Oaxaca, son: Heberto Martínez Gallegos, José Ángel Santiago, Michel Pineda y Rodrigo Vásquez.

−¿Cuál es su propuesta?

−Queremos involucrar a la sociedad, no imponer una ideología o un gusto personal, sino integrar a la gente de un sitio específico, de una comunidad, a nuestro quehacer artístico. Como hoy lo estamos haciendo en la UABJO− responde Rodrigo Vásquez, arquitecto de profesión, con una especialidad en arte, y artista urbano.

“Se trata de entablar un diálogo y una interconexión cultural con otras disciplinas”. En este caso, por medio de talleres, así ha sucedido con la Facultad de Idiomas, pues además de los dos murales de la sede de Ciudad Universitaria, ya se realizó otro en la de Puerto Escondido y se efectuará uno más en la de Tehuantepec.

La experiencia del tipo, Bicu Yuba la inició durante las Fiestas de Mayo en Oaxaca/ Jóvenes en el Arte de 2013 con su proyecto “Comunidad”. En específico, un taller en el que involucraron a la agencia de San Martín Mexicapan, particularmente a los niños de la escuela primaria “Policarpo T. Sánchez”.

−¿El arte urbano es necesariamente político y social?

−No necesariamente. Puede abordarse desde otro enfoque. En su mayoría tiene un alto contenido político, pero no en todas sus vertientes, pues también puede ser más pedagógico, más lúdico e integrar a una comunidad a través del diálogo y un método organizativo.

−¿Qué tan aceptados son, cómo asume la gente su propuesta, está tomando conciencia de que no es vandalismo?

−Hay un estigma hacia los artistas urbanos. La mayoría de gente piensa que es vandalismo. Pero cuando se involucra a la comunidad donde incide el arte urbano, se suman otras voces, se nutre la propuesta cultural y, también, la artística de nosotros.

−Decía el artista urbano Yeska –plantea E-Oaxaca– que el “street art” puede incluso contrarrestar a esos medios de comunicación masiva tan nocivos como Televisa, TV Azteca y ciertos periódicos, porque como ocurre en la calle, puede ser visto de forma muy democrática, por decirlo así, e influir directamente en la gente.

−Estoy de acuerdo. Cuando se toma en cuenta a la gente de un sitio específico, hay ya democracia. Con la invasión del eslogan y la propaganda electoral y de los medios de comunicación, en la calles existe una bomba de información que satura a las personas.

El arte urbano, entendido como una propuesta que involucra a los artistas que lo hacen y a una comunidad específica, implica “aristas que son más amplias en cuanto a concepto, a idea”.

Es por eso que el colectivo Bicu Yuba propuso desde el año pasado el proyecto “Comunidad”, esto es, “la realización de talleres e intercambios con un sitio específico en los que nosotros aportamos la propuesta artística: enseñamos la técnica del ‘stencil’ para la creación de murales”, por ejemplo.

 

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