Periodismo libre y comprometido

Search
Search
O A X A C A Clima de Hoy

Se desborda la algarabía de las delegaciones en la Guelaguetza 2014

OAXACA, OAX., julio 21.- Una vez más, como cada año, la Rotonda de la Azucena se impregnó de folklor y cultura. Cada uno de los 11 mil asistentes de la Guelaguetza se maravilló con las tradiciones auténticas de las comunidades indígenas de Oaxaca… vibraron al unísono con la “Canción Mixteca”, admiraron la elegancia de los trajes istmeños bordados a mano mezclando delicadamente vivos colores, se desbordaron con la frescura y perfección de “Flor de Piña” y se llevaron a casa la picardía de las mujeres y hombres de la Costa oaxaqueña.

Portando entre las manos una espiga de maíz labrada en hojalata, Jacqueline Reyes Sarabia, Diosa Centéotl 2014, subió al escenario principal, ataviada con la indumentaria de su natal Santo Domingo Tehuantepec. El vestido de terciopelo negro bordado con hilo de seda en vivos rojos, amarillos y azules maravilló a las y los turistas, encima el mantón de manila. Luego, tomó su sitio a lado del Gobernador Gabino Cué para presidir la Máxima Fiesta de los oaxaqueños.

Los chirimiteros abrieron paso a la delegación de las Chinas Oaxaqueñas, que inundaron de color y música con la tradicional calenda, con el cual se anuncia el inicio de la gran fiesta de Oaxaca. Con canastas de carrizo enfloradas, bailaron al son de Jarabe del Valle, acompañadas de monos de calenda, marmotas y faroles de papel celofán.

Al concluir su presentación, otorgaron al público su gueza, producto de la cosecha o mercancías que expenden a diario en los mercados de la Verde Antequera, entre ellos, chapulines, pan, fruta y café.

Arribó al estrado la delegación de San Vicente Coatlán para interpretar el jarabe chenteño, después Miahuatlán de Porfirio Díaz con su baile “El palomo y la paloma”, causando gran emoción entre los asistentes.

La tierra de María Sabina se hizo presente. Las mujeres de Huautla de Jiménez, portando el huipil con listones en tonos rosa mexicano y azul, subieron a la rotonda lanzando pétalos de flores a su andar. Mientras, su pareja golpeaba la boca de un cántaro, marcando el compás. “Flor de Lis”, “Flor de Naranjo” y “Flor de piña” fueron algunas de las dazas que interpretaron.

“Donde las espinas se convirtieron en flores maravillosas”, presentaron entonces a hombres y mujeres de “El Espinal”, en el Istmo de Tehuantepec. En esta danza, mostraron a turistas nacionales y extranjeros la noche de calenda, fecha en la cual, las mujeres preparan el maíz para consumir el día siguiente durante la festividad. Además, representaron la labrada de cera en honor a la Virgen del Rosario, la cual se realiza en el mes de julio, donde las mujeres ejecutan el “Son Calenda”.

La gracia y picardía de las mujeres se manifestó con “El torito serrano” de San Pablo Macuiltianguis. En este peculiar baile se pone a prueba la destreza de los participantes, toda vez que representa una corrida de toros: las mujeres representan el carácter indomable del toro y los hombres al torero.

Tlacolula de Matamoros presentó la mayordomía del Señor de Tlacolula. Tocó el turno a la Villa de Zaachila, quienes interpretaron marchas, himnos y sones que representan la conquista de los españoles. Luego, Huajuapam de León fue ovacionado por los asistentes cuando la nostalgia se manifestó a través de las notas que José López Alavés heredó con la “Canción Mixteca”.

No pudo faltar San Agustín Loxicha, con el tradicional Son Niche, que tuvo su origen cuando los antiguos pobladores acudían a “La Ciénega” (lugar sagrado) a celebrar el rito del matrimonio de la Sierra Sur. Las delegaciones de San Juan Colorado y Santa María Huatulco, continuaron después robando también el corazón de los asistentes.

“Sólo les vengo a decir que acabamos de llegar. Medio viaje fue subir y medio viaje fue bajar. La montaña atravesamos, la friega fue inclemente…pero ¡qué tal ya llegamos Tuxtepec está presente!”, esos versos fueron suficientes para provocar una ovación en el Auditorio Guelaguetza que anunciaba el inicio de “Flor de Piña”, uno de los bailes más vistosos por la frescura con que bellas jóvenes ataviadas con huipiles multicolores y una coordinación impecable, siguen la coreografía de la maestra creadora Paulina Solís Ocampo.

Para finalizar, la picardía de Pinotepa Nacional. Mujeres con blusas bordadas de chaquira, faldas coloridas ondeaban al son de las chilenas de la costa al tiempo que lanzaban coplas llenas de sabor, que sonrojaban al público.

“Este pueblo los recibirá siempre con los brazos abiertos para ofrecer su Guelaguetza, gastronomía y bailes”…así terminó la máxima fiesta de las y los oaxaqueños, con esas palabras recitadas por la Diosa Centéotl, Jacqueline Reyes Sarabia.

 

Scroll al inicio