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La Guelaguetza dejó de ser la fiesta del pueblo y se convirtió en un espectáculo comercial: Schultz

OAXACA, OAX., julio 22.- El espectáculo de la Guelaguetza se ha comercializado, se ha cambiado el folclore de Oaxaca, afortunadamente en Tlacolula, Ocotlán, San Antonino y otros pueblos del Valle Central presentan bailes de sus regiones y no cobran ni un centavo, afirmó el maestro Miguel Ángel Schultz Varela.

A sus 88 años de edad y lógico con huellas palpables de su paso por la vida, entrevistado al final de una de las audiciones dominicales allá bajo el laurel, en la parte norte del zócalo y frente al vetusto reloj de Catedral, recordó haber sido uno de los bailarines por los años 1940 cuando se realizaban los Lunes del Cerro en el Cerro del Fortín, donde precisamente se construyó y luce majestuoso el auditorio levantado e inaugurado durante el gobierno interino del licenciado Fernando Gómez Sandoval, quien sustituyó al Ingeniero Víctor Bravo Ahuja y lleva el nombre de Guelaguetza.

Los grupos representativos de las regiones del Estado, se formaron en aquellos tiempos en instituciones educativas como la escuela Normal Urbana Federalizada, donde salió el conjunto del Istmo, porque muchos de los estudiantes eran de esa región.

Estudiantes del Instituto de Ciencias y Artes del Estado integraron el conjunto de la Sierra; la Academia Oaxaqueña, el de la Costa y Pochutla; del colegio La Corregidora, el representativo de La Cañada y todos se iban a bailar en la Rotonda de la Azucena, en plena terracería, con el acompañamiento musical de la Banda de Música del Estado.

Gentes de diversos sectores sociales, del pueblo, preferentemente de la ciudad de Oaxaca, desde primeras horas del domingo anterior al Lunes del Cerro, arribaban al lugar, se acomodaban donde se sentaban plácidamente, cómodos y el sitio era el indicado para presenciar los bailables, la fiesta se iniciaba desde las 4 horas de la mañana.

Años después, el Ingeniero Bravo Ahuja como secretario de Educación Pública en el gobierno de Luis Echeverría, logró los recursos suficientes para construir el auditorio Guelaguetza, en terrenos donados por el maestro Schultz Varela y 5 familias más.

El entrevistado dijo que en la actualidad, el auditorio lo maneja una compañía que cobra hasta 2 mil 200 pesos por boleto para ingresar y presenciar el llamado espectáculo de la Guelaguetza, cuando debería ser una fiesta del pueblo, correspondiendo a las Casas de la Cultura organizar los conjuntos representativos de las regiones del Estado para venir a la capital del Estado a presentar bailables característicos y tradicionales de sus lugares de procedencia.

El octogenario maestro no quitó el dedo del renglón y nuevamente un poco molesto repitió que la Guelaguetza se ha comercializado, dejó de ser lo que era en un principio, una fiesta del pueblo.

Habló y puso como ejemplo el carnaval de Veracruz que es comercio, pero el gobierno de ese lugar cubre todos los gastos de las fiestas, mientras aquí en Oaxaca, durante las temporadas donde hay turismo nacional e internacional, los comerciantes cometen abusos al máximo, una comida que cuesta 50 pesos, suben el costo a 80 o 120.

Es tanta su voracidad que sólo esperan que llegue un grupo de turistas para explotarlo y hacer negocio, poniendo en condiciones totalmente negativas y desagradables la reconocida honorabilidad y hospitalidad del pueblo oaxaqueño.

Finalizó diciendo que el único y más importante ingreso para Oaxaca es el turismo, otros ingresos los aporta la Federación con el antecedente de que si aportamos pocos impuestos, dan a Oaxaca pocos recursos y si damos mucho, también nos dan mucho, todo es recíproco.

El maestro ha sido afectado en su físico como consecuencia de algunos accidentes, pero dice tener ánimo y fuerzas para contar con un maestro Schultz por muchos años, pero de ello hablaremos en otros espacios periodísticos.

 

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