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Asoman rostros de violencia en rincones y comunidades de Oaxaca, alerta la Iglesia católica

OAXACA, OAX., agosto 17.- Tras señalar que “en Oaxaca hay hambre de esperanza y paz”, el arzobispo de la Arquidiócesis de Antequera, José Luis Chávez Botello, pidió a los padres de familia, niños y niñas y a la Sección 22 del SNTE, que propicien que el regreso a clases sea cargado de esperanza.

En su tradicional conferencia de prensa, al término de la misa dominical en el Catedral Metropolitana, dijo que la esperanza desde la fe es activa e ir cargados de esperanza implica seguir confiando en las personas y al mismo tiempo estimulando en mejorar y avanzar.

Al Magisterio en específico le dijo que el inicio del ciclo escolar lectivo 2014-2015 es una gran oportunidad para mirar por la educación, avanzando más en la educación de calidad. “Como todo buen educador deben de predicar con el ejemplo, eso es una exigencia en todos el país”, subrayó.

El jerarca de la Iglesia católica en Oaxaca insistió en que la educación es el cimiento, no obstante se ha descuidado el poner los cimientos fuertes desde los valores de quienes están al frente de las escuelas.

Chávez Botello pidió revisar los programas de estudio, ya que mientras no se integren valores para la convivencia no se abonara a la paz social. Por eso pidió a los maestros dar pasos para cultivar valores.

“Si los maestros y dirigentes desde el nivel federal y estatal toman más en serio el apoyo de los padres de familia, puede haber una etapa nueva en la vida social de Oaxaca”, confió el purpurado.

Y es que advirtió que “es sumamente grave lo sucedido el jueves de la semana pasada, cuando integrantes de la Sección 22 del SNTE saquearon combustibles en gasolineras de la capital. “Es triste tocar los rostros de la violencia en diferentes rincones y comunidades de Oaxaca”.

Ante las acciones radicales de la Sección 22 del SNTE, advirtió que “hay tristeza, desaliento, miedo, enojo, rencor, sangre y pérdida de vidas, y con ello hay hambre de esperanza y paz en Oaxaca”.

A su juicio, “salta a la vista el rezago social y económico, la baja calidad de la educación y con frecuencia no hay libertad de tránsito, ni tranquilidad para el trabajo, además de que las relaciones sociales y el tejido social está muy dañado”.

Para hacer frente a este escenario, el Arzobispo señaló que la oración a Dios da serenidad para no caer en la violencia, fortaleza para luchar contra el mal, cambiar los corazones y enderezar el camino.

Consideró también que hace falta una revisión en universidades, en lo económico, en lo político, en la clase gobernante, las organizaciones sociales y sindicales.

“Las causas están de fondo y son las mismas, pero una cosa son los rostros de la mentira y la corrupción de la vida social, economía y política, así como en la religión; por eso lo fundamental es la revisión de los valores desde la raíz”, aconsejó.

Insistió que todos los sectores tienen que revisarse a conciencia para quitar lo que alimenta el deterioro de la vida y de la sociedad, entre ellas la mentira, la irresponsabilidad y el egoísmo.

Del mismo modo, urgió a orar por la paz, quitar resentimientos y odios, perdonar y sanar heridas, cultivar y ejercitarnos en el respeto y mutuo, el apoyo, en pedir dispensa y reparar los daños causados a los demás, en la responsabilidad social y colaborar de manera decidida en el bien común y la justicia.

Bajo esta perspectiva, el Arzobispo de Antequera insistió en que “en Oaxaca urge la reconciliación y la paz social; es la oportunidad antes de que nos llegue lo peor”.

 

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