OAXACA, OAX., febrero 7.- “El Papa no viene a juzgar ni a condenar; viene a México como peregrino ante la Guadalupana para implorar su intercesión y orar por todos,” señaló este domingo en conferencia de prensa el arzobispo de Oaxaca, José Luis Chávez Botello.
Luego de la misa de mediodía, el Jefe de la Iglesia católica en la entidad manifestó que la visita del papa Francisco nos encuentra en un contexto de violencia en el país y en año de elecciones y, ante ello, dijo que urge reflexionar y enderezar el camino.
“Nos urge despertar y despertarnos unos a otros de la indiferencia y pasividad por el bien común, para no acostumbrarnos a vivir en la corrupción e injusticia, en los graves efectos de la violencia.”
El Jefe de la Iglesia Católica en Oaxaca reconoció que México es un pueblo con un corazón grande, sin embargo, no tiene el ánimo de tomar su misión y al Papa le preocupa la indiferencia de muchos mexicanos, dijo, pues aunque hay personas que pueden incidir en la situación del país, están más ocupados en mantener el prestigio, el poder y no meterse, señaló.
Asimismo, aseguró que el papa Francisco no escogió lugares de mucho desarrollo y belleza, pues lo que busca es la belleza humana, “él va donde hay sufrimiento, donde hay preocupación principalmente, pero no para con ellos; desde cada encuentro él quiere hablar a todo el país, a todos los mexicanos, y más allá, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.”
Ante ello, llamó a las y los oaxaqueños a recoger el mensaje del Papa a su paso por territorio mexicano y a aplicarlo en los aspectos que más necesita la sociedad de Oaxaca.
Respecto al tema migratorio, el arzobispo Chávez Botello manifestó que posiblemente el papa Francisco pida más apertura a los países y fraternidad, pues afirmó que “la migración no es un enemigo, es una ayuda para el pueblo, para el país donde se le recibe.”
En ese sentido y a pregunta de los reporteros sobre el trabajo del sacerdote Alejandro Solalinde Guerra, respecto a dicho tema, el Arzobispo dijo que ojalá siguiera haciendo el bien a tantos.
Sin embargo, señaló que el Albergue “Hermanos en el Camino” –que dirige Solalinde– no es el único, pues “hay muchas casas, mucho más grandes y más impulso, pero más calladitos”.
