+ Tan sólo durante los primeros nueve meses del 2020, cada uno de los 42 diputados y diputadas les ha costado a las y los oaxaqueños 12 millones 850 mil 674.03 pesos

OAXACA, OAX., noviembre 26 de 2020.- Durante los primeros nueve meses del 2020 la LXIV Legislatura del Congreso del Estado de Oaxaca gastó 173 millones 57 mil 246.6 pesos más de lo que originalmente le fue aprobado para este ejercicio fiscal, de acuerdo con los informes de la Secretaría de Finanzas (Sefin) del gobierno estatal, con corte al tercer trimestre del año en curso.

El presupuesto asignado al Congreso estatal hasta el tercer trimestre ascendía a 366 millones 671 mil 062.90 pesos; sin embargo, en lo que va del año reportó el gasto de 539 millones 728 mil 309.50 pesos, lo que significa que cada uno de los 42 diputados locales les ha costado a los oaxaqueños 12 millones 850 mil 674.03 pesos.

El presupuesto original del Congreso del Estado era de 418 millones 696 mil 586 pesos; sin embargo, durante el período del primero de enero al 30 de septiembre del 2020 “se realizaron movimientos presupuestales para lograr y reforzar metas programadas solicitando una adecuación presupuestaria por un importe de 207 millones de pesos”, indica el reporte de la Sefin.

A pesar de esta ampliación presupuestaria, el Congreso estatal argumenta que los recursos son insuficientes, sobre todo para realizar el pago de nómina, asegurando que es un problema que se presenta todos los años.

“Otro de los problemas más marcados que se han reflejado año con año en el presupuesto en el rubro de servicios personales es la falta de suficiencia presupuestal para cubrir el pago de la plantilla de nómina del primero de enero al 30 de septiembre de 2020, plantilla que no puede ser reducida ya que el personal realiza actividades primordiales para el funcionamiento del honorable Congreso”, argumenta.

De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), gastar en los Congresos del país es gastar de manera equivocada, pues “las sucesivas Legislaturas planean y ejercen su presupuesto sin criterios de transparencia y eficiencia”.

El IMCO concluye que los congresos estatales “cuestan mucho, gastan más de lo planeado e invaden funciones que no les corresponden”.

Señala, además, que “existe una mala planeación y un manejo discrecional de sus presupuestos, sin criterios de eficiencia y transparencia. En lugar de asignar el gasto público a las verdaderas necesidades de la población, aprovechan la facultad de aprobar presupuestos para ampliarlos y destinarlos a actividades no sustantivas del Estado”.