Diario Ejecutivo
Son días de un calor infame en la Ciudad de México, en los que cuando sale uno a la calle la ropa quema y se pega a al sudor de una carne casi abrasada.
Pero quizá el mayor calor es el político, por las renuncias, las aspiraciones y las lealtades.
El lunes, Marcelo Ebrard dejó su oficina de la Secretaría de Relaciones y abandonó Palacio Nacional tras despedirse del presidente Andrés Manuel López Obrador. “Voy a regresar aquí, pero como presidente”, dijo al Palacio Nacional y al presidente le dijo: “Cuentas conmigo en todo, aunque ande yo recorriendo el país. Siempre seré tu carnal, donde esté”.
Me hizo recordar una de las manifestaciones en zócalo, en 2006, cuando estábamos apretujados miles de ciudadanos en torno a quien había ganado las elecciones, pero lo reconocieron. Un hombre mediana edad, colgado de uno de los postes, con una potente voz vio pasar a Ebrard y le grito: “Marcelo soy tu carnal Tin-Tan, ya no me reconoces”, provocando las risas de quienes lo escuchamos.
Marcelo se fue para contender por la candidatura presidencial con la frase “Sonríe todo va a estar bien” y este martes el presidente anunció que su sucesora será Alicia Bárcena, actual embajadora de México en Chile. Una canciller de lujo que gradeció al presidente Andrés Manuel López Obrador su confianza y aseguró que recibe “con enorme responsabilidad”.
La recuerdo a principios de la década de los ochentas en Mérida, cuando dirigía el Instituto Nacional de Investigaciones sobre Recursos Bióticos y habían llegado a la capital yucateca muchos chilangos. Yo me fui como representante de La Jornada y ella ya estaba ahí. Luego llegó el hermano de Carmen Lira (mi jefa en ese entonces y mi jefa actual, así la considero), Rafael, a hacer su posgrado precisamente en el instituto que presidía quien será la nueva canciller mexicana.
De Mérida regreso a la capital a ser subsecretaría de Ecología y más tardes fundó y dirigió diversos organismos (nacionales e internacionales) relacionados con el medio ambiente, hasta que hace poco fue nombrada secretaria general de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y más tarde se incorporó al equipo de la Cuarta Trasformación. Aunque muchos la consideran así, no es hermana de Martha Bárcena, quien fue embajadora de México en Estados Unidos y tras salir de ese cargo diplomático se ha dedicado a criticar muchos aspectos de la diplomacia mexicana del actual gobierno.
El lunes, mientras Ebrard se despedía del presidente, Claudia Sheinbaum, anunciaba que el viernes dejará la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México para contender por la candidatura por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y llegar a ser la primera presidenta e México.
La vi y la escuché el lunes cuando anunció su dimisión y luego en una entrevista que difundieron Los Periodistas (la habían hecho el sábado pasado, antes del Congreso Morenista) y ahí me convencí de que de llegar a la Presidencia su papel será defender lo que ha logrado el actual presidente y el modelo económico instaurado por él, con algunos toques de profundización en energías renovables y derechos de las mujeres. Incluso dijo que de acuerdo con el INEGI, 67.5 por ciento de los mexicanos están dispuestos a tener a una mujer presidenta.
El martes, el titular de la Secretaría de Gobernación (SG), Adán Augusto López Hernández, anunció que dejará el cargo el próximo viernes. Al salir de la reunión que el presidente López Obrador sostuvo con los integrantes del gabinete legal y ampliado en Palacio Nacional, dijo que iniciará sus actividades proselitistas en un estado “grande” del occidente, en el Pacífico, el lunes de la próxima semana. Se dijo seguro que será él el ganador de la encuesta de Morena para elegir al coordinador nacional en defensa de la transformación, que eventualmente será el abanderado de Morena a la presidencia en 2024.
También el martes, la Comisión Permanente del Congreso de la Unión autorizó al senador de Morena, Ricardo Monreal, a separarse de sus funciones legislativas por tiempo indefinido, a partir del próximo viernes.
Ahí rindió una especie de informe: “Generamos 45 nuevas leyes, de las cuales 39 ya son legislación vigente y seis están por ser aprobadas. Hemos modificado sustancialmente el Sistema Jurídico Nacional, aprobándose en este periodo 651 decretos de reformas a diversos ordenamientos jurídicos vigentes; 236 de ellos, ya forman parte de nuestro Sistema Jurídico Nacional y el resto deberá ser aprobado en lo que resta la actual Legislatura, se designaron más de dos mil 135 nombramientos de servidores públicos. Se aprobaron 48 instrumentos internacionales y 124 integrantes del cuerpo diplomático”. Además, recordó que el Senado presentó “más de 300 iniciativas de ley, muchas de ellas aprobadas y convertidas en derecho vigente”.
El martes también la diputada morenista Yeidckol Polevsnky se destapó como aspirante a la candidatura presidencial y solicitó permiso ante la Comisión Permanente para dejar la diputación por tiempo indefinido a partir del 16 de junio próximo. La legisladora explicó que es fundadora de Morena y conoce su proyecto perfectamente, por lo que está decidida a participar en la competencia interna. Esta renuncia, desde luego, está fuera de los acuerdos de la Convención realizada el domingo.
Pero quizá la mayor sorpresa del martes fue que la secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Rosa Icela Rodríguez, anunció que permanecerá en el gabinete del presidente hasta que concluya su sexenio en septiembre de 2024, con lo que se alejó de la contienda por la jefatura del gobierno de la ciudad de México, en donde las encuestas la ubican cada día con mayor preferencia electoral.
En la mañanera y en vísperas de la reunión con el gabinete, Rosa Icela, dijo que recibió dos ofertas “tentadoras”, pero que decidió acompañar hasta el final al mandatario al frente de la secretaría.
“Hay dos propuestas, y yo le pedí (al presidente) que por favor me permitiera seguir formando parte del gabinete que él encabeza, un gabinete histórico, un gabinete que tiene mucho trabajo y que trabaja para el mejor presidente que hemos tenido en los últimos tiempos”, dijo.
El presidente señaló: “Estaba tentador. Pero le agradezco mucho, le agradezco mucho y así, así, porque nos ayuda muchísimo Rosa Icela, mucho mucho, todos estamos de acuerdo, es el gabinete de seguridad, es el gabinete que todos los días nos reunimos para enfrentar el flagelo de la violencia y vamos bien, y con ella es una garantía. Entonces, le agradezco mucho, mucho, mucho. Supo atender que es un proceso y ya vendrán otros tiempos”.
Y todo esto con un calor que en algunas zonas de la República llega a 45 grados.
Dice el filósofo del metro: En Palacio Nacional, la temperatura no se mide en grados centígrados, sino en grados políticos.
