OAXACA, OAX., julio 25.- Al ritmo de “La Calenda”, “El Gallito”, “El Palomo enamorado”, “La Sarna”, “La Vaca”, “El Panadero”, “La Putlequita”, “Son Costeño” y “Sones de carnaval”, la delegación de Putla Villa de Guerrero cerró con éxito la edición matutina del primer Lunes del Cerro de la Guelaguetza 2011.

En el olvido quedaron las especulaciones y críticas contra la Velaria (el techado al auditorio), pues ésta superó la prueba.

Los 15 mil asistentes al Cerro del Fortín se deleitaron con 12 delegaciones en esta primera de cuatro funciones que el Gobierno del Estado ofrece a propios y visitantes.

Putla Villa de Guerrero, municipio donde conviven diversos grupos étnicos, como amuzgos, tacuates, triquis, mixtecos y náhuatl’s, mostró al mundo su alegre y festiva cultura, mediante la interpretación de jocosos y sensuales sones y chilenas, que son representación de su fiesta más importante: el carnaval putleco.

Antes, la delegación de San Juan Bautista Tuxtepec, con su “Flor de Piña”, coreografía que representa la alegría de la mujer por la buena cosecha de la piña, portando los huipiles de Usila, Soyaltepec, Ojitlán, Jalapa de Díaz, Ixcatlán y Valle Nacional, fue una de las favoritas del público.

Igualmente, San Vicente Coatlán interpretó con singular gracia y picardía el Jarabe del Palomo, luciendo el colorido de sus trajes.

Y San Bartolo Coyotepec, con su Danza de la Pluma, representó la conquista de los aztecas por parte de los españoles.

Lo propio hizo la tierra alegre y festiva de San Pedro Pochutla, cuya delegación de danzantes interpretó con picardía y sensualidad los sones y versos pochutlecos, que derivan de personajes como el perro, quirio, cotón, zopilote, arriero, zanate, toro, chilegole y la india, cantos con versos de amor y desamor.

A media Guelaguetza, los aproximadamente 15 mil asistentes entonaron el himno de los que abandonan estas tierras para irse a trabajar allende fronteras: la Canción Mixteca.

“¡Que lejos estoy del cielo donde he nacido / inmensa nostalgia invade mi pensamiento / y al verme tan sólo y triste cual hoja al viento / quisiera llorar, quisiera morir de sentimiento!”.

Con la canción de José López Alavés vibraron miles de gargantas y arrancaron más de una nostalgia que terminó en lágrimas.

Y es que con el arribo de la delegación de Huajuapan de León, se encendió el ánimo de los asistentes a la Rotonda de las Azucenas por la interpretación del “Jarabe Mixteco”, que jamás ha sido superado, según se dice.

Porque Jarabe es la unión de los sones de la región Mixteca, como El Jarabe inicial, El Guajacado, El Chandé, El Palomo, El Zapateado, El Toro y El Jarabe final.

También hizo presencia la delegación de Santo Domingo Tehuantepec para mostrar al mundo sus trajes típicos y sus Velas tradicionales.

Hermosas mujeres con elegante indumentaria y la gallardía de los hombres interpretaron sones festivos como La Sandunga, El Fandango tehuano, La Polka, El Tanguyú y Son del Pescado, entre otros.

Ataviadas de su huipil y enagua artesanal, las istmeñas se movían cadenciosas.

Asimismo, en medio de la algarabía hizo su arribo la delegación de Miahuatlán de Porfirio Díaz para ejecutar el Son del Palomo Miahuateco.

Es un fandango en el que el hombre corteja a la mujer, acompañado de versos pícaros, sin faltar la interpretación del Sirana-nanai, música original transmitida de generación en generación en la Sierra Sur.

Antecedió el Fandango Mitleño, de San Pablo Villa de Mitla, que es una fiesta de casamiento y reviste características especiales como la entrega de regalos por parte de los padrinos y que consta de pan, chocolate, mezcal, poleo o hierba de borracho, entre otros.

Mientras, la banda de música toca el tradicional Jarabe del Valle, interpretada en acontecimientos y festejos de la región del Valle Central.

Así cerró la edición número 79 de la Guelaguetza en el Cerro del Fortín, ante un público deslumbrado con la máxima fiesta de los oaxaqueños que este 25 de julio convidó al mundo su magia, color y tradiciones.