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Es falsa la oposición entre cine de arte y cine popular: Roger Koza

OAXACA, OAX., marzo 11.−La dicotomía cine de arte y cine popular es falsa: no sirve para pensarlo y menos para disfrutarlo, concluye Roger Koza, programador de la cuarta edición del Festival Internacional de Cine UNAM (FICUNAM) cuyo ciclo inició ayer en OaxacaCine Alcalá (avenida Independencia 900, Centro Histórico).

Para Roger Koza, crítico y promotor de cine que ayer y hoy imparte en el Centro Académico y Cultural San Pablo el Taller de Formación de Espectadores, “la apropiación aristocrática o de la alta cultura del famoso cine de arte, como oposición al cine popular, es un falso problema para el cinéfilo”, pues éste “sabe que hay características engañosas y auténticas” en uno y otro.

Con la aclaración de que “por popular no hay que entender una carencia de complejidad”: el Chaplin de “La quimera del oro” o “Tiempos modernos”, por ejemplo, alude a una visión compleja del mundo desde el momento que plantea relaciones sociales dentro de modelos socioeconómicos.

Amén que el cine popular no es sólo el estadounidense, sino también el mexicano, el argentino, el japonés.

Durante la impartición de su taller, Roger Koza habló de la “política del fuera de campo”, del espacio y el objeto en el cine y del John Carpenter de los años ochenta y su “Ellos viven”. Después, ante la pantalla de OaxacaCine Alcalá presentó el filme que inauguró el ciclo de marras: “El extraño del lago”, de Alain Guiraudie (Francia, 2013). Luego concedió esta entrevista a E-Oaxaca.

−Se percibe una paradoja: en los años ochenta, los cinéfilos de la alta cultura no veían “Ellos viven” de Carpenter porque era hollywoodense y en las muestras de la Cineteca Nacional sólo le aplaudían a las cintas de los países socialistas y no a un Terry Gillian y su “Brazil” porque representaba al capitalismo…

Responde Roger Koza: “el cine es un arte histórica, genealógica y esencialmente popular”. La dicotomía entre uno de este tipo y el llamado de arte “no sirve para pensar y menos disfrutar” uno u otro.

El punto es abarcar ambas esferas y contraponer elementos incluso dentro de cada una de ellas. “Hay películas valiosas en una y otra. Pero tenemos que ser más libres: pensar que en Carpenter existe un cineasta político mucho más interesante que Costa-Gavras, este cineasta “formalmente académico, sin vida, de guión, en el que la denuncia era más importante que la enunciación”, mientras que en aquél “importaba el qué y el cómo decirlo”.

Igual es injusto disminuir a “B” a cierto cine en relación con un cineasta supuestamente consagrado: una cosa es “Guiraudie tratando de entender el fenómeno del deseo sexual entre hombres” en “El extraño del lago” y otra es Lars von Trier “mostrando una experiencia extrema de la sexualidad” en “Ninfomaníaco”.

“Se supone que pertenecen al mismo universo: pero yo estoy convencido de que Guiraudie es un cineasta de primera línea y que Von Trier constituye más un invento de los circuitos de festivales y de la propia capacidad de éste, quien tiene cierto talento indiscutible, para vender sus creaciones como si fueran genialidades, aunque su cine sea bastante menor de lo que creemos”.

En otras palabras, explica Roger Koza, tanto el cine de Hollywood como el de los festivales y/o el de arte no son homogéneos sino heterogéneos, en ambos hay gran diversidad de elementos, características: “la clave está en distinguirlas”.

Roger Koza es programador del FICUNAM desde el inicio de éste, allá en 2011. OaxacaCine exhibe por tercera vez el correspondiente ciclo –el cual continuará los días 12, 13, 14, 17 y 19/https://www.facebook.com/events/1546227158935322/−, pero no había podido contar con la presencia del crítico sino hasta este 2014.

En el primer día del taller que imparte Roger Koza hubo cupo lleno. Hoy se espera que ocurra lo mismo. Igual que en la cinta que será exhibida este martes 11, a las 19:00 horas, en OaxacaCine Alcalá (entrada general 30 pesos y con descuento 20): “Costa da Morte”, de Lois Patiño (España, 2013), ganadora del Puma de Plata a mejor película del FICUNAM.

De acuerdo con Roger Koza, aquello de que la imagen no miente se acabó con la era de lo digital: “en mi época, cuando veíamos lo filmado es que había algo de verdad” en ello; hoy ya no, “todo se puede simular, construir”.

Otro “cambio rotundo” producto de la era digital de la imagen cinematográfica es que en la actualidad existe acceso a miles de películas que antes, hace 15 o diez años, no había o sólo ocurría en países que contaban con grandes cinetecas.

Tal coexistencia de películas de todos los tiempos constituye una novedad para el cinéfilo, quien puede así “establecer una relación entre el pasado y el presente del cine”.

Estos “cambios rotundos” del cine generan un crecimiento de las “audiencias activas, una mayor plasticidad” de éstas, ya que “no sólo pueden ver películas que estrenan en Cinépolis, ese régimen de la imagen sobre la concepción e idiosincrasia estadounidense, sino también a las que tienen acceso por medio de Internet, festivales o ciclos como los de OaxacaCine”.

Porque los festivales –de los que México tiene la excepcional cifra de 80, los cuales son además itinerantes− y espacios como OaxacaCine generan una “audiencia mucho más culta, dicho en el buen sentido, que cuenta con una conciencia cinematográfica, con elementos de evaluación que le permiten realizar contrastes.

“Nadie puede negar la importancia social-estética que tienen los festivales de cine en México. Son zonas de entrenamiento del tipo que fortalecen la inteligencia y sensibilidad de la comunidad dedicada o relacionada con el cine”.

De manera tal, que esa audiencia puede así “descubrir la falsedad y mediocridad implícitas en, por ejemplo, “12 años de esclavitud”, de Steven McQueen, la ganadora del “Óscar” 2014 como mejor película.

 

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