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El arte local ha caído en la trampa del “trademark-made in Oaxaca”, alerta Lésper

OAXACA, OAX., abril 9.− Para Avelina Lésper, no obstante su “tremenda riqueza”, el arte local “ha caído en una trampa: se ha creado una especie de ‘trademark-made in Oaxaca”, por la que aquél “corre el riesgo de estancarse”.

La directora de “El Milenio visto por el arte” advierte que ello “es delicado” porque “en lugar de investigar, explorar y evolucionar”, los artistas “copian, imitan estilos, pintan como oaxaqueños y caen en el lugar común, cuando que, pienso, Oaxaca puede dar más”.

Igual que en su entrevista publicada en el diario “La Vanguardia” y otros foros, en conferencia efectuada en el Centro Cultural Universitario (CCU) de la UABJO, Avelina Lésper −también colaboradora del suplemento “Laberinto” del periódico “Milenio”− no concede oportunidad alguna al llamado “arte VIP (video-instalación-performance), conceptual o contemporáneo”: lo califica de “negocio” que sólo “va por el dinero”, de un “ataque capitalista en contra del mismo arte”.

−Pero el mercadeo también está y ha estado en el arte-arte, el clásico, sea pintura o literatura o escultura− se le acota.

−Siempre ha existido. Y siempre hay que distinguir entre lo que es arte y lo que no es. Y no tener como parámetro que algo sea caro para ser considerado arte. Obviamente, las grandes obras cuestan mucho dinero, pero que sean caras no garantiza que sean arte.

“Hay artistas muy buenos que, simplemente, no gozan de una gran cotización porque no tienen acceso a galerías y grandes foros, pero eso no significa que sus obras no sean valiosísimas”.

Amén que “mucha gente compra por nombre, aunque las obras no tengan valor estético, y no debe ser así”.

Avelina Lésper se encuentra en el CCU rodeada de estudiantes y profesores que, en su mayoría, coinciden con los planteamientos de ella. Aunque no faltan los “performanceros”, “instaleros” y “conceptuales”, no cuestionan nada, prefieren pasar inadvertidos. Luego, al final, el respetable hace la fila para tomarse la foto con aquélla para el “Face”, seguramente.

Amador Montes, uno de los artistas oaxaqueños del momento, muy exitoso a su corta edad, según el denominado altruista Alfredo Harp Helú, aborda a Avelina Lésper…

Después, la crítica de arte contesta estas preguntas:

−En realidad, tu crítica es a un sector muy específico que está explotando la idea del arte, a una cuestión de mercadeo, pues: ¿es así?

−Sí−responde lacónica.

−¿No habría que extender mucho más la crítica al mercadeo del arte? Porque, por ejemplo, en Oaxaca algunos, sí, ven con buenos ojos los mecenazgos y altruismos, pero otros no: opinan que a través de éstos lo que se está haciendo, en realidad, es una comercialización y explotación de las artes plásticas, la literatura, la cultura oaxaqueña en general.

−Bueno, pero lo que pasa es que en la literatura sí te queda clarísimo cuando estás frente a un libro que es un “mass media”, como en “Cincuenta sombras de Grey”, de E. L. James, por poner un ejemplo de archi súper ventas. Pero cuando la editorial saca este libro y la gente lo compra, ni aquélla ni quien lee el texto pretenden que sea una obra literaria, que tengan arte entre las manos.

Y en el caso del arte contemporáneo, “sí”. Y eso es “súper peligroso” porque se pretende hacer creer a la gente que “tiene arte entre las manos, y así, cualquier historieta o chistorete lo venden como tal”.

−¿Hay algo que valga la pena del arte VIP? ¿La discusión sobre el arte contemporáneo no implica un choque generacional, sobre todo por el uso de las nuevas tecnologías?

−La televisión la inventaron antes de que muchos de nosotros naciéramos, puede considerarse un medio tradicional al alcance de todo el mundo. El video y la cámara fotográfica también. Y no hay choque generacional, Gabriel Orozco tiene más de 50 años de edad y Yoko Ono 80.

“Esto tiene ya un rato. El problema es que el arte contemporáneo no nació para ser arte. Las ideas de Marcel Duchamp o el Manifiesto Dadá fueron justamente para destruir a aquél, el arte”.

Y ahorita ese arte contemporáneo, VIP o conceptual “está solemnizado, institucionalizado y sobrevalorado. El ‘happening’, por ejemplo, se planteó como un juego y, además, para ser efímero.

“Qué sucede con la noción de nuevos medios. Tomar el video como tal es absurdo, porque la televisión nació hace mucho, repito. Ésta fue nuestra nana y mejor amiga, fuimos educados por ella”. Y así.

“En definitiva, no hay ningún choque generacional. Simplemente, el choque que hay es entre mediocridad y talento”.

 

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