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Todo listo para el segundo Lunes del Cerro en edición 82 de la Guelaguetza

OAXACA, OAX., julio 26.- ¡Oaxaca sigue de fiesta! El folklor inunda las calles de la Capital del Estado. La música de sones y jarabes suena en cada casa, en cada esquina, acompañada con danzas, bailes y versos picarescos.

Todo está listo para el segundo Lunes del Cerro, en la edición número 82 de la máxima fiesta de los oaxaqueños y las oaxaqueñas. Este sábado, el desfile de delegaciones anunció la llegada de la Octava de la Guelaguetza.

Hombres y mujeres llegados de las ocho regiones de Oaxaca se reunieron nuevamente para compartir el pan y la sal en la llamada “Comida de la Hermandad” con el gobernador Gabino Cué Monteagudo.

La cultura y tradiciones de las 17 etnias del Estado convergieron como una sola, en medio de la camaradería y fraternidad de las y los integrantes de las delegaciones que ofrecerá su gueza (aportación) el lunes 28 de julio en la Rotonda de la Azucena.

En la “Comida de la Hermandad”, que presidió la Diosa Centéotl –representada por la joven Jacqueline Rosario Reyes Sarabia, de Santo Domingo Tehuantepec– el gobernador Cué convivió con los integrantes de las delegaciones de la Costa, Istmo, Sierra Norte y Sierra Sur, Mixteca, Cañada, Papaloapam y Valle Central que compartirán con el mundo sus danzas, tradiciones y costumbres.

Acompañado del presidente municipal de Oaxaca de Juárez, Javier Villacaña Jiménez, el titular del Poder Ejecutivo estatal estrechó las manos y dio la bienvenida a cada hombre y mujer de las 27 delegaciones que participarán en el Auditorio Guelaguetza, en lo que es la festividad más grande de América Latina.

Todos convivieron como una gran familia, y las chinas oaxaqueñas, como buenas anfitrionas dieron la bienvenida a los pueblos hermanos al ritmo del Jarabe del Valle, anunciando con ello la Octava de la Guelaguetza.

Con un mosaico de sones, jarabes y chilenas, cada una de las delegaciones, ataviadas con sus trajes típicos, se dispusieron a bailar y disfrutar de una tarde amena.

De magia, folklor y gala, así se vistió la tarde de este sábado. Al final y después de dos horas y media de convivencia, las delegaciones se dispusieron a recorrer las calles del Centro Histórico en una tradicional calenda, que es el preámbulo de la Guelaguetza, la máxima fiesta de las y los oaxaqueños.

EL DESFILE DE LAS DELEGACIONES

El desfile de las delegaciones anunció a Oaxaca y al mundo la llegada de la Octava de la Guelaguetza 2014.

Este sábado recorrió las calles del Centro Histórico. Inició en el Jardín Morelos, que se ubica en la Calzada Madero esquina con Húzares, avanzó sobre Avenida Independencia hasta Macedonio Alcalá, donde ascendió para llegar al histórico templo de Santo Domingo de Guzmán.

El recorrido lo encabezó la Diosa Centéotl 2014, Jacqueline Reyes Sarabia, acompañada por los integrantes del Comité de Autenticidad de las Fiestas de la Guelaguetza, seguida por los sonidos prehispánicos de la chirimía y los caracoles que dieron paso a las Chinas oaxaqueñas y a los demás participantes.

CONVITE FLORAL GUELAGUETZA 2014

“Ser una China Oaxaqueña es un sentimiento a flor de piel que expresa el amor por las tradiciones oaxaqueñas”. Viviana Mateos, China por más de 15 años.

Por la mañana de este sábado, Frente al Templo de Santo Domingo de Guzmán y al repique de las campanas se preparaban las 40 Chinas oaxaqueñas y los faroleros al son de la banda musical para emprender su recorrido hacia la Alameda de León con la presencia de hermanos oaxaqueños y de diversos lugares.

Con vistosos colores, joyas antiguas y ostentosas canastas adornadas con motivos religiosos y flores inmortales como lo dicta la tradición –que desde hace más de 15 años alegra las calles de la Verde Antequera– dio inicio el recorrido que cautiva a espectadores locales y a visitantes de diversos rincones del mundo.

Entre cohetes, ovaciones, velas y algarabía, cada asistente captaba el colorido del convite floral de la Guelaguetza presentado por las Chinas oaxaqueñas de doña Casilda Flores (qepd).

El amor por las tradiciones oaxaqueñas es una característica de las Chinas que pretenden mantener este tipo de expresiones, mostrando en cada movimiento al son del Jarabe del Valle.

Entre aplausos y flashes bailaron alegres, con elegancia, cada pieza que los instrumentos de viento pronunciaban y que hacían retumbar al más noble sentimiento de devoción por la cultura oaxaqueña.

El empedrado y los monumentos históricos de esta Ciudad también son testigos del orgullo con que gritan los faroleros:

¡Viva el Barrio de China! ¡Viva la Guelaguetza! ¡Viva Oaxaca! mientras agitan y giran los faroles, las marmotas y los monos de calenda que expresan un sentimiento de amor por la tierra que los ha visto nacer.

Y es que el sabor de Oaxaca no sólo se encuentra en la gastronomía, sino también en los bailes tradicionales que armonizan cada paso que recorre el transeúnte en esta tierra del Sol y que regresa al llamado de la Guelaguetza por la fraternidad que ofrece a quien la llega a conocer.

 

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