OAXACA, OAX., marzo 15.- Lo que parecía un juego de niños se volvió de pronto drama familiar cuando dos hermanos jugaban con una pistola calibre 9 milímetros y uno de ellos mató al otro.
Los dos consanguíneos, uno de diez y otro más grande, jugaban en su cuarto de dormir la noche del jueves 12 de marzo de 2015, en su casa de la calle San Pedro sin número de San Pablo Guilá, perteneciente al Municipio de Santiago Matatlán, cuando su padre escuchó un disparo, corrió a ver y halló casi muerto a uno de sus vástagos.
A las 23:00 horas de ese jueves fatídico, Hernán López Morales, de diez años de edad, y su hermano mayor, intercambiaban la pistola, hacían fintas y entre risas y gritos simulaban que abrían fuego, cuando en un descuido el arma se disparó.
El padre de los menores había terminado de cenar, luego de concluir las labores del día, y se fue a descansar con su esposa, dejando a sus hijos jugando, como siempre, sin imaginar lo que iba a ocurrir.
De pronto escuchó una detonación, se incorporó alarmado y corrió a ver qué había sucedido. Al abrir la puerta del cuarto descubrió a uno de sus hijos tendido sobre la cama, sangrando, y al otro llorando junto a éste.
Lo tomó en sus brazos y salió corriendo en busca de ayuda. Un vecino lo ayudó y trasladaron al menor al Hospital del IMSS ubicado en el vecino Municipio de Tlacolula de Matamoros.
Después de dos horas de trabajo los médicos no pudieron salvarle la vida. El balazo que recibió, a la altura de la tetilla derecha, fue mortal. Murió en el hospital regional.
Un Agente del Ministerio Público tomó conocimiento del deceso y luego autorizó trasladar el cuerpo al panteón municipal para realizarse la necropsia de ley y entregarlo a sus familiares.
