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Sin respeto a derechos humanos, democracia y transición son letra muerta: Peimbert

Buenos días.

Muchas gracias por acompañarnos.

En Oaxaca hemos comenzado a hablar de democracia, de transición, de una ley de vanguardia en derechos humanos. Todo esto, sin embargo, es letra muerta si aún no es posible el ejercicio de ciertos derechos y libertades básicas.

Peimbert--Arturo-nueva-defensoría-23.03.15-bol-(1)El ejercicio cabal de los derechos humanos es un elemento esencial para la existencia de la democracia, y ésta, a su vez, es indispensable para el desarrollo social, político y económico de los pueblos.

El respeto a los derechos humanos; el que estos principios formen parte de la vida de las personas, depende en gran medida de que periodistas, defensoras y defensores de derechos humanos gocen de garantías efectivas para realizar libremente su trabajo.

Periodistas, defensoras y defensores de derechos humanos son la voz de quienes han sido históricamente enmudecidos por el abuso; son la lente necesaria para hacer evidentes los asuntos que los poderes públicos y los poderes fácticos buscan dejar invisibles; en palabras de la oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, son quienes luchan contra la impunidad, impulsan la vigencia del Estado de Derecho, apoyan el derecho de las víctimas y detonan transformaciones hacia una sociedad más justa.

“Los defensores pueden contribuir decisivamente a salvaguardar la democracia y garantizar que siga siendo abierta, pluralista y participativa y que no se aparte de los principios del estado de derecho y la buena gobernanza”.

Estas son palabras de un informe de la Relatoría Especial sobre la situación de los defensores de los derechos humanos de las Naciones Unidas, y sin duda esto es igual de vigente para las y los periodistas.

También es aplicable a periodistas el reconocimiento en el ámbito internacional de que la labor de defensoras y defensores coadyuva con una obligación esencial de los Estados y, por lo tanto, genera en los gobiernos obligaciones especiales para proteger su trabajo.

Porque la agresión a alguien que ejerce el oficio de la comunicación; el ataque a una defensora o un defensor de derechos humanos, no es un simple atentado contra una persona. Es una agresión al colectivo, a las muchas personas que le requieren, sea para conocer de su entorno y con base en ello tomar decisiones y actuar en ejercicio de sus derechos, en el caso de las y los periodistas, o para proteger sus derechos humanos frente a la acción invasiva o la inacción negligente del Estado, en el caso de las y los defensores.

Porque la agresión a la o el comunicador, porque el ataque a el o la defensora, es un agravio contra los derechos del resto de la sociedad.

Por eso los gobiernos, aun cuando estén en desacuerdo con su trabajo, tienen la obligación especial de protegerles, a ustedes, frente a toda violencia, amenaza o cualquier acción arbitraria derivada del ejercicio legítimo de sus actividades.

Y esa sigue siendo una responsabilidad incumplida.

Y por eso estamos aquí.

Porque México es el país americano más peligroso para ejercer el periodismo, de acuerdo con informes de Naciones Unidas. Según la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, entre 2005 y 2013 al menos 85 periodistas fueron asesinados y otros 20 desaparecieron en el país.

Porque, aunque las cifras locales varían según las diversas fuentes, la mayoría ubica a Oaxaca entre los estados con mayor número de agravios hacia las y los comunicadores.

Entre 2013 y 2014, esta Defensoría abrió 19 expedientes de queja y 46 cuadernos de antecedentes relacionados con diversas agresiones y amenazas a periodistas, además de una alerta temprana, en 2014, para que las autoridades garantizaran la integridad física y la seguridad jurídica de las y los periodistas, con el fin de proteger su libertad de expresión y, mediante éste, el derecho de acceso a la información del resto de la sociedad.

Porque la situación de defensoras y defensores de derechos humanos es similar. Entre enero de 2005 y mayo de 2011, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y otras instancias registraron 523 expedientes relacionados con presuntas violaciones a los derechos humanos de personas defensoras de los derechos humanos.

En razón de su participación en la lucha a favor de los derechos humanos, dice esa institución, las y los defensores se ven expuestos, en un creciente número de ocasiones, a amenazas, abusos, actos de hostigamiento, intimidación y ataques a sus libertades fundamentales, por parte de autoridades o agentes no gubernamentales, lo que los constituye en un grupo en especial situación de vulnerabilidad.

Porque, de regreso al ámbito local, este organismo documentó 12 expedientes de queja y 34 cuadernos de antecedentes por diversas agresiones a defensoras y defensores de derechos humanos entre 2013 y 2014.

Estamos aquí porque quienes se dedican a la comunicación y quienes se dedican a la defensa de los derechos humanos son blanco de persecución mediante amenazas, robos, agresiones físicas, allanamientos, privaciones ilegales de la libertad, detenciones arbitrarias e incluso homicidios.

La Defensoría de los Derechos Humanos no es ni puede ser indiferente ante la gravedad de esta situación.

En sus pocos años de existencia, la Defensoría ha estado en contacto con defensoras y defensores civiles de derechos humanos; hemos acompañado su indignación por los acontecimientos y compartido su frustración por la siempre insuficiente respuesta gubernamental a la hora de establecer medidas para garantizar que puedan realizar su trabajo en un entorno seguro.

Para hacer frente a los desafíos que esto implica, hemos decidido crear al interior de este organismo una Defensoría especializada en protección a periodistas, defensoras y defensores de derechos humanos.

Esta nueva instancia es la primera de su tipo en el país. En el ámbito federal, para la defensa de defensores y periodistas existe la Quinta Visitaduría de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

Los organismos estatales, sin embargo, no cuentan con visitadurías especiales con ese mandato; sólo la Comisión del Distrito Federal cuenta con relatorías especializadas en periodistas y en defensores de Derechos Humanos, ejercicio que retomamos y que además ampliamos de manera significativa.

Entre otras funciones, esta Defensoría Especializada se encargará de recibir, investigar y resolver las quejas relacionadas con los agravios a periodistas, defensoras y defensores de derechos humanos; de elaborar planes de seguridad para quienes estén en riesgo; de formular las propuestas de medidas cautelares que junto con ustedes demandaremos al gobierno; de ofrecerles capacitación en materia de protección integral; de elaborar informes y recomendaciones sobre la situación de riesgo en que se encuentran; de promover el reconocimiento público y la valoración social del trabajo que realizan; de proporcionarles acompañamiento jurídico y asesoría legal; de apoyarles en el diseño estratégico del litigio ante instancias locales, nacionales o internacionales; en su caso, de vigilar los procesos penales, civiles o administrativos a los que sean sometidos, y brindarles también acompañamiento psicosocial.

La existencia de esta Defensoría Especializada es en sí misma un cuestionamiento al Estado. Es un señalamiento claro de que aún no ha logrado establecer prerrequisitos para la construcción de una sociedad democrática.

Esta Defensoría nace por la desatendida necesidad de fincar las condiciones que permitan a periodistas, defensoras y defensores desarrollar su trabajo en condiciones mínimas de seguridad.

Esta Defensoría Especializada es, de manera intrínseca, una crítica severa a los usos y costumbres de la política mexicana y de la política oaxaqueña.

Con todo, la acción de esta nueva instancia no busca descalificar o menoscabar a las instituciones o sus funcionarios. Antes al contrario, éstos deben ver en la Defensoría Especializada a una aliada que les señalará cada yerro, cada desvío en el camino de la legalidad y de los principios de los derechos humanos; deben verla como una oportunidad para corregir el rumbo de quien se haya separado del camino correcto, lo que puede redundar en una mejor gestión gubernamental, en el fortalecimiento de la acción institucional y en mayor legitimidad, lo que definitivamente nos acercará hacia nuestro destino común, que es una sociedad mejor y más justa para todas y todos.

Esta Defensoría Especializada es, entonces, también una búsqueda, y una apuesta por que la nueva configuración del Estado, las nuevas disposiciones constitucionales y legales en materia de derechos humanos se transformen en letra viva, en una realidad para la vida cotidiana de las personas.

Para iniciar esta tarea decidí nombrar a una persona que considero con la capacidad necesaria. Razhy González, conocido en Oaxaca como periodista, en los últimos quince años ha desarrollado capacidades como consultor en asuntos de ciudadanía, género y derechos humanos. Recibió la beca Hellman/Hammet de la organización Human Rights Watch, y ha participado en diversos procesos formativos en derechos humanos.

Él, como parte del equipo de investigación histórica de la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado, participó en la construcción de los indicadores para el estudio de la guerra sucia en México, basados en el derecho internacional de los derechos humanos y el derecho internacional humanitario. Ahí mismo coordinó los grupos de trabajo que indagaron sobre las acciones del Ejército en el estado de Guerrero y sobre “El halconazo” de 1971.

Entre otras cosas, fue fundador de la Sociedad de Periodistas, organización nacional dirigida a la protección de las y los reporteros mexicanos, y en el mismo ámbito ha colaborado también con la Casa de los Derechos de Periodistas. Es autor o coautor de publicaciones como el cuadernillo que lleva el provocador título de Acción civil. Guía para gobernar a quienes gobiernan, y el “Manual para la ciudadanía activa de las mujeres del Distrito Federal”.

Confío en que su experiencia en asuntos de género le permitirá identificar las necesidades específicas para la defensa de las defensoras y las periodistas. Y en que él mismo, como sobreviviente de la desaparición forzada y la tortura, tendrá la empatía necesaria hacia los casos y las causas de ustedes, y la claridad de que en su trabajo puede estar depositada la seguridad, la integridad y la vida de muchas personas.

Razhy González es a partir de hoy nuestro defensor especializado en protección a periodistas, defensoras y defensores de derechos humanos. Poco a poco, en las próximas semanas integraremos además un equipo de profesionales con amplia experiencia en el tema, incluyendo a expertas y expertos que han desarrollado su especialidad tanto en Oaxaca como en otras partes del mundo.

En coherencia con el llamado de diversas organizaciones, como el Centro de Derechos Humanos y Asesoría a Pueblos Indígenas, Cedhapi, esta Defensoría Especializada deberá asumir mayores esfuerzos para la protección de quienes se dedican a la comunicación y a la defensa de los derechos humanos desde los ámbitos comunitarios, por mucho las y los más vulnerables.

Lejos de las ciudades, de la visibilidad de las altas esferas políticas, de las alianzas estratégicas y de los litigios internacionales, ellas y ellos están expuestos a los cacicazgos, al abuso de los micropoderes, a la violencia más brutal y directa.

Este es uno de los grandes retos de esta institución, y asignatura pendiente para el gobierno, que por acción u omisión ha generado mecanismos que vulneran permanentemente el trabajo de estos defensores y periodistas.

La tarea de esta Defensoría Especializada será imposible sin la participación activa de la sociedad civil, de las defensoras y defensores, de las y los periodistas.

Así, esta nueva instancia es también una invitación a crear un espacio de convergencia, de cohesión entre organizaciones y personas de distintas líneas.

Es una invitación para acuerparnos en torno a la protección del derecho fundamental de defender los derechos humanos, a unirnos estratégicamente sobre este único punto, la seguridad de las personas, más allá de los insalvables disensos ideológicos o de métodos de acción.

Sabemos que esto es posible. Lo sabemos porque estamos aquí. Porque para crear este espacio fue clave la cercanía de varias personas y organizaciones de distinto cuño.

Quiero hacer un reconocimiento particular al Centro de Derechos Humanos “Bartolomé Carrasco Briseño”, al Centro de Derechos Humanos “Gobixha”, a Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad Oaxaca y a Servicios para una Educación Alternativa, pues su preocupación, su insistencia, sus experiencias en segunda y primera personas de frente al riesgo, y por supuesto sus críticas severas durante los últimos años, han permitido una mejor construcción de los sentidos y los posibles alcances de esta Defensoría Especializada.

Este pequeño gran avance es un logro de ustedes, de las demás personas y organizaciones de la sociedad civil, de la misma Defensoría y del resto de la sociedad oaxaqueña.

Enhorabuena, entonces. Que nos junte la esperanza, antes de que lo hagan la violencia y la sangre.

Muchas gracias.

*Texto íntegro del mensaje pronunciado por el defensor de los derechos humanos, ARTURO PEIMBERT CALVO, en la presentación de la nueva Defensoría especializada en protección a periodistas, defensoras y defensores de derechos humanos, el 22 de marzo de 2015.

 

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