OAXACA, OAX., marzo 13.- Arropado por algunos sacerdotes que tienen cargos en la Arquidiócesis de Antequera-Oaxaca y principalmente por el apoderado legal de dicha Diócesis, Wilfrido Mayrén Peláez, mejor conocido como “padre UVI”, el arzobispo José Luis Chávez Botello rechazó este domingo, en conferencia de prensa, las acusaciones contra su persona y sobre la presunta omisión de la Arquidiócesis ante los casos de pederastia clerical ocurridos en la Sierra de Oaxaca.

“Los delitos, si es que se comprueban, los cometen las personas a título individual y deben responder por ellos en forma personal, no sólo en el ámbito civil sino también en el eclesiástico”, afirmó el Arzobispo, asegurando que la  Arquidiócesis ha procedido con verdad y justicia.

En ese sentido, manifestó que la Arquidiócesis ha coadyuvado plenamente con las autoridades correspondientes en el proceso penal que lleva Gerardo Silvestre Hernández, sacerdote acusado por corrupción de menores, pues “nosotros fuimos los que lo detuvimos, no ellos, nosotros fuimos los que lo presentamos a la autoridad, lo dispusimos, aquí está, mientras se probaba”,  señaló.

Por su parte, el apoderado legal de la Arquidiócesis de Antequera Oaxaca, Wilfrido Mayrén Peláez, mejor conocido como “padre UVI”, expresó “es un absurdo que se denuncie públicamente que son 45 violaciones y con la venida del Papa aumentaron a 100, pero hay una sola denuncia, investiguen ustedes, vayan, vayan y vean, vayan a los lugares donde dicen que están, no los podemos inventar, las victimas no se pueden inventar”.

Aclaró, asimismo, que solamente hubo dos denuncias sobre el caso, de las cuales una “ni siquiera pudo reunir todos los elementos de tipo penal”, mientras que la segunda fue encuadrada en el delito de corrupción de menores de 18 años por los hechos que se denunciaron y no “por el delito que se dice que se cometió, que no por eso deja de ser grave en caso de que sea cierto”, dijo.

No obstante, al no haber una sentencia que determine la culpabilidad del sacerdote Gerardo Silvestre Hernández sobre la presunta violación a niños indígenas, el padre UVI afirmó que esa es la “mejor prueba de que no hay nada que limpiar, nosotros no tenemos nada que limpiar porque aquí no se ha escondido nada; en el momento en que hubo una denuncia Gerardo Silvestre fue separado de su parroquia y se le mantuvo ahí hasta que terminó el proceso y nosotros mismos lo entregamos a las autoridades”, recalcó Wilfrido Mayrén Peláez.

Ante ello y sin mencionar sus nombres, calificó de intenciones perversas las acusaciones de 14 presbíteros que se manifestaron a través de una carta para manifestar su solidaridad con el sacerdote Manuel Arias Montes, quien presuntamente ha sufrido hostigamiento y persecución por parte del arzobispo José Luis Chávez Botello y el “padre UVI” por defender a las víctimas de la pederastia.

En ese sentido, Wilfrido Mayrén Peláez dijo que si tiene pruebas que las presente; “él tiene toda la libertad y si no lo hace está encubriendo, él sí es cómplice, si él lo sabe y tiene pruebas entonces está incurriendo en un delito de encubrimiento y complicidad, grave por cierto”.

“Ahora, él dice que ya hizo una denuncia; ni siquiera hemos corroborado si es cierto o no es cierto que se inició una denuncia, y si así fuera, ni siquiera vamos a pedir intervención legal, que nos investiguen si tienen las pruebas, sí hay pues adelante estamos a su  disposición, nunca vamos a obstruir los procesos de justicia, los procesos de la verdad”.

“…de que se puede acusar de encubrimiento sino solamente cuando hay intenciones perversas que quieren manchar la honorabilidad del Arzobispo y de la Diócesis”, finalizó.

Al respecto, el arzobispo José Luis Chávez Botello explicó que el 1 de febrero del 2016 recibió la denuncia canónica de una persona (Manuel Arias Montes) que dijo ya había denunciado civil y penalmente a un sacerdote desde el 21 de diciembre.

“Por tres semanas hemos estado buscando una entrevista con dicho sacerdote; se le ha citado y, aunque a cita por teléfono dijo asistiría, no lo ha hecho. Por tres ocasiones se le han dejado notificaciones en su parroquia sobre las cuales no hemos tenido ninguna respuesta.

Finalmente, José Luis Chávez Botello manifestó que la Arquidiócesis  condena enérgicamente la pederastia, pero también condena enérgicamente la violencia y el despojo contra las personas y contra la institución, pues “el que nada debe, nada teme; nadie debe rehuir sus responsabilidades personales, por lo que llamó a no condenar rápidamente”.