+ Tan delicada tarea también compete a madres y padres de familia, así como a la sociedad en general, sostiene el obispo coadjutor de Oaxaca, Gonzalo Calzada
OAXACA, OAX., agosto 19.- Valores, principios, actitudes que realmente ayuden a niños y jóvenes a crecer y madurar como hijos de Dios, no solamente conocimientos, deben transmitirse en educación, señaló el Obispo auxiliar, Gonzalo Alonso Calzada Guerrero, en su homilía dominical en la Catedral metropolitana.
En vísperas del ciclo escolar 1918-1919, dijo que habrá que pensar como la vida cristiana se tiene que ir transmitiendo de manera especial en el tema de la educación, anticipando que no se puede dejar esta tarea fundamental e importante en manos de los profesores.
Tan delicada tarea compete, también—afirmó el Obispo—a los padres y madres de familia y en iguales circunstancias a toda la sociedad
Sobre el mismo tema y ante asistentes a la misa del medio día en el templo de la Catedral metropolitana, mencionó: tenemos que comprometernos a apoyar esta tarea, no descuidando la formación en valores y principios, tanto en el hogar como en la sociedad.
Si nos comprometemos, seguramente el beneficio será directo para niños y jóvenes, creo que así tendrá que ser, puntualizó el Obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Antequera Oaxaca.
LUCHAS SINDICALES
Con referencia a los profesores, dijo que deberán tener como prioridad el bien de sus alumnos, que realmente niños y jóvenes reciban la educación a que tienen derecho, afirmando que son respetables sus luchas sindicales, pero por encima de todo, está el bien de la educación de los menores que se les ha confiado.
¿Oaxaca en educación, ocupa uno de los últimos lugares a nivel nacional, cambiará la situación con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador?
Fue breve la respuesta, afirmando el Obispo: esperamos y confiamos que se pueda dar un cambio para bien de los niños y jóvenes y para bien de la educación en el Estado.
NO COMULGAR, POR COSTUMBRE
En lo religioso, Calzada Guerrero dijo a los católicos que le escuchaban: no vengamos a comulgar por mera costumbre, vengamos a comulgar pero con la convicción que estamos recibiendo el cuerpo y sangre de nuestro Señor, que nos transforma, dejemos que la comunión produzca sus frutos en nosotros.
Pensemos—dijo—que venir a comulgar nos compromete a vivir la fuerza de la comunidad cristiana, la iglesia; no somos personas que vivimos la fe de manera independiente, libre de los demás, si nos acercamos a comulgar tenemos el compromiso de vivir dentro de la comunidad cristiana, de colaborar para que la comunidad cristiana sea cada vez mas fuerte, viva su fe con mayor intensidad.
De eso se trata, de tener apertura para recibir a todos y aceptarlos sin distinción, porque Cristo mismo se ofrece como pan de vida para todos, finalizó.
