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Mezcal, trampas de la denominación de origen; alternativas

CRÓNICAS DE LA ÍNSULA

El asunto de la denominación de origen del mezcal (DO), que pudo ser útil en un primer momento, ha dejado de serlo al dar paso de manera exclusiva a un interés económico voraz. De entrada, está tendenciosamente planteada, con la puerta abierta para que cualquiera incursione en el negocio del mezcal.

Luis Nogales, director del Centro de Estudios sobre el Maguey Mezcal sostuvo lo anterior, como están las normas, dijo, se permite que cualquier empresario comercializador pague una renta al productor mezcalero por el palenque de éste, registrarse como productor, firmar un contrato de ese arrendamiento y con eso inscribir su negocio dentro de la Norma Oficial Mexicana (NOM) y la DO del mezcal, explicó Nogales, experto en el tema. No son maestros mezcaleros sino comercializadores que aprovechan los vacíos jurídicos de la norma, agregó.

Esto fue expresado el pasado 4 de septiembre en la Mesa Redonda organizada por la Asociación de Periodistas de Oaxaca A.C. (APO), “¿Denominaciones de origen, ¿adecuadas?”. https://www.facebook.com/Apooax40/videos/310634303045283/

Las Indicaciones Geográficas, serían más útiles

Nogales abundó largamente en las indicaciones geográficas y su mayor pertinencia para caracterizar los distintos mezcales regionales, no sólo del país, sino de la gran variedad que se encuentra en el estado de Oaxaca. No está en duda el predominio de Oaxaca en el mercado del mezcal en el país, acá se produce el 80 por ciento de esa bebida que se mueve en el mercado.

Además de tener el mayor número de especies de agaves o maguey, Oaxaca tiene también el mayor número de productores, en lo que coincidió con el doctor Felipe Palma del ITO, quien agregó que en Oaxaca se encuentra el más grande banco de germoplasma del maguey en México, hasta el agave Tequilana Weber con que se hace el tequila en Jalisco, sus especies silvestres sólo se encuentran en el Valle de Tlacolula y ya no en aquel estado.

La DO mezcal lo tenían ya nueve estados de la república, algunos sin fundamentos claros.  Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Zacatecas, San Luis Potosí, Tamaulipas, Guanajuato, Durango y Puebla. En la participación del público se desconfió de los procesos para la inclusión de varias entidades. Se dijo que Fox incluyó a su natal Guanajuato, Calderón a Michoacán y Peña Nieto recientemente al Estado de México.

Aunque también se destacó que no solamente los presidentes han logrado eso, pues Puebla, entidad que era el de más reciente inclusión, 2017, lo hizo un simple secretario general de gobierno, Diódoro Carrasco Altamirano, ex gobernador de Oaxaca, quien, se dijo, llevó ese negocio al estado vecino. Sin embargo, el IMPI fue impugnado entonces pues Puebla sólo tenía 3 productores de mezcal y le dieron a 75 de sus municipios la DO.

Con la inclusión de Aguascalientes, Estado de México y Morelos, son 12 las entidades del país con esa DO, lo que arroja un área gigantesca, de unos 70,000 Km2, donde se hace tabula rasa de biodiversidad o variedades de agaves, procesos productivos y características regionales.

Daños de la moda del mezcal

Pero no es un prurito localista lo que despierta en la gente informada de Oaxaca el rechazo a la dinámica reseñada, más que rechazo a la inclusión de nuevas entidades, es a un concepto de DO fallido, que no sirve para diferenciar el producto. Rechazo a esa metodología obsoleta que implica el rebajamiento a una producción industrial y masificada que supone la intensiva comercialización de la bebida, despojada de la calidad que le ha impreso desde hace centurias el trabajo artesanal de los mezcaleros de abolengo. Tequilización del mezcal se ha llamado a esta tendencia homogeneizadora exclusivamente lucrativa, que desecha la diversidad de agaves.

Esta actual moda del mezcal en México y el mundo es otro impacto no menos dañino por la súper explotación de agaves silvestres y de todo tipo para satisfacer un mercado que demanda una bebida exótica. Hay que asomarse a los daños que la marca Pierde Almas ha dejado en la zona de Chichicapam, tras de lo cual se apresta a continuar esta sobre explotación en otras regiones luego de haber vendida la marca a la empresa transnacional de EU, Diageo, dueña de marcas de whisky y Tequila Don Julio.

Tampoco es un afán seudo romántico, como se da en otras áreas ocupadas de las tradiciones oaxaqueñas, o de símiles de antropólogos que pugnan por la cuasi inmovilidad histórica de los pueblos indígenas. Con el sistema agave mezcal, que sostiene aun humildemente la economía de muchas familias y poblaciones, aprovechar la diversidad de agaves para la producción de mezcales distintos en ecosistemas diferenciados como se da en Oaxaca, bajo formas artesanales, es otra manera de hacer negocio, más inteligente, que vendería, además, riqueza en diversidad y calidad artesanal.

Nogales propone que las DO sean regionales, pues la que está en la ley abarca a tantos estados que no indica nada, por eso es que se dice que ya no es útil más que para empresarios no siempre escrupulosos. Incluso, agregó, que sean DO microrregionales, pues las variedades de maguey, de producción (machacado, destilación) cambia de un pueblo a otro en Oaxaca.

Opciones para auténticos mezcaleros

También se esgrimieron otras opciones, donde los productores se tendrían que organizar y tener su propio órgano regulador. Con ciertas políticas para su proceso de producción, con un sistema para la garantía de la calidad, es decir que sean los mismos productores, junto con los consumidores y especialistas, los que certifiquen todo este proceso de calidad de su producto.

Para eso el ingeniero Luis Méndez, productor mezcalero de Sola de Vega, planteó que fuera de las disputas de la denominación de origen, que está claro no sirve a los auténticos productores, se coloque una etiqueta en las botellas de mezcal con información veraz y honesta, sobre la variedad del agave usado, el grado de alcohol, el productor y su zona, etc.

En este punto se habló de la pertinencia de las marcas colectivas que algunos pueblos ya están trabajando, lo cual exige la organización y unidad de los productores, para que sean ellos mismos los envasadores de su mezcal. Para que ya no los tengan que vender a bajos precios a “coyotes” o intermediarios que compran a cien pesos el litro y con una bonita botella y colorida etiqueta con su DO lo coloque en el mercado en 2, 5 o 7 mil pesos. Hoy hay otros instrumentos que permiten a los productores protegerse. Esto va a llevar años, pero se tiene que trabajar conjuntamente con la academia, pero que beneficie a la gente de los pueblos oaxaqueños, sugirió Ulises Torrentera, también participante de la Mesa Redonda.

Después de un tiempo debe notarse la mejoría en la calidad de vida de quienes producen la riqueza, y que ahora se queda en manos de intermediaros y empresarios comercializadores, que han sacado el mezcal de su dinámica genuina para llevarlo a una donde normas e instrumentos legales (NOM y DO) están al servicio de “intereses bastardos” comerciales, como dijo en ese foro Alberto Sánchez, autor del libro Oaxaca, Tierra de Maguey y Mezcal.

www.revistaenmarcha.com.mx, lc.blas@gmail.com y @blaslc

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