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Fiesta electoral y vendedores de ilusiones

MI OPINIÓN.- Lejos quedaron los tiempos cuando los hombres que se dedicaban a la política tenían vergüenza y hacían de ésta una profesión, sobre todo en busca de puestos públicos a cualquier nivel, vía urnas. 

En pos del poder en Oaxaca y so pretexto de remendar el Santo Sudario y enderezar jorobados, los candidatos se lanzan con todo con tal de acaparar una sociedad llena de controles e inmersa en el gregarismo de la mercadotecnia.

La apertura de los nuevos partidos es una muestra de la incultura política que padece Oaxaca en el ramo de la democracia.

Y son precisamente estos “negocios de familia”, llamados partidos políticos, los que se llevan una tajada de dinero (millones de pesos) del sufrido pueblo; y de pilón el IEE estatal, impuso cambiando el valor humano por el viejo sentido feudal político.

Políticos que pelean sin tener una guerra y mucho menos pretextos sustentables en la plataforma y proyectos de sus candidaturas ya que sus discursos viciados son retóricas, propias de merolicos y patrimonio de la incultura, con la única ilusión de ser unos Mesías acaparadores de la atención, con razones y propuestas sacadas de una insana pretensión llena de remedios desatinados y recetas domésticas encaminados a servirse con los puestos, como se ha demostrado históricamente.

Y miles de miserables están como datos tangibles del fracaso en la profesión de gobernar y legislar en Oaxaca.

Sin embargo, no se puede negar que existan hombres honestos metidos en la política. Otros son ilusos, que cual inocentes palomas fueron engañados, a los que tal vez sus buenas conciencias les dicta proponer una medusa de ilusiones y de ahí sus sueños de corregir lo incorregible, en el entorno político, estatal y regional.

Estos negociantes y ofrecedores de sueños democráticos con cantos de sirenas adormecen a muchos ciudadanos. Que se la juegan con “X” candidato para puestos de elección popular y que llevará las riendas del gobierno estatal o municipal, o de una curul en el Congreso local.

La historia de estas elecciones es corta en tiempo, ya que la comisión encargada de éstas, el IEE de Oaxaca así lo determinó, con un control a medias, lo que al Instituto Estatal lElectoral le conviene, con las debidas rabietas de los diferentes partidos políticos contendientes.

Tonaditas en la radio, apariciones en la caja luminosa, debates para algunos y desairados por otros candidatos, líderes morales y corruptos en aperturas o cierres de campañas.

Pendones y engomados con sonrisas congeladas de los candidatos, que si les toca ocupar un puesto esa sonrisa se convertirá en un gesto adusto e impenetrable, cachuchas, playeras, toda una sarta de slogans donde las mentiras y basura recicladas ensuciaran las de por sí cochinas calles de las ciudades de Oaxaca.

Todo un caleidoscopio glamoroso en un mundo multicolor donde los espacios cuentan más que la misma agenda del candidato. En la mayoría no pasara de ser con el cambio, honestidad, trasparencia, trabajo, gobernar para todos, servir a la sociedad e implícito mejorar la seguridad, salud, educación, el campo, iglesias y templos, abrir espacios culturales y deportivos, ecología y mil etcéteras; con encuestas que como el “Jibarito”, saldrán locos de contentos, sin olvidar los clásicos asesores de muchos candidatos, algunos simples profesionales y promotores del caos.

En fin, cada candidato disfrazara sus mentiras, ofrecerá y condicionara los sueños artificiales.

Serán unas elecciones donde el abstencionismo será nuevamente (ojala y me equivoque) el verdadero triunfador en el estado (52 por ciento), un desagravio hacia los candidatos y sus mandos que fracasaran en algunos municipios y en otros triunfaran a fuego y espada, como será el caso de Oaxaca, donde en un afán enfermizo se hará llorar a la DEMOCRACIA, pagando muy caro las consecuencias el pueblo.

Las elecciones estarán plagadas de irregularidades e inmoralidades que en nada beneficiaran a las verdaderas contiendas políticas. Total, el pendiente ya se empezó en lo referente a esta fiesta electoral y ahora los promotores y vendedores de sueños, ilusiones y esperanzas, los elegidos, deberán arreglárselas para cuando menos cumplir con el 1 por ciento de lo que prometerán en campaña, sobre todo en honestidad y transparencia, terminar con la injusticia, la inseguridad, abatir la pobreza, cumplir con los servicios de salud, agua, educación, deporte, cultura, terminar con el ambulantaje y desaparecer la venta clandestina de cerveza.

Algunos candidatos serán premiados, en otros fallaran las despensas y los miles de pesos por voto y los sindicatos corporativistas, amén de los acarreados.

Algunos partidos mejor ni impugnaran, que al fin según se ve en IEE en Oaxaca es, un aparato más (cualquier semejanza con la “Carabina de Ambrosio” es mera casualidad) pesos más, centavos menos, las elecciones nos costaran entre 402 y 532 millones de pesos entre gastos de operación y prerrogativas (un mundo de dinero) y qué lástima que a pesar de tener Oaxaca instituciones de alto nivel educativo (Tecnológicos y Universidades), la cultura del voto sigue ausente. ¿Acaso a alguien le conviene que esto siga así? Es pregunta que conste.

Es mi opinión. Y nada más…

r_campa@hotmail.com

 

junio 2010
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