OAXACA, OAX., mayo 31.- La Organización Independiente de Comerciantes Establecidos (OICE) solicitó este martes al gobernador Gabino Cué Monteagudo crear un “fondo emergente” de 200 millones de pesos para reactivar la economía de unos cinco mil comerciantes establecidos que resultaron afectados por el plantón que la Sección 22 del SNTE aún mantiene en el Centro Histórico.
Encabezados por Griselda Lorenzana, los vendedores demandaron que los programas de apoyo económico, estatal y federal, encaminados a actividades económicas, lleguen de manera eficaz y expedita a quienes lo requieran.
Lorenzana aseguró que el 100 por ciento del comercio establecido está afectado por las acciones del Magisterio, pues sólo en los mercados públicos del corazón de la ciudad suman 1 mil 400 y en toda la capital más de tres mil.
Recordó que desde la crisis del 2006 los comerciantes agrupados en la OICE han exigido la creación del “fondo emergente, porque desde ese entonces muchos comercios cerraron sus puertas por el conflicto magisterial”.
Dijo que a más de una semana del plantón de maestros en el Centro Histórico “la endeble economía de los comerciantes establecidos ha orillado al cierre de 200 negocios, pertenecientes sólo a una organización”.
Lorenzana argumentó que aún no tienen cuantificadas las pérdidas económicas, “porque no hubo acceso libre para la ciudadanía en los comercios del Centro Histórico”.
Por ello, demandó al Gobierno del Estado que “haga eficiente la aplicación de los programas federales y estatales, sin condicionarlos ni crear falsas expectativas, y los concretice en apoyos para los comerciantes oaxaqueños que hoy más que nunca lo requieren”.
A la Sección 22 del SNTE, la lideresa de la OICE les demandó hacer conciencia de las medidas con las que realizan sus exigencias.
Pidió: “Devuélvanle el respeto a la figura del profesor; eviten seguir enconando a la ciudadanía contra ustedes; vuelvan a despertar su amor por la niñez oaxaqueña y demuestren la vocación que los llevó a ser educadores”.
Señaló que la paralización de la actividad económica quiebra a un gran número de negocios e incrementa la delincuencia, lo que ahuyenta al turismo, que es uno de los principales motores de la economía oaxaqueña.
