OAXACA, OAX., enero 22.- El promotor cultural Guillermo Marín Ruiz, señaló que es el momento que los oaxaqueños usemos a Monte Albán como una ruta crítica para recuperar nuestra identidad. Habría que hacer una arqueología del espíritu, lo que implicaría realizar profundas excavaciones en nuestro ser, en nuestras tradiciones y costumbres, para descubrir nuestro rostro y nuestro corazón verdadero.

El presente y el futuro de México y en especial de Oaxaca está en el conocimiento de su pasado. Ante la crisis que genera el estado moderno, dijo, necesitamos recuperar nuestros valores y principios milenarios que están en nosotros, tenemos un banco genético de información cultural con qué responder, el cual está adormecido.

Por su parte, el ingeniero Carlos Roberto Aguilar Jiménez, director del Observatorio Astronómico Municipal, se refirió a la vocación y al potencial humano que ha manifestado Oaxaca a través de la historia, al haber aportado Monte Albán profundos conocimientos astronómicos a la humanidad que asombran por su exactitud, como por ejemplo los numerales y el calendario solar por el que se guiaban los antepasados para sus labores de cultivo y otras actividades.

El interés por medir y calcular los tiempos colocó a nuestros ancestros en un alto nivel de conocimiento, movidos seguramente por una disciplina en el estudio y la observación, cuando todo se hacía de manera óptica al no disponer de instrumentos tecnológicos con los que se cuenta ahora, agregó.

Por separado, Marín Ruiz impartió una conferencia en la sede de la Red Cultural para la Fraternidad Humana, en Armenta y López 915, dentro de la Semana Cultural por la Nueva Humanidad, en homenaje al fundador de esta organización, el sabio francés doctor Serge Raynaud de la Ferriere.

Abordó el tema “El tiempo y el espacio en el Anáhuac” y el domingo pasado encabezó una visita guiada en el zona arqueológica de Monte Albán, donde explicó el proceso de desarrollo cultural y esplendor que alcanzaron nuestros antepasados dentro de la gran civilización del Anáhuac.

Monte Albán es uno de los testimonios de la grandeza espiritual de la humanidad, expresó el conocido investigador y promotor cultural. Es un ejemplo de cómo la materia ha sido transformada por el espíritu para hacer un lugar en el que pueda trascender el espíritu humano en el plano más elevado.

Desde esta perspectiva, añadió, Monte Albán es una metáfora viva del esfuerzo y la conciencia de los pueblos de Oaxaca, que pertenecieron a la civilización del Anáhuac, de que trabajando 1,350 años de manera constante, movieron millones de toneladas de piedra desde 14 kilómetros de distancia, las subieron a 400 metros y nos legaron su gran esfuerzo en que nunca se perdió la directriz y el objetivo fundamental, basados en un sistema educativo claramente diseñado.

Por su parte, al abordar el tema “Historia y evolución de la astronomía en el estado de Oaxaca, el astrónomo Aguilar Jiménez dijo que había una vocación natural por esta ciencia, la desarrollaron maravillosamente los zapotecas y la aplicaron para sus diferentes fines. Invitó a los asistentes a incursionar en este conocimiento, a que visiten y utilicen el Observatorio Astronómico Municipal y el Planetario Nundehui, a la vez que exploren el legado que encierran las zonas arqueológicas.

Recordó que siempre han habido personas que se interesan por el cosmos y la mecánica celeste. Mencionó a monseñor Eulogio Guilow en su tiempo. En las aulas de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca la cosmografía era una de las materias básicas que impartían José Llaguno Gil, Canuto Muñoz Mares y José Luis Aceves de la Mora, entre otros. Además, la Sociedad Astronómica de Oaxaca realiza actividades de difusión de esta ciencia.

Mencionó que Oaxaca tiene a uno de los astrofísicos dedicados a la investigación. El doctor Abraham Luna Castellanos abrazó la carrera por una motivación que tuvo desde pequeño y ahora está dedicado a esta ciencia.