OAXACA, OAX., abril 16.- Edificios, bardas o casas que se están cayendo, se debe a que gobiernos de los tres niveles (federal, estatal y municipales) impiden que las reconstruyan si no se ajustan a requisitos muy rígidos; sin embargo, el propietario carece de dinero para hacerlo, afirmó el abogado y notario Jorge Martínez Gracida.
No han sido flexibles para permitir que se reconstruyan los edificios, a pesar que los dueños han pedido se les permita conservar la fachada y es su interior construirlo en forma moderna, y aun así no lo han permitido.
Martínez Gracida alertó que en el Centro Histórico muchas casas están en peligro de venirse a tierra porque nadie les ha metido la mano, por lo que expuso: hay que tomar en cuenta que a Oaxaca se le llama ciudad colonial, pero por sus edificios coloniales, que son propiamente de la época de la colonia.
Señaló que sólo los edificios religiosos, según tesis de arquitectura muy importante, como la de Carlos Lira Vásquez, indica que la ciudad de Oaxaca es una ciudad decimonónica, es decir del siglo 19 y virtualmente todos los edificios civiles que conocemos son del siglo mencionado, y de tipo colonial únicamente los templos.
Puntualizó que el control del aspecto de la ciudad para darle uniformidad y señorío, obliga a que las instituciones como el Instituto Nacional de Antropología e Historia—INAH—y las dependencias del gobierno estatal y municipal, permitan demoler viejos edificios históricos decimonónicos y que se construyan edificios en su lugar.
Informó que hubo una época en que esto se relajó y se construyó el edificio de Valdivieso 116, atrás de El Sagrario, se construyó el edificio de Montajes, el mismo hotel Marquez del Valle que ahora ya es parte integrante del Centro Histórico, pero si es usted observador—dijo—todo lo demás hace de Oaxaca de Juárez una ciudad chaparrota, con un máximo de 2 niveles por los temblores, aparte sólida, y de trazo recto a cordel.
