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Esposa y madre lloran al policía herido; sus compañeros esperan otra canción

OAXACA, OAX., julio 8.- En el pasillo, que hace funciones de “sala de espera” del Hospital del IMSS, una esposa y una madre lloran a su enfermo. Sus rostros denotan cansancio, mientras tres hijos pequeños juegan en el patio de la explanada del nosocomio.

Las mujeres esperan respuesta positiva de los médicos, ya que en una cama de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) se encuentra el cuerpo en coma del esposo e hijo, elemento de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI) que se debate entre la vida y la muerte.

Su nombre de pila es Joaquín Juárez Hernández, pero sus amigos y compañeros de corporación prefieren llamarlo “Pateco”.

Es un hombre que ya estuvo a punto de perder la vida en un enfrentamiento con maleantes, cuando era integrante de la Policía Estatal (PE), en la región de la Costa.

“Pateco” es conocido por alegrar a sus amigos, propios y visitantes, con canciones a capela. Una es la que casi siempre dedica. Su dicho es: “amigo, yo te quiero regalar esta canción de corazón, escúchame”. Y entonaba la que interpretan muy bien, a dúo, Vicente Fernández y su hijo Alejandro.

“Se van perdiendo en el tiempo / mis años se van quedando muy lentos / ya no me lleva mi padre de la mano, / solamente sus consejos, / viven en mi los recuerdos de niño / cuando una estrella deseaba, / como recuerdo a mi padre que con eso sonreía mientras mi madre miraba / años que vienen despacio, / primero con qué lentitud avanzan / como quería ser grande, / recuerdo para no quedarme en casa y acompañar a mi padre muy lejos, / tal vez hasta el fin del mundo / porque mi padre era fuerte, era muy inteligente, era mejor que ninguno / hoy ya no quiero que pasen los años porque mi padre ya está viejo / se han llenado de arrugas sus manos y de nieve sus cabellos / oh Señor detén el tiempo te pido / porque mi padre ya está viejo / porque yo en verdad no entiendo Dios mío / por qué se nos va lo bueno.

Algunos se carcajeaban, pero otros lo escuchaban con atención, y ahora la mayoría se acuerdo de “su viejo” en espera de la enésima interpretación.

Pero “Pateco” se aferra a la vida, luego de ser alcanzado por balas disparadas por delincuentes a eso de las 10:00 de la noche del viernes 4 de julio, cuando formaba parte de un operativo en la región de la Mixteca, pero no llevaba consigo la protección indicada.

El viernes último, después de participar en un cateo en la población de Santa María Yucunicoco, junto con tres compañeros adscritos a la población de Santiago Juxtlahuaca se dirigían a Tlaxiaco, en la Mixteca Alta, a bordo de una camioneta Ram color blanco.

Pero cuando circulaban en los límites de las comunidades de San Juan Mixtepec y Santo Domingo Yosoñama, en el paraje conocido como “El Sombrero”, ráfagas de balas disparadas desde fusiles “Cuerno de Chivo” se escucharon desde la maleza entre la obscuridad de la noche. Era una emboscada.

Los cuatro elementos de la AEI que viajaban en la camioneta Ram resultaron con heridas de consideraciones. Tres recibieron los disparos en partes del cuerpo que no ponen en riesgo su vida, así como una mujer con su pequeño hijo, que resultaron con lesiones, pero a Joaquín le impactaron cuatro balas mortales.

Pobladores y autoridades atendieron a los heridos, quienes fueron trasladados al hospital de Oportunidades número 66 del IMSS en Santiago Juxtlahuaca.

El sábado último, cuando los cuatro policías eran trasladados a la Ciudad de Oaxaca, en el trayecto por la agencia de Santa María Xochixtlapilco perteneciente a Huajuapan, Joaquín “Pateco” sufrió un paro cardio-respiratorio.

Los médicos de la ambulancia lograron sacarlo del shock, pero quedó inconsciente, por lo que fue trasladado a la capital vía terrestre, y quedó internado en el hospital del IMSS, donde lucha contra la muerte.

 

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