EXPRESIONES
La guerra anunciada entre la Sección 22 y el gobierno federal y estatal empieza este lunes, durante el desarrollo de la octava del Lunes del Cerro.
Toda la semana que fenece han sido de amenazas y “transformaciones” políticas, pero este lunes 27 la Sección 22 ha citado a una megamarcha que tendrán que controlar y disuadir los más de 4 mil 500 policías de la Gendarmería que envió el gobierno federal para proteger y proporcionar seguridad a los oaxaqueños y sus sectores productivos.
El Ejército también coadyuva en los operativos, que ya empezaron, y tiene que ser así porque los brazos violentos del magisterio tienen evidentemente ligas con la guerrilla del Ejército Popular Revolucionario (EPR) y con grupos delictivos que se encargan de violentar las marchas y agredir comercios y transeúntes.
¿De no ser así, para que tanto despliegue intimidatorio?
Obvio, los que se dicen “luchadores sociales” ya pusieron el grito en el cielo y le llaman represión a todo ello, como si los maestros y lo que representan fueran unas “blancas palomitas”, que no cometen faltas a la ley.
Los oaxaqueños los hemos visto durante más de 30 años y sabemos perfectamente quiénes son y cómo actúan; si los defensores de los derechos humanos ahora pretenden defenderlos es porque forman parte de la misma escoria que dice luchar por la justicia y la legalidad, cuando lo que anhelan es formar parte de la esfera de poder y seguir gozando de sus privilegios.
Están como el mesiánico Andrés Manuel López Obrador que queriendo aprovecharse de la desesperación de la Sección 22 ante el embate del gobierno federal, les propone una alianza para establecer en Oaxaca “un gobierno del pueblo para el pueblo”, algo así como lo que perpetraron con Gabino Cué, al que ahora llaman “traidor” por apegarse a las exigencias de la nueva reforma educativa ya aprobada constitucionalmente.
El “borrachín” de Rubén Núñez Ginez ya le contestó a AMLO diciéndole que no les interesa su alianza, que son “apartidistas”.
Queda en evidencia que López Obrador es un oportunista que quiere aprovechar el río revuelto, pero su MORENA, con la desaparición del IEEPO, también recibe un golpe duro.
Sus aliados en Oaxaca se le han dispersado y ve oscuro el panorama para la sucesión gubernamental del 2016.
Ahora viene el último jalón y los oaxaqueños debemos estar preparados para participar en el reacomodo político y social en la entidad, de ello dependerá un mejor futuro para todos.
La guerra fría se calienta y la Sección 22 tendrá que pagar los costos de sus excesos y soberbia. No le queda otro camino que encauzarse dentro de una nueva normatividad, ajena a politiquerías y abusos de poder.
Oaxaca de Juárez, Oaxaca, domingo 26 de julio de 2015
