LIBROS DE AYER Y HOY
El nuevo titular de la SEP, Aurelio Nuño Mayer –en cuyo breve currículum se dice que fue líder estudiantil en la Ibero– no debe haber sido 131 y mucho menos 132.
Se desconoce cuál es la distancia que lo separa de los maestros, escolares y estudiantes, porque fuera de su intervención en la reforma educativa, no se sabe nada de experiencias magisteriales.
Varias opiniones sostienen que los cambios del gabinete son irrelevantes si el proyecto de país sigue siendo el mismo.
Y dentro de ese proyecto se confirma la llamada reforma educativa, pese a los miles de maestros que siguen en las calles.
Y aunque llovió y tronó, fue el anterior secretario de la SEP, Emilio Chuayffet Chemor, el que fue echado del gabinete, mientras las protestas siguen.
Muy agorero, el subsecretario de la SEP, Rodolfo Tuirán –que debe de estar a punto de ser desalojado–, vaticinó que para octubre o para noviembre esas protestas habrán concluido.
Estaba emulando a los hermanos Carrión (para abril o para mayo…). Otro cambio que sigue el destino de Jesús Murillo Karam es el de la señora Rosario Robles –Coneval la persigue– a Sedatu, en la antesala de un descenso, pero participando antes del experimento muy común en el priismo de crear personas orquesta.
En la misma situación está Claudia Ruiz Massieu, la nueva canciller, cuya experiencia en derecho internacional no nos has sido comunicada en momentos en que México, con notables juristas en el pasado, ha descendido a niveles de soslayo mundial muy preocupantes.
No pintó para nada en el caso Cuba y Trump, quien se solaza cada día burlándose de los mexicanos.
Y luego vienen todos esos adjuntos que fueron nombrados y que responden a diversos intereses y causas –El Chapo, entre ellos–, mientras Gobernación y Hacienda quedan incólumes. Esta última con acusaciones de perjurio a su titular, que en otro país serían despido ipso facto.
Ellos no han necesitado mudarse, porque están muy bien. Sobre la mudanza metafórica discurre Juan Ruiz de Alarcón en una de sus primeras obras Mudarse por mejorarse.
El dramaturgo nacido en México y que vivió muchos años en España, sufrió la agresión permanente de sus congéneres españoles e incluso los modernos han querido robarle la gloria diciendo que no está a la altura de los que se consideran los tres grandes clásicos de la literatura española, Lope de Vega, Tirso de Molina y Calderón de la Barca.
Pero bien que se solazan en La verdad sospechosa y Las paredes oyen, entre muchas. México lo ha puesto en su lugar creando el premio nacional de dramaturgia Juan Ruiz de Alarcón, a través de Bellas Artes y el estado de Guerrero.
Dramaturgos importantes como Sergio Magaña, Vicente Leñero, Luisa Josefina Hernández, Emilio Carballido, Héctor Mendoza, Luis Mario Moncada Gil, están entre los 28 que han recibido el premio.
Ruiz filosofa sobre los avatares de un cambio en los seres humanos y se muestra escéptico sobre las ventajas que se logran. Tan escéptico como quedaron millones de mexicanos con los cambios recién anunciados.
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