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Leticia Valdés inventó argumentos para culpar a la maestra Magdalena García

MÉXICO, D.F., mayo 30.- El 17 de mayo pasado la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) otorgó un amparo a la profesora Magdalena García Soto, quien fue injustamente acusada del delito de violación equiparada en agravio de un menor de cuatro años. 

La votación resultó en ocho ministros en favor de amparar a la maestra. Seis de éstos para amparar lisa y llanamente, dos para efectos y tres en contra de otorgar el amparo.

LOS HECHOS

El 27 de septiembre de 2007 se publicó en el periódico “Noticias de Oaxaca” una nota que conmocionó a los habitantes de ese estado:

En el Instituto San Felipe, el colegio más reconocido de Oaxaca por el que han pasado más de 25 mil alumnos y que ha ganado en su categoría en 12 ocasiones consecutivas los primeros lugares de la Olimpiada del Conocimiento de la Secretaría de Educación Pública federal, había sido violado un niño de cuatro años.

El menor, según denunció su madre, por 28 días durante los meses de septiembre, octubre y hasta el 7 noviembre de 2006 era entregado por su maestra, Magdalena García Soto, a dos sujetos adultos para que éstos abusaran de él.

La violación, se afirma, ocurría a la hora del recreo en el gimnasio de la escuela. En ese gimnasio se impartía, siempre a esa hora, una clase de Psicomotricidad, por lo que había una veintena de alumnos y dos maestras.

Asimismo, el trayecto que describió Leticia Valdés Martell, madre del menor, implicaba recorrer un camino en el cual hubiera sido visto por más de 200 alumnos y 35 maestras.

No obstante que la madre asegura haber descubierto el delito el 7 de noviembre, denuncia seis meses después, hasta mayo de 2007, y manda a su hijo a la escuela cinco días hábiles posteriores a clases.

La madre del menor afirma en su denuncia que el 7 de noviembre de 2006 descubrió una “abundante cantidad” de líquido blanco y sangre saliendo del ano de su hijo. Que tomó una muestra con un papel higiénico, lo metió en un recipiente de vidrio con agua y, 14 horas después, lo llevó a que lo revisara un patólogo Miguel Ángel Reyes Núñez, quien miente al firmar un estudio en el cual declara que el líquido blanco puede ser semen, a pesar de haber realizado meramente una inspección ocular y de PH y no encontrar espermatozoides.

Vale mencionar que el firmante se encontraba en esos días en Buenos Aires, Argentina. Su hijo, Miguel Ángel Reyes González, quien supuestamente realizó el estudio, afirma que la muestra no contiene ni sangre ni agua y que es una muestra fresca, no obstante que fue tomada 14 horas antes.

Al ser interrogado, él mismo declaró que no puede afirmar que se trate de semen. Estas contradicciones y mentiras llevan a dudar que el estudio se haya realizado.

El menor fue revisado por el doctor Carlos Mario Aragón Ziga, quien fue amigo cercano del fallecido Isaías Valdés, padre de Leticia Valdés, y a quien éste solicitó que le hiciera una revisión a su hijo.

La nota médica de Aragón dice haber encontrado una excoriación en la región perianal del menor. Una excoriación es una pérdida de las capas superficiales de la piel que puede ser producto de un estreñimiento y esfuerzo al defecar o una simple raspadura.

En este sentido, los peritos de la Procuraduría General de la República (PGR), del Tribunal Superior de Justicia de Oaxaca y de la Procuraduría General de Justicia de Oaxaca dejaron constancia de que las lesiones que se encontraron en el menor NO corresponden con las de un niño violado.

Un niño de cuatro años violado por dos adultos hubiera tenido lesiones gravísimas que hubieran incluido desgarres, mucho sangrado e incluso la parálisis del esfínter anal, no una simple excoriación.

Por otro lado, la madre declara en su denuncia que durante los meses que estuvo en la escuela su hijo sufría de dolores en las piernas, la espalda, los glúteos, cuadros graves de asma, alergias, enfermedades respiratorias y dermatitis con lesiones en la piel.

Asimismo, ella misma afirma que durante este tiempo el menor era atendido por sus médicos: Ernesto López Luna, Jaime Porras Mazari y Alberto Garnica Castillo.

Resulta imposible que en todo este tiempo alguno de dichos médicos haya descubierto las lesiones tan graves que serían producto de una violación.

La tercera y última prueba que argumenta la madre del niño es la declaración de su propio hijo. Una declaración que por la estructura de la misma no es creíble que se hubiera dado sin aleccionamiento y que incluso es posible que nunca haya sucedido.

En la declaración se menciona constantemente a los “maestros malos”. Un menor de 4 años de edad aún no tiene conceptos de maldad o bondad, los cuales se adquieren hasta los 8 o 9 años.

También, el menor supuestamente afirma que si dice algo lo van a matar. El concepto de muerte es un momento clave en el desarrollo psicológico de los niños que se adquiere alrededor de los 6 años, por lo que no es posible que un niño de 4 años lo comprenda.

Asimismo, se afirma que el menor “desea que los malos vayan a la cárcel”. Resulta imposible que un menor tenga la concepción de la cárcel como castigo por cometer un acto ilícito.

¿QUIÉN ES LETICIA VALDES MARTELL?

Leticia Valdés ha iniciado a lo largo de su vida diversos procesos judiciales en los que utiliza al Poder Judicial para lograr sus fines que han estado llenos de inconsistencias y mentiras en los que se atreve, incluso, a utilizar a su hijo para lograr sus objetivos:

En un primer caso, como queda constancia en el expediente número 28/97 del Juzgado Tercero de lo Penal en el Distrito Judicial del Centro del Poder Judicial del Estado de Oaxaca, Leticia Valdés Martell denuncia el 2 de febrero de 1996 que cuatro meses antes, el 2 de octubre de 1995, su ex jefe, Álvaro Viveros Gallardo, con el que trabajó cuatro años, la quiso matar sacándola de la carretera, aunque inexplicablemente siguió trabajando hasta el 1 de febrero de 1996, un día antes de presentar la denuncia.

Leticia afirma que su vehículo fue dañado fuertemente, pero tres peritos en dos fechas distintas dicen que el coche no sufrió daño alguno y tenía la pintura original de agencia. La mujer afirma que por pasar el tiempo y haberse arreglado el vehículo ya no es válido lo que dicen los peritos.

En su primera declaración dice que no vio al sujeto antes de la embestida, sino después cuando dio la vuelta el coche 100 metros adelante. Después cambia su declaración y afirma que desde antes de embestirla vio sin lugar a dudas que el sujeto le gritó que la iba a matar, pero que no lo recordaba por la presión, no obstante que denuncia 4 meses después.

Este proceso en el que Leticia Valdés Martell obró con base en mentiras, tuvo que ser resuelto mediante un juicio de amparo en el que la justicia amparó y protegió a Álvaro Viveros Gallardo contra la orden de aprehensión librada en su contra por el Juez Tercero de lo Penal de Oaxaca y los actos de ejecución reclamados por el procurador general de Justicia de Oaxaca.

LETICIA VALDEZ ARREBATA CUSTODIA

En otro juicio que inició de forma escondida en el estado de Michoacán, con el número de expediente 437/2005, miente sobre la unión libre en que vivió con el papá del niño, Luis Felipe González Grijalva, para primero quitarle la custodia y luego la patria potestad del menor, no obstante que existen pruebas de que el niño, en ese tiempo, vivía en Oaxaca y estaba inscrito en la escuela Motolinía de Antequera.

En este juicio, Leticia Valdés fabrica pruebas en contubernio con su médico, Ernesto López Lena Carrasco, mismo médico que revisó al menor durante el mes en el que supuestamente fue violado e increíblemente no encontró alguna lesión.

Ambos, con el objetivo de quitarle a González Grijalva, padre del menor, la custodia y la patria potestad, fabrican una mentira sobre el estado de salud del menor, a través de una nota médica que firma López Lena que dice que: “el niño […] ha presentado cuadros de infección aguda de aparato digestivo, cuadros de infección respiratoria y reacciones dermatológicas de probable etiología alérgica”, mismas enfermedades que años después Leticia Valdés argumentaría en su denuncia en contra de la maestra Magdalena García Soto.

Leticia Valdés Martell afirma que todo se trata de un complot en donde un gran número de instituciones y personalidades de las más diversas características e incluso en posiciones antagónicas se han puesto de acuerdo para actuar en su contra.

Asimismo, ha hecho un llamado a no denunciar y ha amenazado a la maestra Malena con hacer justicia por su propia mano.

Las pruebas en el caso de la maestra Magdalena García Soto indican con toda claridad que Leticia Valdés Martell mintió en este proceso como lo ha hecho en otros.

No hay duda de que hay que proteger al niño. La verdadera cuestión es si se le debe proteger de su propia madre.

 

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