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Comercio por internet desaparece a más especies en peligro de extinción

OAXACA, OAX., julio 4.- Mermar la venta de especies por Internet es uno de los grandes desafíos de las organizaciones defensoras de animales y de las instancias del medio ambiente. Y es que la web se ha convertido en el factor dominante general en el comercio global de especies protegidas. 

Leones bebé, piel de oso polar y hasta vino hecho con hueso de tigre son comercializados en sitios de subasta y anuncios clasificados.

De acuerdo con un informe del Fondo Internacional para la Protección de los Animales y su Hábitat (IFAW, por sus siglas en inglés), la mayor parte del comercio de especies en peligro de extinción, vía Internet, tiene su mayor mercado en Estados Unidos, Europa, China, Rusia y Australia.

Son también comercializados el marfil extraído de los dientes del elefante, así como la salamandra iraní, atún rojo y corales raros.

El delegado estatal de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Esteban Ortiz Rodea, explicó que uno de los factores que ha influido significativamente en la pérdida de la extraordinaria riqueza natural mexicana es el comercio ilegal de plantas, animales y sus derivados, ya que la mayoría de los casos desata una intensa captura y colecta de especies, lo que ha llevado a muchas de ellas al borde de la extinción.

Indicó que por tierra, en Oaxaca las rutas identificadas para el tráfico de especies en peligro de extinción, se localizan en las zonas boscosas y en la selva de los Chimalapas, Santo Domingo Zanatepec, Juchitán de Zaragoza y Matías Romero.

Lamentablemente, las personas dedicadas a esta actividad ilícita usan como catálogo los informes oficiales en donde se declaran oficialmente a ciertas especies “en peligro de extinción”.

Y es que ese título aumenta el valor para los coleccionistas y traficantes e incrementa el riesgo de su desaparición. Mientras tanto, el Internet es el principal canal de distribución de especies en peligro.

A través de la red se hace posible que vendedores y compradores se contacten muy fácilmente. Un traficante puede vender cientos de especies por este medio, sin control alguno y con total impunidad.

Traficantes y compradores pueden encontrarse en la red y realizar negocios de forma rápida e ilegal. Esta alternativa que obviamente no existía en la antigüedad, facilita notablemente el tráfico de especies.

 

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