OAXACA, OAX., agosto 2.-“¡Qué lejos estoy del suelo donde he nacido / inmensa nostalgia invade mi pensamiento / y al verme tan sólo y triste cual hoja al viento / quisiera llorar, quisiera morir, de sentimiento!
Así corearon la “Canción Mixteca” los miles de asistentes a la Guelaguetza Oaxaca 2011, mientras agitaban no sólo sombreros, sino también sus corazones al ritmo de los sones y jarabes de la delegación que representó a Huajuapan de León en la clausura de las fiestas de los Lunes del Cerro.
La nostálgica letra de la “Canción Mixteca”, del compositor huajuapeño José López Alavez, hizo vibrar el Cerro del Fortín en uno de los momentos de mayor emotividad que se vivieron durante la última edición de la Guelaguetza vespertina.
Esto dio paso para que en la Rotonda de las Azucenas la delegación de Huajuapan ejecutara el inigualable Jarabe Mixteco, que está compuesto por varios sones que son originarios de la región, que fueron recompilados por el maestro Antonio Martínez Corro y coreografiados por Cipriano Villa Hernández.
Por su admirable participación durante la inauguración y la clausura de la Guelaguetza 2011, el presidente municipal de Huajuapan, Francisco Círigo Villagómez, y la presidenta del DIF-municipipal, Guadalupe Palma de Círigo, felicitaron a Chrystian Hernández Sánchez y Karen Jeremahi Vivar Vásquez, la pareja ejecutora de esta danza que se considera patrimonio cultural especificamente de la ciudad de Huajuapan de León por su originalidad.
También reconocieron la labor del encargado de la delegación de Huajuapan, Ovido Pérez Pérez, y a Nayeli Cortés Méndez, subdirector de la Casa de la Cultura de Huajuapan que dirige Narciso Barragán.
El Presidente municipal y su esposa acudieron al cierre de la Guelaguetza 2011, donde Guadalupe Palma de Círigo lució orgullosamente ataviada con el vestuario propio del Jarabe Mixteco como signo de identidad cultural de los huajuapeños.
Diversas fuentes apuntan que el Jarabe Mixteco fue terminado en 1922, misma fecha en que se empezó a bailar en forma ocasional, pero no fue sino hasta 1929 en que se bailó en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México , y en 1934 se ejecutó en lo que fuera el “Homenaje racial” de Oaxaca, que posteriormente se convertiría en el actual festival de la Guelaguetza.
