EXPRESIONES.- No es ninguna casualidad y mucho menos un hecho aislado el que los padres de familia de una población tan cercana a la capital del Estado, como lo es la Villa de Mitla, haya reaccionado de la forma en que enfrentaron a los maestros de la Sección 22 del SNTE, que ensoberbecidos en la fuerza social que han aglutinado con más de 70 mil maestros afiliados a su sindicato y la aportación que les dan otras organizaciones denominadas sociales (FPR, APPO, MULT, etcétera), han cimentado un poder desmedido a base de chantajear y presionar a los gobiernos estatal y federal para mantener vigente su movimiento.
Tal papel lo han venido consolidando a través de 30 años de supuesta lucha sindical y de reivindicación de la educación en la entidad, razones que pierden su peso ante el rezago educativo que padecemos y a la inestabilidad social y violencia que se ha generado a través de movilizaciones que transgreden nuestras leyes y afectan a terceros, además de las suspensiones de clases y el bajo nivel de escolaridad que nos distingue.
Todo ello ha generado un rechazo en la sociedad, principalmente entre los padres de familia, que por fin se dan cuenta del mal que sigue perpetrando la irresponsabilidad magisterial de la Sección 22 del SNTE, que año con año encuentra pretextos para seguir sustentando su movimiento, supuestamente sindical y social.
Pero la gente de Mitla hoy ha dicho ¡ya basta! y estoy seguro que mucha gente en el Estado está de acuerdo con las acciones de los padres de familia en contra de los maestros, y no porque les guste la violencia, sino porque la pasividad y complicidad de los gobiernos estatal y federal dan pie a negociar la ley en lugar de aplicarla bajo un pleno estado de derecho, y esto ha cansado a una población que harta y de acuerdo a su entender han decidido que la Sección 22 quede fuera de la educación de sus hijos.
Y tienen razón porque son ellos los depositarios de un derecho que les han negado y que no quieren que siga afectando a sus hijos.
Preparémonos pues para decir ¡ya basta! de simulaciones, de componendas, de demagogia, de manipulaciones.
Si la gente de Mitla tuvo la necesidad de responder con violencia a lo que le impusieron con violencia, nosotros también tenemos la obligación de responder con energía y voluntad a tanta opresión, corrupción y negligencia en contra de quienes atentan contra el derecho más fundamental del desarrollo de los pueblos: la educación.
Oaxaca de Juárez, Oax., viernes 23 de noviembre/2012
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